Ayer estuve en la rueda de prensa que diera el Alcalde bolivariano Omar Prieto a los medios zulianos, en la que sin ninguna ambigüedad exhortó a las diferentes instancias organizadas del Poder Popular, para que se incorporen en la discusión de la agenda constituyente a través de asambleas populares que denominó cabildos.
El planteamiento central inferido de la intervención del Alcalde, necesario rescatar aquí como elemento sustantivo del debate nacional, es que el motivo impulsor de dicha convocatoria es político; elemento detonador la mayor crispación socio-económica de los últimos años. Y evidentemente lo es, tal como lo han sido eventos similares en el discurrir de la historia. Sólo recordemos que el Congreso de Angostura supuso la segunda constituyente para reorganizar la República por vía constitucional ante los embates a los que había sido sometida, y por curioso trasunto histórico igualmente hoy, ante una guerra declarada para disolver el Estado y las conquistas alcanzadas en un proceso de inclusión social, se torna imperativo reconstituir y fortalecer constitucionalmente esta quinta República, también con una segunda constituyente.
Es así como lo politico es prerrogativa en el debate que nos atañe hoy. Las leyes son el ropaje, que se deben adecuar a aquella realidad, tal como lo concibiera el creador del Contrato Social J.J. Rousseau.
En ello es necesario insistir. Estamos en una guerra eminentemente política, en donde esa suerte de leguleyos "expertos constitucionalistas", se presentan en estos momentos como la primera avanzada o vanguardia para confundir al pueblo, haciéndoles creer por ejemplo, que ciertamente son los defensores impolutos de la Constitución del 99 que el gobierno quiere derogar y con ella el legado de Chávez, con lo cual, fácilmente solapan sus verdaderas intenciones.
Ojo, no es un secreto que con las condiciones reinantes, un mal movimiento o estrategias desacertadas, podrían conducir a que la propuesta constituyente termine con poca validación al someterse al escrutinio popular y que sea más rechazada internacionalmente. Yendo más allá, colocándonos aún en el terreno optimista de salir victoriosos en la constituyente como la convocó el Presidente, el chavismo se enfrentaría de manera inmediata a otra encrucijada: el escenario electoral local, regional y nacional para el que la oposición ha estado trabajando y podrían ganarlas y echar por el suelo la constituyente. Ah, pero habría la posibilidad cercana de la reconquista de los logros estampados en esa, hasta que quieran, vigente Constitución.
Por eso es necesario elaborar tácticas y estrategias para ganar la Constituyente, para amarrar las conquistas, y estos cabidos propuestos son una excelente oportunidad para tributar a la desprogramación del pueblo apresado por las perversidad informativa de las redes, por los politiqueros, bachaqueros…Sobre todo por las redes ya sacralizadas, que se han embebido y obnubilado a una parte del chavismo, y la otra no ha sabido sacar el rédito efectivo como mecanismo de contra información.
Considerados como estrategias de contacto de "vos a vos" o de "tú a tú", tales cabildos, debe buscar la forma de involucrar en el debate al pueblo chavista y no chavista. Hacer allí enfasis en la importancia del carácter sectorial de la Constituyente porque reivindica la necesidad de identificación del elector con el área social donde hace vida laboral y cultural, y consecuentemente quien de allí salga electo sería su auténtico vocero.
Desmontemos con esto la situción de crispación en la que nos han sumergido, levantemos la esperanza de una Patria mejor posible…aprovechemos esta oportunidad histórica.