Venezuela está tratando de ser incendiada por grupos terroristas de estirpe fascista. Todos responden moral, política y operativamente al libreto de la oposición contrarrevolucionaria derechista. Son públicos los llamados a la violencia por los dirigentes políticos y parlamentarios de dicha oposición. Están visiblemente documentados los homicidios y asesinatos y los desmanes contra el patrimonio. Los muertos y heridos que la violencia facha derechista vuelve a generar en el país llevan los nombres de sus ejecutores físicos e intelectuales. El luto de las familias venezolanas humildes, de la gente de pueblo parece estar condenado a la invisibilidad. El ataque guerrerista de la derecha contra las instituciones de la República campea por su desrespeto.
"Son los resultados de la escalada de violencia desatada por Julio Borges (de Primero de Justicia) encabezado por los principales dirigentes de la oposición violenta y criminal" - declara con firmeza y conocimiento de causa el Ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Néstor Reverol.
¿Dónde está el "Yo Acuso" de la Fiscal General de la República en funciones, la Sra. Luisa Ortega? ¿Por cuáles razones la Fiscal no asume de ofico la defensa del orden constitucional? La Fiscal tiene la obligación no sólo moral, sino jurídica de asumir la Acusación de Oficio.
¿Cómo es que la Fiscal de la República se permite la declaración política sin apego a derecho de que el TSJ había roto el "hilo constitucional" de la República por una sentencia ajustada a derecho? Una declaración de la Fiscal hecha para los medios y el eco internacional con la rapidez de un rayo, sin que mediara comunicación previa en el diálogo institucional de poderes? No hay dudas de ningún tipo que esa desatinada declaración de la Fiscal de la república calzó, dió legitimidad al recrudecimiento de la violencia terrorista de la derecha contra el pueblo, contra el propio Estado.
¿Cómo es que una vez que el Pdte. de la República Nicolás Maduro en una sobria postura de estadista convoca el Poder Moral para mediar en un conflicto constitucional deliberadamente amplificado por la Fiscal, y luego de haber el TSJ apreciado el llamado a reconsiderar los aspectos controvertidos de las sentencias emitidas (155 y 156) ajustando con responsabilidad política y altura profesional los considerandos dados, cómo es que entonces la Fiscal de la República calla! ¿Cómo es que la Fiscal no se pronuncia en el sentido de que el hilo constitucional por ella anunciado como roto, había sido retomado de forma impecable y con apego a derecho? ¿Porqué la Fiscal de la República no atina a entender la necesidad política de enmendar su declaración política previa? Ese silencio de la Fiscal es el que sigue alimentado la patraña de "ruptura del orden constitucional" con que la derecha golpista sigue alentando la insurrección política y armada contra el Gobierno de la República.
La Fiscal de la República es ahora un testigo mudo del ataque contra el orden constitucional que sin freno alguno realiza la derecha, con sus nombres y apellidos. La Fiscal calla. No hace declaraciones políticas en esta materia. No toma partido público a favor del Estado de Derecho. Todo lo contrario. La Fiscal hace un "Yo acuso" contra el Gobierno del Pdte. N. Maduro. Contra la Revolución Bolivariana.
Pareciera no haber estado satisfecha la Fiscal de la República con su actuación política. Hemos sido testigos otra vez de la rápida declaración política de la Fiscal ahora contra la Constituyente convocada por el Pdte N. Maduro. El llamado a Constituyente en el uso legítimo de sus derechos constitucionales y el entendimiento político cabal de la pertinencia de la refundación del Estado venezolano, aún estructurado sobre los cimientos de la democracia burguesa. La Fiscal usa un arma de poderosa expresión política contra el Pdte. Nicolás Maduro. Declara para el reaccionario periódico yanqui Wall Street Journal - aceptando la dádiva publicitaria con que esta Gaceta Oficial del poder financiero esquilmador de los pueblos y los países suele pagar y despreciar a los traidores - que el llamado a Constituyente es una traición a la Constitución de Chávez. La Sra. Fiscal en un ejercicio intelectual de lesa dialéctica declara que la Constitución de Chávez es inmejorable. ¿Por cuáles inconfesas razones la Fiscal se aferra a la letra de la avanzada Constitución de 1999? ¿Acaso porque la nueva Constituyente ha de profundizar el carácter socialista de la República! (Venezuela: Constituyente Socialista Bolivariana) ¿Acaso porque la nueva Constituyente lleva el poder de poner a disposición del pueblo todos los cargos institucionales del Estado?
Dentro del CNE se cuece un golpe contra la Constituyente. Su estimulador es el Rector Rondón (El Rector Rondón del CNE desacredita convocatoria presidencial a Constituyente. ¿Por qué se equivoca el Rector?). En el propio estilo de la Fiscal de la República este Rector del CNE se permite el ataque político contra la convocatoria a Constituyente hecha por el Pdte. de la República. A esto le llama la burguesía independencia de poderes constitucionales. A la oportunidad para atacar ilegítimamente al Poder Presidencial que representa el espítiru, la palabra y la obra de la Revolución Bolivariana, la Revolución democrática chavista. No es ingenuo el ataque.
La Constituyente convocada por el poder constitucional Presidencial encarnado en el Presidente Nicolás Maduro Moro se inscribe en la revolución socialista. El Estado Capitalista venezolano está llamado a ceder el paso al Estado Comunitario Socialista. Así lo ha de decidir el pueblo en el ejercicio de la plena democracia. Lo que viene a promover la Constituyente es la salida del interregno político gramsciano. Salir de las arenas movedizas donde lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no acaba de nacer. Con la Constituyente "la era está pariendo un corazón, porque no puede más, se muere de dolor y hay que acudir corriendo, pues se cae el porvenir", tal como convida el verso R-evolucionario de Silvio Rodríguez. No puede ser otra la divisa de los Constituyentistas de la Revolución. La paz se aprieta "como la plata en la raíces de los Andes" en la medida que la sociedad clasista desaparezca. Eso se da sólo en una revolución socialista.
El llamado a Constituyente ha descolocado a Tirios y Troyanos en Venezuela y en el mundo que la agrede. Ese mundo occidental capitalista cínico que sabe cuál es su Talón de Aquiles. La lucha de los pueblos por el socialismo. Mientras los pueblos luchan por reinvindicaciones de derechos a la subsistencia, todo está bien, la democracia burguesa puede con eso, se sonríe. El goteo de la riqueza es su recurso político. El 1% seguirá en poder del 99% de los ingresos y las riquezas. Cuando los pueblos toman conciencia política de que el problema es el capitalismo las alarmas rojas se encienden en todos y cada uno de los centros de poder burgueses, mayores y menores. El Papa Francisco sabe del Obispo de Olinda y Recife, Helder Cámara, quien declaraba: "Quando dou comida aos pobres, chamam-me de santo. Quando pergunto por que eles são pobres, chamam-me de comunista". La acusación daba y da licencia para matar a todo aquel que en el espiritu de Martí y Marx intente ir a las raíces de los males. La derecha supuestamente cristiana venezolana sabe que el Papa Francisco sabe, por eso también lo odia cuando uniendo su voz a la del Pdte. N. Maduro llama y pide por el diálogo.
La Revolución Bolivariana tuvo la osadía de develarle al pueblo venezolano que la brújula era el socialismo. Y el renacer de la idea hizo cundir el pánico en el mundo capitalista. La Revolución no sólo no iba a ser no televisada sino debía ser derrocada no importara el costo. La burguesía no cree en lágrimas, en las lágrimas de los pueblos a los que alienada se imponen. Toda una hornada de jóvenes venezolanos convertidos en hordas incendia el país y mata sin que le tiemble el pulso. Los ideólogos confiados en la impunidad que sienten al amparo de los EEUU, la UE y los gobiernos oligárquicos de la propia América Latina indoctrinan y conducen el fascismo corriente. Confiados en que le han atado las manos a la Revolución dan por hecho que no serán tocados. Ya Chávez después de vencido el golpe de estado aquel 2002 los perdonó con la Constitución en una mano y el Crucifijo en la otra. Lejos de espiar las culpas con la oportunidad se sirvieron de ella.
Pero los apátridas burgueses y oligarcas se vienen sirviendo también de la desarticulada información por parte de la Revolución al pueblo y al mundo sobre la azonada fascista de la derecha venezolana. Ello viene contribuyendo al aura de confianza en el éxito de la sedición contra el pueblo.
El "YO ACUSO DE LA REVOLUCIÓN" tiene que ser contundente e impactar al mundo. Es hora de articular todas las pruebas en la pantalla. En un programa televisivo documental puesto en cadena nacional, hecho con enjundia política, intelectual y tecnológica tal que sistematice y argumente todos los casos de asesinatos y homicidios, con nombres y apellidos de víctimas y victimarios, evidenciando los hilos conductores a los autores intelectuales con nombres y apellidos y afiliaciones políticas, poniendo en claro todas las tramas interna y externa de la conspiración y la insurección armada ilegítima contra la República, e informando sobre los procesos legales emprendidos o por emprender contra los que han delinquido, de manera que la sensación de impunidad no prevalezca en el consciente social. Ese "Yo Acuso" de la Revolución ha de ser vehiculado con toda la potencia comunicacional que la guerra imperialista de cuarta generación contra la Revolución amerita tener respuesta.
Las Revoluciones y sus pueblos no tienen otra opción que el de Hasta la Victoria Siempre. La Constituyente venezolana es una pauta para la Constituyente con la que ha de refundarse el socialismo en Cuba a contrapelo de esa agresiva doblez imperialista de ahora la zanahoria para la Isla y el garrote para Venezuela (Cuba y Venezuela: revolución socialista o contrarevolución capitalista). Si Venezuela cae, lo sabe y a ello apuesta el Imperialismo yanqui, cae el brote de socialismo que en este siglo los ha de sepultar y redimir a los pueblos de Nuestra América.