El miedo existe, la oposición lo sabe y lo utiliza como forma de amedrentamiento social a través de la magnificación de una serie de actos terroristas y de una rimbombancia gráfica que se ha venido registrando en las últimas semanas.
Los pocos videos que han dado la vuelta al urbe, donde se observa el hostigamiento, el "agavillamiento", el insulto, la violación al tránsito y el irrespeto al honor, es una muestra clara de la utilización de ciertas técnicas de psicoterror para generar zozobra y miedos sociales. Además estos comportamientos ya hechos virus en la red electrónica se robustecen como contravalores de forma precipitada semejante a un alud dirigiéndose al violento e impalpable abismo.
Allí la muestra de los vídeos de algunas personas a la que han confundido con chavistas y les caen a golpe, lo vejan, lo escupen y el peor de los casos fue el del infortunado muchacho que maltrataron con un gusto sádico y que también apuñalaron inmisericorde para luego, ya enloquecidos por los demonios del odio, prenderlo en fuego, Dios gracias sobrevivió a esta irracionalidad generalizada aupada por sectores opositores que ilusamente creen poder sacar algún dividendo político de esta anarquía en algunos sectores del país.
Este hecho no sólo es comparable con la locura genocida nazi de la Alemania del siglo pasado, sino desde los primeros siglos cuando la comunidad cristiana primitiva padeció la violencia de un imperio que los utilizó como antorchas humanas para alumbrar las calles de Roma por el sólo hecho de seguir las Buenas Nuevas de unos preceptos teológicos de salvación, de amor, de justicia y de paz.
Las grandes mayorías, incluyendo mucha gente que es opositora a los postulados socialistas de la revolución bolivariana, repudian con una energía admirable este comportamiento que en cierta medida destroza la tranquilidad en algunas zonas del país. Por eso ahora, estos agentes de la maldad se esfuerzan en mandar mensajitos nazis, unos papelitos que entregan en los establecimientos sin el mayor desparpajo o meten por las rendijas de los portones o puertas de locales comerciales, incitando a los comerciantes a no abrir sus puertas o quedarán expuestos a que le quemen el local.
Por mucho que busquen levantar los miedos y sus infiernos, esta oposición golpista e iracunda no ha entendido que la bondad está intrínsecamente adherida a valores de amor, de paz, pero también a los de valentía y pundonor…, esos valores que no se compran ni se venden.
santanajerez@hotmail.com