Te la comiste, Maduro

Este domingo pasó la prueba con creces. Los escépticos de la propuesta del Presidente, han tenido que callar, tragar grueso, recoger las palabras y reflexionar; porque los agoreros presagios de un simulacro sin gente se esfumaron.
No es lugar común, por ser vociferada hasta la saciedad en la calle y los medios, la afirmación de que ese acto electoral rebasó todas las expectativa; ninguno similar ha despertado tanto interés, tanta afluencia y ha sido más largo que él. Mucha gente de nuestra diversidad socio-cultural estaban allí en los centros electorales, entre ellos presencié a quienes iban con muletas, en sillas de ruedas, con bastones, ciegos, ancianos; en bandadas entraban poco a poco atendiendo al trato preferencial que ostentan. Pero asimismo, a otros entusiasmados aprendices del voto, los venció el cansancio después de más de cinco horas de espera, y se fueron.

¿Y a qué se debió tanto alboroto por participar este domingo, aguantando sol y lluvia? ¿Acaso a la gente se le olvidó que se está muriendo de hambre, como dicen dirigentes de la oposición, y se fue a aprender a votar? ¿O es que está clara, que el gobierno no es el absoluto responsable de la crisis como dicen por ahí? Las razones de esa avasallante participación pueden estar implícitas en muchas de otras preguntas, pero según mi criterio y lo que se husmea por allí, en la respuesta afirmativa a la última pregunta, está una muy aproximada.

A eso debe añadírsele, que el éxito de esta convocatoria se debe en gran medida al llamado a la participación de la diversidad. No es lo mismo que las cúpulas de los distintos partidos coloquen sus candidatos, tal como lo pretendían voceros de la MUD, a que de los distintos sectores de las fuerzas vivas salieran las propuestas de candidatos como lo propuso Maduro, lo que en efecto sucedió en gran medida, pues en este caso, el factor identitario de grupo, de oficio, de comunidad de intereses, es fue fundamental para aumentar la participación. Cuantos comuneros vi apoyando a su compañero que vive en la misma cuadra, cuántos discapacitados estaban aprestados para votar, cuántos pensionados…increíble como nunca antes.

Aunque algunos no se han percatado a estas alturas, Maduro ha estado marcando la agenda política desde hace mucho tiempo, pero mayo fue un mes determinante. Ese mes de la gran encrucijada, el día primero, cuando todos estábamos expectantes ante el anuncio que haría, tal como lo había prometido, llamó a una Asamblea Nacional Constituyente. En esa incertidumbre se especulaba sobre la invocación del 337 constitucional para decretar el Estado de excepción, que faculta al Presidente para enfrentar circunstancias extraordinarias de orden social, político y económico que atenten contra la seguridad de los ciudadanos e instituciones. Pero Maduro prefirió una salida más democrática.

Llamado en sí polémico, pero mucho más lo fueron las bases comiciales propuestas. Ellas atentaron contra el convencionalismo partidista, y aunque algunos y algunas juristas se empeñan en decir que atentan contra la progresividad del derecho, según mi criterio, tributa en demasía a ese principio por cuanto con las mismas se empezó a reconocer la diversidad que somos como sociedad, lo cual es jurisprudencia que deberá servir como referencia para posteriores elecciones. Y eso lo propuesto, ese que algunos osados llaman “maburro”.

Te la comiste camarada Maduro, abriste el paso para un nuevo triunfo político, necesario en estos momentos de desmoralización. Soplan buenos vientos. Urge ahora empujar junto a estos, las estrategias postergadas para ganar la batalla económica, el pueblo entero, de todos los colores espera por ellas…
¡Hasta la victoria siempre…!



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Aquileo Narvaez Martínez


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