"Toda acción genera una reacción"
Después del pasado domingo (16.07.2017) las fuerzas políticas en colisión en Venezuela tratan de sacar el máximo de ganancia al ejercicio de movilización social. La MUD intenta adueñarse de toda la inconformidad; el gobierno minimiza lo sucedido.
Las cúpulas fanáticas de la MUD tensan la cuerda al máximo pero no tienen la fuerza para romperla. Cada cual por su cuenta maniobra para lograr su objetivo maximalista pero al jugar con torpeza y sin cálculo, vigorizan a la contraparte.
Los extremistas de la MUD creen que ya tienen la fuerza suficiente para acabar "de una vez por todas" con el "régimen chavista", pero solo logran que dentro de las bases populares y militares se fortalezca el espíritu de auto-defensa y de dignidad patriótica.
Las amenazas de Trump, las intromisiones de gobiernos europeos y latinoamericanos como los de Colombia, Perú y México, y el triunfalismo desmedido de los sectores más fascistas de la oposición que encabeza la MUD, fortalecen temporalmente al gobierno.
Esa actitud de soberbia y sobradez hizo que Maduro rechazara el diálogo condicionado propuesto por la MUD y lo obligó a "restiarse" lanzando una campaña burocrática usando el "carnet del la patria" para garantizar la participación en las elecciones del 30 de julio; campaña que seguramente se verá reforzada por la amenaza gringa.
El chantaje imperial fortalece al gobierno. La ANC se convierte en la tabla de salvación del proyecto bolivariano y –temporalmente– será una causa nacional-popular. Sirve para impedir –por ahora– el arrasamiento total a manos de la derecha. El miedo unifica.
Ahora vienen los intentos de la MUD –apoyada en gobiernos injerencistas y sanciones diversas– para conseguir la suspensión de la ANC; realizarán paros y huelgas que llevarán el pulso político a extremos violentos que hará necesaria la acción del ejército.
Entre más forcejeen las fuerzas fascistas de la derecha usando la amenaza de la intervención imperial, con mayor razón se unificarán las fuerzas del gobierno, que aún con dificultades y tropiezos, conseguirán instalar la ANC porque no tienen otra salida.
Trump no se embarcará en una aventura militar como pretenden los fascistas del partido republicano y del sur de La Florida. Venezuela no es Libia ni Siria. Tampoco podrá imponer un bloqueo petrolero. La situación económica y política interna se lo impide.
Después del fracaso de las tentativas por impedir la realización de la ANC, la confrontación entre la MUD y el PSUV pasará a otros niveles. La ANC será el poder detrás de Maduro que se limitará a ejecutar las "leyes constitucionales" y a vociferar.
Los sectores moderados de toda Venezuela se verán obligados a unificarse. Quienes habían estado detrás de Maduro, que son una fuerza importante dentro del ejército y el PSUV, entenderán que el poder detrás la ANC conducirá a Venezuela al caos.
Igualmente, será el turno de los "sectores no polarizados" que deberán aprovechar todo ese interregno para fortalecer su unidad, levantar un programa para la fase de transición y construir liderazgos individuales y colectivos que los representen con consistencia hacia el futuro.
Para ese momento, los extremistas dentro de la MUD se habrán despedazado y los moderados de la oposición estarán listos para llegar a un acuerdo. Y se iniciará un proceso de transición con una Venezuela monitoreada pero "en paz" (como Colombia).
Será una especie de "acompañamiento internacional" para garantizar las inversiones capitalistas (petróleo y gran minería) y el pago de la deuda externa. Pero peor sería una guerra civil y una intervención armada extranjera que, por ahora es inviable, pero que si la unidad nacional de los venezolanos se deteriora, no se puede descartar más adelante.
En fin, esperamos lo mejor y tememos lo peor, mientras el pueblo recupera la memoria.