Una de las características fundamentales del pensamiento revolucionario lo constituye en análisis histórico de la evolución de la humanidad, la cual tiene un movimiento dialéctico, es decir, es producto de las contradicciones las cuales se manifiestan durante el proceso de desarrollo de toda cosa, y el movimiento de ese proceso está determinado por los contrarios que se presentan en desde su nacimiento en cada realidad.
Para aprehender, aplicar correctamente esta premisa es necesario añadir que el análisis dialéctico procede de lo general a lo particular, para luego ir de lo particular a lo general, partiendo de la totalidad como "visión universal de las determinaciones internas en la investigación, develando sus interrelaciones y a partir de ahí, establecer los elementos relacionantes con la realidad en forma dinámica". Esto implica que el investigador, el político que aplica el método debe tener una visión revolucionaria a través de la cual devele las reales contradicciones y las reales interrelaciones en el proceso.
Es fundamental, igualmente, tener una visión de clase, no sólo como clase en sí, sino clase para sí, es decir, clase con conciencia revolucionaria verdaderamente, Es clase "para sí" porque toma posición de su clase, toma para él su condición de clase y se plantea tareas más allá de sus reivindicaciones gremiales y es capaz no solo de unir a los obreros sino a otros sectores de la sociedad en búsqueda de lograr una mejor sociedad que amplíe la apropiación y distribución no solo de la plusvalía, sino del poder político. De ahí que la "clase para sí" podríamos definirla como la conciencia de clase revolucionaria, transformadora, radical.
Es importante destacar esto porque nos conseguimos con "marxistas pseudocríticos" "marxistas academicistas", "marxistas de cafetín", "marxistas light" que su desvinculación con el mundo real, con el campo de batalla en donde se enfrentan los proletarios con la burguesía, con la lucha de clases, nos hacen "análisis teóricos" con muy exquisito léxico y "profundidad" en sus escritos, pero descontextualizados de la realidad social, alejados de las contradicciones de clase, preñados de categorías de débil consistencia, y por supuesto, desembocan en simples "ensayos académicos", "panfletos inocuos", "cháchara estéril"
Hay otros que no producen nada, no son capaces de tener una posición propia, sólo se dedican a repetir sin analizar, ni siquiera entender lo que afirman. Pero viven de su "posición" en el ambiente académico universitario, o "ufanándose" con sus títulos de inútil valor para la revolución.
Hay otros que ni siquiera han tenido en sus manos, o han leído 4 páginas de algún texto revolucionario bien sea de teóricos como lo son Marx, Engels, o de revolucionarios de combate como "El Che", Lenín, Chávez, pero opinan, parlotean como si fuesen la encarnación de Sandino, Villa, Mao.
Por supuesto, de "revolucionarios" de este talante no puede salir nada que valga la pena, y la muestra es que "muchos de ellos" han adoptado posiciones claramente de derecha al apoyar a los partidos de la MUD, solidarizarse solapadamente con los "terroristas" e invocar a los derechos humanos cuando los sistemas de seguridad ciudadana disuelven guarimbas, detienen terroristas, defienden a los ciudadanos de la violencia de los "pacíficos" opositores del "régimen".
Y, tratando de aparentar una "ecuanimidad política" en sus posturas, intentando descontaminarse de los "obcecados" dirigentes de la oposición apátrida al tratar de sostener una postura "propia" y venderla como "realmente revolucionaria" y defensora del legado de Chávez y de la C.R.B.V. con el argumento que el gobierno nacional está "atentando contra los principios democráticos de la participación ciudadana"
Pretenden con su ambigüedad mantenerse "impolutos" cuando todo el mundo conoce sus prontuarios, sus "omisiones", "errores" en los cargos que ocuparon y toda la bulla que hacen en para tratar de hacer ver al pueblo chavista que ellos son los "elegidos" los "bendecidos" ignorando que en los momentos actuales no se puede uno presentar como si no fuera "ni chicha ni limonada", ya que a las alturas en que está el juego, o se es revolucionario o se es contra revolucionario, así suene "tremendista", "fanático", "extremista".
Es posible que haya sectores de la sociedad venezolana a los cuales no les interese la política, ni el futuro de nuestro país, ni de sus hijos y nietos, y estén cansados del debate político. Pero eso no hace desaparecer las contradicciones sociales e históricas. Alguien que opine por los medios de información, presumiendo ser revolucionario, no puede apoyar la violencia opositora, las amenazas del imperio contra nuestro país, la destrucción del patrimonio nacional, los asesinatos, linchamientos, quema de personas, trancazos, guarimbas, ataques a hospitales, CDI y otras barbaridades ocurridas con la venia y el financiamiento de las organizaciones internacionales dirigidas por los E.U.
En consecuencia, el dicho popular "ni la gripe, ni la riqueza, ni la tos pueden ocultarse" vale para este análisis, agregando: ni el "escualidismo" ni el fascismo. Y podemos concluir diciendo: "El que tenga ojos que vea" y el pueblo es sabio, ya lo demostró el 16 y la historia no perdona, ni a los traidores ni a los oportunistas. Y apoyándome en el pensamiento de Lenín, anunciaré "Es imposible predecir el momento y progreso de la revolución. Esta gobernado por sus propias guerras misteriosas".
Hasta la victoria siempre. Venceremos