Cuando los demonios se sueltan es difícil volverlos a controlar; pero eso se entiende. Lo que no es entendible es cómo es que se prefiera una confrontación entre amigos, conocidos, familiares por el sólo hecho de no coincidir con una postura política; desde la profundidad de todo ser humano necesariamente existe la posibilidad de llegar a acuerdos. Y en política con más razón; hay que reconocer que de lado y lado se ha asumido posiciones intransigentes; decir esto, de ninguna manera supone que uno no tenga sus convicciones claras y las defienda; en todo caso, lo que si debe implicar es que sí somos los suficientemente agudos de pensamiento debemos recordar que como lo ha demostrado la historia de la humanidad en las guerras los muertos los ponemos los pendejos. Corriendo el riesgo de ser ligero hay que decir una vez más que lo cortés no quita lo valiente.
La verdad es una esquiva compañera que no se encuentra en una sola parte; así las cosas, es una construcción en la que participación de varias ópticas ayudan a reconstruirla, a encontrarla, a entenderla y en consecuencia a salir de la crisis. Los venezolanos y las venezolanas nos merecemos un descanso de la intolerancia, del odio, de la mezquindad; hacer un alto, reflexionar en mucho ayudaría a solventar estos duros momentos .Esta ni es la peor crisis ni tampoco la última; es una crisis más, con sus propias caracterizaciones dejemos que los historiadores después la escriban; por ahora, nos toca a los venezolanos vivirla, padecerla y transformarla; atrevámonos a salir de la oscuridad y que el sol radiante ilumine un nuevo sendero de paz. ENTRE LOS DEMONIOS SUELTOS Y LOS CIUDADANOS ME QUEDO CON ESTOS ÚLTIMOS ¿QUÉ PREFIERES TÚ?