El 30J más de ocho millones nos rebelamos contra el Imperio. Y no solo el chavismo, que también una oposición numerosa, airada y valiente desafió el terrorismo. No cuento a quienes no pudieron votar porque son incontables. Que cuente Smartmatic, si le dan permiso.
Durante 107 días propiamente infernales hemos sobrevivido a una violencia opresiva, obtusa, extrema y cotidiana que no quiere permitirnos ni trabajar ni curarnos ni amar ni vivir. Nos han quemado o nos amenazan con incinerarnos. Una joven se pone de parto, el niño viene atravesado, su edificio está secuestrado y es imposible la sencilla atención médica requerida, muere y el crío no nace. Crimen de guerra. Contra eso se rebeló el bravo pueblo, recorriendo ríos y montañas, arriesgando la vida. Conocemos el camino desde el Paso de Los Andes.
¿Hará alguna dirigencia de oposición el tesonero hallazgo de que da asco? No, porque no se gobierna. Un tal Kuczynski reveló que la derecha latinoamericana es un perrito echado en su alfombrita, que no muerde si no se lo ordenan. Como decía Lorca de la Guardia Civil: «Tienen, por eso no lloran, de plomo las calaveras».
Según el opositor Carlos Raúl Hernández su dirigencia impuso que no valía el camino de la paz porque el rrrÉgimen caía ya ya ya —tiene 18 años cayendo ya ya ya. Más de 100 tragedias después se dio la Constituyente. ¿Qué lograron entonces? 8 089 320 votos. Eso lograron. Aplauso.
Pero por el legado de Chávez, también la lúcida audacia, la serenidad, la valentía y la maestría política de Nicolás Maduro y demás dirigentes de la Revolución, el impecable CNE, tú y yo evitamos la guerra civil que el Imperio exige. Venezuela tiene la estoica sabiduría que que no hay en Ucrania, Irak, Libia, Afganistán. Que solo hay en Siria también.
El Imperio es un loco furioso que ha declarado la guerra al mundo. Ojalá la burocracia embrutecida de Washington se dé cuenta de la derrota perfecta del 30J y comience a detener las agresiones ecuménicas que está infligiendo a esta gran humanidad. Y que ahora va a tener que padecer esa energía formidable que Aquiles Nazoa llama los poderes creadores del pueblo, sin Miquilenas que nos refrenen.
Si no diera ocasión a tragedias, les recomendaría que sigan haciendo caso a Freddy Guevara.