Aristóbulo Istúriz y el sancocho recalentado

Una parte de la militancia del PSUV en Anzoátegui, anda molesta por la designación de Aristóbulo Istúriz como candidato a gobernador. Oía las quejas y me decía, son quejas y arrecheras que pasan, pero no sacan del camino la procesión que el PSUV lleva por dentro por un persistente proceso de autoritarismo

Nadie me ha preguntado, pero me hago la pregunta: ¿Qué dice la candidatura de Aristóbulo?

No hay una única respuesta a esta pregunta. Hay más de una y si consideramos las razones por las cuales sacaron del camino a Nelson Moreno, que ahora es jefe del comando de campaña, cabe una tercera respuesta.

Para una primera respuesta, decido utilizar la condición de un matrimonio de hace más de 50 años y la condición que tiene hoy esta unión conyugal. Hace cincuenta años y más; el parejo se preparaba ilusionado para la primera noche y la mujer por lo general, iba cargada de dudas. Hoy no es así; el banquete es previamente consumado y la primera noche de matrimonio es una pelea cuyos contrincantes saben de lo que son capaces.. Hoy no hay la emoción de la primera vez y no cabe la pregunta: ¿Cómo es una luna de miel? Hoy no hay luna ni miel; hay una especie de sancocho recalentado.

Así pasa o pasara con Aristóbulo. Su candidatura no emociona y no cabe la pregunta: ¿Cómo será Aristóbulo de gobernador? Su problema no es Anzoátegui. Su interés es por la figuración y sentirse una persona imprescindible, que puede usarnos para satisfacer caprichos y peticiones.

Tampoco le cabe al camarada Aristóbulo, condición de verse como escoba nueva.


La pregunta que me hice tiene su carga. Es la que se hace la militancia, pero no es la pregunta clave. Hecha así la pregunta, cabe la posibilidad de entender que el problema es Aristóbulo y realmente
lo de Aristóbulo es, su marcado gozo por la figuración y sentirse imprescindible. Más que un problema, es un malestar o arrechera que pasa y detrás de ese malestar y arrechera si se esconde el problema.


El verdadero problema tiene dos focos que deben asumirse, como complementarios. Un problema existe, porque está el otro. En vez de preguntarme; qué dice la candidatura de Aristóbulo, pude haberme preguntado qué me dice el PSUV. Más que una candidatura como sancho recalentado que tiene un mal sabor; el problema se resume en quién sirve este plato de sancho ya con sabor ácido.


El sancocho es recalentado y ácido y una parte de la militancia se lo traga. Este comerse el sancocho recalentado y ácido, es la otra parte complementaria de este problema. Este PSUV autoritario y confiscador de mi derecho a elegir, existe así con esas condiciones de autoritarismo, porque hay una militancia fácil de confiscarle su derecho a elegir.


Una cosa es que el PSUV me confisque mi derecho a elegir, que lo vienen haciendo desde que el PSUV era MVR y otra muy distinta, es que yo me deje confiscar mi derecho. Es mi voto y mi participación. Otros pueden hacer con su voluntad de votar lo que desean, están en su derecho. En mi caso particular, yo hago lo que mi conciencia me dicta y no me cabe arrepentimiento. No puedo asumir como mía, las decisiones y culpas de otros.


El PSUV tiene libertad de imponer candidatos con la alcahuetería de la militancia. Yo tengo igualmente la libertad de tomar mi decisión. No voy a deprimirme porque mi conciencia me dicte que de imposición,
autoritarismo y manipulación ya está bueno.


Ya le he faltado a mi consciencia varias veces. Estoy pensando si paso por el desagradable momento de comerme este sancocho recalentado y ácido. Es el PSUV y no la revolución. Es el PSUV o mi gastritis que no soporta comida ácida. Es mi salud y no el capricho del PSUV. No será mi culpa, si no decido comerme este sancho recalentado de Aristóbulo.

Finalmente, hay otro dato que no puede pasar ligero. Se cuenta que la candidatura de Nelson Moreno se quebró por la oposición de un grupo de más o menos diez alcaldes. Este hecho plantea dos dramas o tipo de desgracia, que no dejan de complementarse.

Este hecho nos mueve a la siguiente lectura. Diez alcaldes están plegados a una figura externa, si esta oposición a Nelson surgió por iniciativa de Aristóbulo. Si trataron de quebrar la candidatura de Nelson Moreno para imponer una figura entre estos diez alcaldes; el PSUV le mandó un mensaje, que decía: no se vistan que no van. No son nadie sin el PSUV.

No es esto último, una gracia.



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Amaranta Rojas


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