Para la ANC...

La burguesía permanece muy tranquila, hasta se hace "democrática", mientras no haya revolución ni socialismo por ningún lado, incluso, hay quienes se dicen llamar revolucionarios, claro, eso sí, con una praxis de derecha diaria y consecuentemente; en pocas palabras, da caché al pequeño burgués llamarse "revolucionario", pero, cuando llega la hora de la verdad, cuando llega la hora de enfrentarse al imperio mismo, cuando llega la hora de hacer sacrificios personales se les doblan las patas y salen a "reservarse" en lo individual, es cuando la prioridad es la casa, el carro, las acciones del club, la ropa de marca, y por supuesto, una buena cuenta bancaria y si es en dólares mejor. Es la historia de quienes se decían ser defensores de Chávez, los "defensores del legado de Chávez", pero que en el fondo le tenían una arrechera al comandante porque aquel aciago día anunció al país y al mundo que el autobusero sería presidente. ¡Qué chimbo! dirían para sus adentros los que hoy andan hablando por el mundo del "secuestro del legado", eso sí, montados en los aviones del imperio y la CIA... ¡Qué manguangua!.

Fue precisamente Chávez y Maduro quienes lograron romper con el maleficio de la traición al pueblo en las alturas del poder: La traición, solo para ubicar un momento histórico lo hizo Francisco Fajardo a sus hermanos aborígenes; Paez a Bolívar, Falcón y Guzmán a Zamora y ahora lo más conocido y también de menor monta, y me permiten la frase, los neo traidores y neo traidoras que traicionan a Chávez y dicen defender su legado. ¿Por qué la traición en el centro del debate? Precisamente la traición ha sido el principal mal heredado y que le ha permitido al imperio mantener la hegemonía... ¡¿Qué sería del país si quienes dominan el sistema económico venezolano fueran al menos nacionalistas?! Les aseguro que distorsiones tan perversas como las que hoy ocurren en la economía no existirían.

Es por ello que se hace menester castigar severamente la traición para consolidar la revolución bolivariana y allí está el proceso constituyente para crear las bases necesarias que castiguen la traición. Este proceso, que por cierto la derecha ha querido limitar a un acto formal en equis tiempo, cosa que no será así, nada de eso, ¡no mis queridos amigos burgueses!, el proceso constituyente en una revolución es de todos los días, es algo permanente e inherente a la esencia de todo cambio estructural profundo, y de todos los años, hasta que ustedes como sistema, no como personas, sino como sistema desaparezcan definitivamente.

La gran diferencia entre los capitalistas y los socialistas es que: mientras los socialistas luchamos contra el sistema capitalista y bregamos por la muerte de ese sistema injusto que convierte todo en mercancía, incluso la vida, lo hacemos respetando la vida del adversario; los capitalistas por el contrario luchan contra el socialismo pero la primera víctima es la vida física de los socialistas. Los socialistas en el poder respetamos la vida de los burgueses, les cuidamos sus propiedades, les protegemos su familia, etc; ellos por el contrario, cuando logran el poder, asesinan a mansalva a pueblos enteros si fuese necesario para imponer su hegemonía. Pero hay un tipo de asesinato que es mucho más perverso: el asesinato de la identidad de cada quien; el convertir en cancerberos a quienes son víctimas de los burgueses. Esto ocurre en muchos casos donde el trabajador que es explotado termina defendiendo a su explotador y todo por temor inducido a través de la alienación. Ocurre cuando el pequeño burgués no quiere llegar a viejo feliz sino con dinero en los bancos, sin importarle si es infeliz y cree que el dinero le hará feliz, cosa que no logra y termina en una amargura y reconcomio de por vida, criticando lo que alguna vez intentó ser pero no fue, es la manera más expedita de llegar al basurero de la historia.

Es ese mismo que vende su identidad por ropa y zapatos de marca, un buen teléfono y "satisfacciones" capitalistas, sin darse cuenta, y allí ya pierde su identidad, que el capitalismo no crea cosas para hacer felices a las personas sino para hacer y acumular dinero, ese es un tema que analizaremos posteriormente, pero en realidad la esencia del capitalismo es convertir en mercancía todo lo que esté alrededor del ser humano... "todo debe ser un gran negocio", es la consigna del capitalismo, el socialismo por el contrario busca permanentemente la satisfacción de las necesidades humanas, claro está, toda iniciativa humana debe ser sustentable, es por ello que el mercado como tal sigue existiendo, pero el mercado socialista en donde la especulación no tiene cabida sino que prevalece el precio justo.

Pero volvamos al tema de la muerte en el capitalismo, muerte en vida, y de muchas maneras se muere allí. Aunque no sea una muerte física, el que pierde su identidad y comienza a defender a su verdugo, en el fondo, muy en el fondo es víctima de asesinato, le asesinan su alma, su esencia, y lo convierten en un instrumento de lo que su naturaleza esencial rechaza. Es así como uno ve por el mundo a personas muertas en vida, al lado de quienes son sus enemigos históricos, bueno, es un decir, porque quien traiciona jamás ha sido revolucionario, y todo por un puñado de dólares, por contrario, el verdadero revolucionario se mantiene fiel a sus principios y no se deja tocar por los cantos de sirena del capitalismo, mucho menos por las tentaciones de este sistema que basa su hegemonía en la mezquindad, la envidia y la prepotencia, si no lo creen pregúntenle a Trump.

Pero volvamos a la idea central; en fin, se trata de legislar sobre un tema que es de primer orden, la traición es algo que afecta a toda la sociedad y sobretodo en política en donde dañas la vida de millones de personas. Venezuela daría un campanazo mundial al considerar la traición como un delito de lesa humanidad... ¡Cuántos crímenes se han cometido gracias a la traición! Los combatientes de los 60 estarían muchos de ellos vivos sino fuera por la traición; la Colombia perversa de la oligarquía de Santos y Uribe no existiría sino se traiciona a Bolívar. Ese país no sería una colonia imperialista tomada por siete bases militares y no habría violaciones de niñas adolescentes por soldados drogados de EEUU si no es por la traición. Tampoco tendríamos una frontera llena de delincuentes, no existiría el llamado dólar Cúcuta; en pocas palabras, la traición de Santander a Bolívar generó algo que le ha causado daño a generaciones de ciudadanos durante 200 años. Más que razones existen para establecer en una ley orgánica el delito de traición, incluso en el texto constitucional, considerar la traición como delito de lesa humanidad y que éste sea sancionado con la mayor pena conocida, más aún cuando se detenta una responsabilidad política y/o económica en donde su actuación afecta a toda la sociedad.

Distintos analistas coinciden en señalar que la traición de la ex-fiscala afecto a cientos de miles de ciudadanos que de alguna u otra forma fueron afectados por la guarimba ¿Es justo que esto quede impune por un simple problema de "técnica jurídica"? Por supuesto que no es justo, en este sentido, este tipo de delito debe ser condenado con la mayor pena posible. ¿Es justo que quienes hayan promovido la guerra económica que afecta a toda la sociedad solo paguen una sanción administrativa? ¿Es justo que quienes llamen a una intervención de país extranjero se anden pavoneando en el mundo como "dirigentes de oposición" y no ocurra nada? Allí debemos centrar el debate, allí debemos centrar la motivación para una ley muy rígida a la traición y que esta se tome cómo el acto de afectar los derechos palpables pero también difusos de cada ciudadano.

Todos los héroes que han entregado la vida por esta revolución que es larga, desde Guaicaipuro hasta el joven mártir Robert Serra y Otaiza; desde las víctimas por las masacres de los conquistadores hasta las víctimas del odio generado por la derecha fascista que queman personas "en nombre de la libertad", una libertad bien peculiar, pero que en su concepto se justifica, incluyendo los crímenes. Se trata de la libertad del capital que pasa por encima del ser humano y se convierte en la principal causa de la injusticia.

En conclusión: Esta es una propuesta para ser debatida en la ANC; debe ser un gran debate nacional y en donde el pueblo tenga la oportunidad de aportar ideas. Una ley de estas características debe tener un espíritu no retaliativo sino de implantación de justicia para lograr la paz y que ésta sea irreversible. Sin duda que no basta con plasmar en una ley el sentido de este planteamiento. Lo más importante es la conciencia nacional y mundial que se genere al respecto. Al profundizar en el tema nos daremos cuenta que el sistema capitalista se ha consolidado tomando como premisa fundamental la traición; ha sido la traición del semejante que permitió el surgimiento de modelos económicos excluyentes que nos llevaron al esclavismo, luego el feudalismo, posteriormente con la revolución industrial burguesa al capitalismo y la etapa actual de imperialismo neoliberal extremo y fundamentalista que hoy pretende establecer como hegemonía el imperialismo en el planeta cosa contra la cual estamos luchando y nos llevará la vida.

Incluso, en esta ley debemos establecer la traición a la pacha mama como delito que afecta a toda la humanidad, sobretodo en medio de un mundo que cada día avanza más hacia la destrucción del planeta todo. La revolución bolivariana vino no solo para nuestro espacio territorial; los bolivarianos tenemos una determinación esencial que nos mueve fuera de nuestras fronteras hacia lo universal, eso está en nuestros genes. Pues hoy estamos llamados a dar esa batalla. Una batalla que trascenderá los tiempos y persigue la consolidación de un planeta para la vida, no para la muerte.

 

 



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Luis Alberto Toro Ojeda

Publicista. Militante de izquierda. Integrante del Frente Bicentenario de Campesinos del estado Trujillo. Integrante del PSUV.

 latojeda@gmail.com      @latojeda

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