"No hay peor tormenta que
la que desata tu ego en tu mente"
Estaba a punto de irme cuando por fin apareció Anacleto, algo sudado y con una cara de pocos amigos. ¡Que molleja de calor, camarita!" fueron sus palabras iniciales, "y si a eso le sumamos el desastre del transporte público, entenderemos el mal humor de la gente con la que nos tropezamos en la calle. A pocas horas de un nuevo proceso electoral, da la impresión que los dueños de los ‘por puesto’ se han sumado al plan de causar mayores molestias a la población para incitar al voto castigo. El jueves a las doce de la noche se acaba la campaña electoral, así que cuando salga su columna el viernes imagino no debe ser interpretada como parte de ésta, a pesar de que ya todos conocen su manera de pensar. Estoy seguro que usted se ajustará a las normas. Sin embargo, estoy seguro de que hará un llamado a la participación masiva del pueblo en esa fiesta comicial. Es un momento crítico para el venezolano en el que tendrá que decidir a quién darle su respaldo: a la paz o a la violencia." Se sentó y llamó al mesonero, al que le ordenó una limonada bien fría. Luego continuó: "El ciudadano de a pié tendrá que avivar su memoria, estudiar sus recuerdos y luego decidir a quién darle su voto a pesar de las ofertas electorales. No será fácil para muchos, luego de pensar en el pasado reciente, tomar una decisión, a diferencia de la militancia de los partidos participantes que ya creen saber lo que tienen que hacer y que además ya prepararon sus estrategias para ese día. Yo no lo veo tan difícil porque simplemente es un voto castigo. La pregunta de las cien mil lochas es: ¿contra quién? Diría Shakespeare ‘to be or not to be, that is the question’. En criollo: ‘ser o no ser, ese es el dilema’. Lo más importante de todo es que el pueblo exprese su opinión, contra viento y marea, y que lo haga con la convicción de que los pueblos tienen los gobiernos que eligen. Estoy convencido de que los venezolanos saldremos fortalecidos de estas elecciones y que se tomará la decisión correcta. Allá cada quién con su conciencia y el que no participe que después no se queje si no le gusta el resultado."
A pocas horas de las elecciones de veintitrés gobernadores en Venezuela, al elector se le presentan solamente dos alternativas a seleccionar. La primera la representan los candidatos del partido de gobierno, unos nuevos y otros que aspiran a la reelección, y la segunda los candidatos de los partidos que hasta hace pocos días pensaban en una salida por medio de la presión de la calle; presión que generó, en la mayoría de los casos, una violencia desmedida. Los unos hablan de la necesidad de un solo gobierno que articule el poder regional con el nacional; los otros hablan de un cambio generador de nuevos gobernantes enfrentados al poder nacional, que propicien la salida de las autoridades centrales, para asumir ellos el poder nacional.
A pesar de la tan cacareada polarización en Venezuela, en mi andar diario he podido observar un par de fenómenos interesantes, que desvirtúan a quienes hacen tales aseveraciones. No se puede negar que existan grupúsculos muy radicalizados que ven en el adversario político, un enemigo; pero no es la norma. La mayor parte de la población entiende que significa "adversario político" y a veces tienen con ellos vínculos familiares o de amistad y no por ello se tratan como enemigos irreconciliables, a pesar de la formación socio-política que digan tener. Esto es muy importante, en una sociedad que necesita inclusión y no exclusión, para salir de la crisis que pueda estar enfrentando. De ahí, que considero estamos mejor de lo que muchas voces agoreras predican y de lo que muchos actores politiqueros desean.
Mucho se habla del "voto castigo" y la pregunta que aflora es: ¿contra quién?, porque eso tiene muchas aristas que desmenuzar. Unos se preguntarán: ¿Será contra quienes nunca cumplen sus promesas? ¿Los que nos prometieron la "Ley de la última cola", el derrocamiento del Presidente a los seis meses de haber asumido la mayoría en la Asamblea Nacional, los que no han legislado para ayudar al pueblo a salir de la crisis, los que convocaron a la "Madre de todas las marchas" para hacer renunciar a Maduro, los que permanecen en desacato ante el Tribunal Supremo de Justicia, los que llamaron a un plebiscito del cual no hay certeza de los resultados, los que dijeron que impedirían le elección de la ANC, los de las chorimbas, atracazos y plastones, los que piden bloqueo económico e invasión?
Otros se preguntarán si el "voto castigo" será para quienes siguieron entregando viviendas, tratando de hacer llegar alimentos a precios justos al pueblo en general, dotando de medicinas y equipos a los centros de salud gratuita, mejorando las estructuras de los planteles educativos, otorgando becas, mejorando los "hogares de la patria, aumentando los salarios y las pensiones, aumentando el número de pensionados, construyendo centros de salud como el Oncológico Dr. Humberto Fernández Morán, mejorando la vialidad, combatiendo el flagelo del contrabando de extracción tanto de alimentos como de combustible, entre otros? Quizá será el voto castigo por errores cometidos en la búsqueda de soluciones para los problemas, inducidos en gran parte, que aun persisten y que tanto nos afectan.
Tenemos que aprender a leer entre líneas y ver más allá de lo que nos presentan a diario las partes interesadas. En época de elecciones empezamos a ver como afectan los servicios públicos, en especial con los bajones y apagones en el Zulia, sin que hasta ahora se le haya podido poner coto a esa situación. Lo mismo ocurre con la escasez de papel moneda y las fallas en los puntos de venta para las transacciones económicas. Y aquí la segunda pregunta de las cien mil lochas: ¿quién se beneficia con eso? Bueno, hay hasta gerentes de bancos presos por esa práctica inhumana, esos que se creían "intocables", y la lucha contra ese flagelo sin solucionar persiste.
Cada quién es el arquitecto de su destino. Creo que a estas alturas del juego muchos han decidido por quién votar este próximo domingo. Lo importante de todo, como ya lo expresé, es que no dejes de cumplir con tu deber y usufructar tu derecho de votar, que es la manera de opinar, sobre todo ahora que puedes salir a hacerlo sin ningún temor, ni hostigamiento. Sólo tú puedes decidir lo que quieres. Si tu candidato gana, bien. Pero si no, debes aceptar con hidalguía la derrota. Revisa con el CNE donde votas ya que algunos centros de votación fueron reubicados, tal y como había advertido el CNE por la violencia que se desató en algunos sitios, el pasado 30J.
Eduardo Galeano dijo: "Los científicos dicen que estamos hechos de átomos, pero a mi un pajarito me contó que estamos hechos de historias", así como también: "La violencia engendra violencia; pero también engendra ganancias para la industria de la violencia, que la vende como espectáculo y la convierte en objeto de consumo". Que sean nuestras historias las que nos guíen al momento de tomar nuestra decisión al estar al frente de la máquina electoral para que no le propiciemos ganancias a quienes hacen de la violencia un objeto de consumo, sobre todo, muy costoso.