La Harina Pan, Los CLAP, Versus La Seguridad Alimentaria

Hay formas de ver la vida, todo depende del método que empleemos, en verlo.

¿Cómo fue, que la harina pan acabó con el auto sustento alimentario del venezolano?

¿ Cómo fue que la cajita CLAP, hoy reemplaza los pozuelos?

De forma didáctica utilizaremos la data de producción agrícola del estado Táchira y de las aldeas de El Cobre, del año 1960 a 1992, para analizar este mundo paradigmático.

Las aldeas de la Cuenca de El Cobre, estado Táchira, fueron conocidas como las tierras de trigo, y a ello le acompañaba la producción de granos diversos, los cuales se guardaban en grandes pozuelos.

Palos tallados o grandes cajas, guardadas con recelo en un lugar especial de la casa.

Inclusive para mediados de 1980, esta tendencia de carácter autárquico, permitía a muchas familias, sostenerse de los vaivenes económicos, y de la escases alimentaria en el país. Para 1960, se inicia la desaparición del almacenamiento de granos, y con este, el inicio del actual agobio de escases.

La producción de granos y el pozuelo se reemplazó por un proceso de industrialización centralizada de puertos, avaladas ayer y hoy, costumbre básica del chavismo, resumida en la cajita CLAP.

El dólar barato, permitía y permite a los industriales traer granos baratos. Ya el grano, no vendría del campo venezolano sino de los campos de California, centro América o África. Puerto Cabello y Carabobo serian los nuevos graneros de Venezuela, así no se gastaría plata en caminos, casas, escuelas; todo estaría centralizado.

Era más barato llevarse la gente para Caracas o Valencia que hacer carreteras o escuelas Aun así los habitantes de la Cuenca de El Cobre se empecinaban en mantenerse atados a la producción del trigo y granos como parte de su seguridad alimentaria.

Para el año 1950, cuando todos los agricultores de trigo del Estado Táchira sumaban 660 Ha, El Cobre cultivaba 360 ha.

Aunado a los factores climáticos y exógenos, a un pésimo precio del trigo y la importación de granos, la producción agrícola entraba en una recesión social y económica de tal magnitud, que haría que entre 1940 y 1970 la población de El Cobre, migrara. El campesino agarró sus tres chiriles y se largaron, los viejos caminos quedaron solos, con sus casas solas.

Migración que se correlaciona con la desaparición de la siembra de cultivos tradicionales y base alimentaria de la población rural y periurbana, tales como el trigo, quinchoncho, ocumo, café, habas, cebada, arroz, frijol y disminución de caraota, auyama, batata, maíz, yuca.

Por su parte, estas son o fueron suplantadas, por la introducción de nuevas variedades de papa, así como de nuevos cultivos como la remolacha, ajo, flores, cebolla y tomate. Se inicia una época de cultivos y procesos agroindustriales más proposicionales, damos partida a la inseguridad alimentaria, a la desaparición de los pozuelos y de los sueños.

Este drama de pérdida de seguridad en la soberanía alimentaria se extendió en todos los municipios del país. En el Estado Táchira, entre el año 1960 y 1995, la agricultura y los cultivos de la dieta básica y tradicionales disminuyeron significativamente, tal como lo muestra datos de Dainco (1996), Tabla 1.

En el año 1961, el número de hectáreas en el estado Táchira, correspondiente a la producción de caraota era 4399 hectáreas y para el año 1995, se había reducido a 1065; La Arveja en 1960 ocupaba un área de 1971 hectáreas y en 1995 se habían reducido a sólo 78 hectáreas. El frijol cubría una extensión de 3502 hectáreas y se redujo en 1995, a solo 354 hectáreas.

Tabla 1. Evolución de superficie en hectáreas de cultivos de la dieta básica del Estado Táchira, por cultivos anuales según superficie por Has. Dainco 1995

Cultivos

Censo 1961

(Sup. Has)

Censo 1971

(Sup. Has)

Censo 1985

(Sup. Has)

Censo1995

(Sup. Has)

Arveja

1971

831

180

78

Caraota

4399

3790

915

1065

Cebolla

497

668

537

425

Frijol

3502

3012

471

354

Maíz

29078

15443

4701

2952

Ocumo

668

594

234

306

Papa

3158

2253

2075

2007

Yuca

5075

5818

3984

3419

En 1960 se, dio inicio a la desaparición de los "pozuelos" estructura para el almacenamiento de granos en las casas andinas de aldeas campesinas y urbanas.

El drama de la reducción agrícola, se daba por falta de políticas en búsqueda de la seguridad alimentaria y en la protección intencional, de los ramos empresariales y transnacionales, a una agricultura de puerto y, es allí cuando nace la harina pan, de la mano de un estado-empresasial.

Esta marca de harina precocida, es un icono que muestra, como los dueños de los medios de producción no sólo crean patrones de explotación humana; sino que igual, inducen y crean patrones de consumo.

Aun para el año 1970 en mi casa existía la máquina de moler maíz, el maíz pilado, factor básico de la arepa venezolana por cientos de años, pero la harina precocida inventada por Luis Caballero Mejías, denominada Harina de Masa de Maíz o Masa de Maíz deshidratada, llamada hoy "Harina Pan", nos llevó por caminos inciertos.

Para poder cambiar la cultura del consumo del maíz pilado, solo había que eliminar la materia prima, la producción de maíz. El competidor de la harina precocida era para 1960, el maíz pilado.

La reducción de la producción de maíz en el estado Táchira, es una expresión didáctica del drama de la perdida de la auto sostenibilidad, tan achacada hoy, únicamente al chavismo. El drama empezó hace rato.

Para el año 1960 había en el Táchira, una superficie cultivada de 29.078 hectáreas de maíz y para el año 1995, se habían reducido a 2.952 hectáreas.

Si se coloca, en forma moderada una producción de 1000 kilos por hectárea (hoy 2500 kilos por Ha), se estaría hablando para el año 1960 de una producción de veintinueve millones setenta y ocho mil kilos anuales (29.078. 000 Kilos). Lo que daría para la población actual, un promedio de 29 kilos percapita, suficiente maíz para la población existente en este 2017, en el estado Táchira.

Sin embargo, el maíz se había reducido para el año 1995 a dos millones novecientos cincuenta dos mil kilos ( 2.952.000). El maíz, base del maíz pilado, en menos de 35 años fue reemplazado por la harina precocida.

Este hecho, no se basó solamente en la migración de las zonas rurales o al invento de Caballero Mejias, sino a una forma de pensar del capitalismo, la búsqueda del mayor rendimiento del capital y para ello ahí estaban los Mendosas, los Tinoco, en el gobierno y, el apoyo de un Estado-Empresarial.

Para poder asegurar el consumo de la industria del maíz precocido, producto no conocido en el país antes del año 60, era necesario reducir, disminuir , desaparecer, la competencia por lo que era necesario desaparecer el consumo de maíz "pilado"; maíz tratado en cada una de las casas, cocido y molido por la familia.

Al traer maíz importado, con dólar barato, maíz más barato que el producido a nivel nacional, hizo que cientos de productores quebraran, facilitando el posicionamiento de la harina precocida.

Veladamente se producía en el país un proceso de transculturación, en donde, los únicos beneficiarios serían, el sector monopolista, hoy propietario de la harina precocida. Cientos de productores agrícolas fueron lanzados a las barriadas de las grandes ciudades.

Hay una correlación perfecta entre el aumento o consumo de la harina precocida, la importación de maíz desde África o Centro América y la disminución de la producción y consumo de maíz "pilado". Hoy en día, 1917, el kilo de maíz cuesta 2 bolos su importación, y en un silencio cómplice y de algarabía oculta, el gobierno chavista financia los Mendoza.

Esta tendencia de carácter nacional y regional, reflejada en 1960, los 70 y hoy 2017, se parecen, se asemejan, se igualan y, en forma dramática en los municipios y aldeas, ya que estos cultivos, eran medios autárquicos de subsistencia de las familias campesinas.

Los cultivos tradicionales existentes en el hoy Municipio Vargas, fueron reemplazados por Tomate, ajo, ajo porro, cebollín, coliflor, repollo, lechuga, cilantro, zanahoria y nuevas variedades de papa.

Exigencias de cambio que hacia un mercado. Mercado que se correlacionaba con nuevas tecnologías y nuevos dueños de los medios de producción.

La muerte de los conocimientos alternativos trajo la liquidación o la subalternización de los grupos sociales cuyas prácticas se asentaban en conocimientos de los cultivos tradicionales. Proceso que fue justificado por los gobiernos "desarrollistas" en función la necesidad de la aplicación de nuevas tecnologías, conocimientos y nuevos mercados, obviando la diversidad, la salud y la sostenibilidad de las poblaciones locales, con consecuencias posiblemente irreversibles y que hoy se reflejan en una crisis de especulación y barbarie. Un plan macabro entre estado y empresa, permitiría y permite, la monopolización de los productos creados y especulación de los mismos, sostenidos en una agricultura de puertos, ya que estos nuevos dueños de los medios de producción jamás sembraron una hectárea de maíz.

Se crea un mercado dominado por intereses propios del capital especulativo, como serían las Hortalizas, el maíz precocido u otros productos que se sometan a las exigencias del mercado capitalista.

Los consumidores más solventes son los que indican los productos que "el mundo necesita"; dándole vida a un proceso autotrófico de acelerada obsolescencia, destinada a explotar al máximo los beneficios económicos que el conocimiento científico y tecnológico ofrece a quienes controlan esos mercados.

La imposición de nuevas tecnologías, como la introducción de nuevos cultivos, semillas dependientes de la producción de las multinacionales, cultivos dependientes de los plaguicidas, caracterizados por sus altos costos, implantación de una agricultura dependiente de sistemas de regadío, solapada protección de las grandes empresas que importan granos, el reducido costo del bolívar ante el peso colombiano, la restablecen nuevas relaciones de producción, el desplazamiento de viejos propietarios y la inclusión de nuevos dueños de los medios de producción, creándose desplazamientos de carácter territorial de las poblaciones de origen local.

Muchos agricultores de subsistencia no pudieron, no pueden o temían o temen, asumir los nuevos riesgos que implicaba explorar el potencial biológico de los nuevos cultivos y fueron desplazados por aquellos que dominaron o tuvieron o tienen acceso a ese conocimiento de la tecnología y de las nuevas exigencias de mercado.

Resultado de ello, el consecuente empobrecimiento, exclusión y marginalidad de sectores de la población.

Es así: nuevas relaciones de producción, toman sitio sobre formas de producción autárquica. La no aceptación, de una nueva cosmovisión del mundo, ante su resistencia cultural, hace que los promotores del capital, les establezcan como no calificados, lo que en jerga burocrática se mencionaría como "muy poco calificados en términos educativos para asumir los retos que el nuevo modelo de sociedad requiere".

Conformándose así, lo que Marx llamó "un nuevo ejército de asalariados" o "ejercito industrial de reserva".

Hoy en día, los viejos hijos de las tierras de El Cobre, y de todos los pueblos rurales, son parte de los barrios marginados de Caracas, Valencia o San Cristóbal o nuevas poblaciones en el Municipio Panamericano y la Fría, o en mejor de los casos medieros de los nuevos dueños de las fincas o medios de producción.

En cuanto a los saberes y el conocimiento obtenido sobre variedades de las habas, de frijol y de mismas variedades de trigo que se habían adaptado a la región, en más de 300 años de cultivo de selección, desaparecieron.

La ignorancia del mundo moderno de la miríada de especies promisorias que son conocidas localmente y que han ido desapareciendo por aparición de nuevos cultivos como las hortalizas y avance sobre el bosque, es sorprendente.

El haberles mantenido no hubiese sido sólo curiosidad, sino que se tendría una base genética importante, tanto para la diversidad ecológica, como la económica, a la hora de toma de decisiones o planes de estado para menguar el hoy alto uso de insecticidas y sus enfermedades agregadas, o nueva tecnología que llegaron de la mano con los nuevos cultivos.

La Organización Panamericana de la Salud (2000), reflexiona sobre estos aspectos lo siguiente: La guerra, los conflictos, los desastres ambientales, nuevas tecnologías y decisiones de estado producen como resultado no sólo desplazamiento de la población, sino también nuevos grupos vulnerables, empobrecidos debido a la perdida de posesiones y de nivel socio económico como consecuencia de estos factores.

Existen entonces diversos factores, creadores de pobreza, tales como: cambios ambientales, decisiones políticas y económicas de carácter exógeno, cambio de las relaciones de producción, e iconos que se repiten, como el caso de "la harina Pan".

Kliksberg (2003), anuncia sobre la "farsa coartada", en donde el neoliberalismos intenta convencernos –existen los convencidos- de que la pobreza es un problema individual y no de un contexto. Señala el autor, que la tendencia liberal-empresarial, argumenta que los pobres son aquellos ciudadanos o sectores que "no han hecho suficientes esfuerzos en la vida"; cuando el asunto es, que la pobreza es un problema de los modos de producción.

Es de reconocer el esfuerzo realizado por el gobierno nacional en duplicar para el 2008 (691.783 hectáreas), la producción de maíz en comparación con el año 1998 (354.958), sin embargo, aun quintuplicando la producción lograda en el 2008, se hace casi imposible alcanzar lo producido en el año 1960.

El daño causado y las cosas que hicieron y que hace el dúo, Empresa-estado, para lograr la implantación de la harina precocida, es posiblemente irreversible o por lo menos de gran costo para quienes confrontan esta historia pesada de deuda política-social del país. Hoy la harina precocida y demás productos del ayer vienen escondidas en una nueva relación Empresa- Estado- Militares, resumida en la cajita CLAP, más social, pero el mismo fin.

Definitivamente, no es nuestra culpa, ni la de nuestros hijos, el no comer maíz pilado, quizás la culpa la tuvo Luis Caballero Mejías, ingeniero mecánico de profesión, quien inventó la harina pre cocida; el gobierno-empresarial de Betancourt y Caldera-

En este mundo paradigmático, hay una pregunta ¿ cómo es que siendo Colombia un país productor agrícola y pecuario, se lleva nuestros huevos, nuestra carne y nuestra harina originada de un maíz de dos bolos?

Hoy, diversas variables multifactoriales, como el contrabando de huevos y carne para el pueblo colombiano, el beneficio de la cajita CLAP, vista en las calles de Cúcuta, nos cofunde, hoy ninguno sabe porque la reducida producción nacional de alimentos.

¿O, lo sabemos?

Al final de cuentas, la ignorancia y falta de información es horizontal y nos arropa a todos; viva la harina pan, los CLAP, el contrabando y, muera la seguridad alimentaria.

gotapias@gmail.com

 



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Gabriel Omar Tapias M.

Investigador

 gotapias@gmail.com

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