La patria

"¡Luz! ¡Luz al fin! – Los reconozco ahora: son ellos, son los mismos de mi infancia, y esas playas que al sol del mediodía brillan a la distancia

¡Oh inefable alegría!

¡Son las riberas de la patria mía!"

(Juan Antonio Pérez Bonalde, 1846-1892).

Expresión de sentimiento de este poeta que dejó reflejado su amor hacia la tierra que lo vio parir, sus añoranzas y sus expectativas de continuar viviendo en su tierra natal.

Es así, como he pretendido iniciar estas breves cuartillas, con el trozo de un poema del precitado autor, en relación a lo que me nace expresar lo que mi modesto razonamiento entiende por "Patria", que como cualquier Venezolano, me siento orgulloso de haber sido engendrado en su matriz geográfica; y a lo cual su cordón umbilical, aún permanece latente como corazón activo. No es un mero slogan, por el contrario, es ese afecto que nos mantiene atados, a pesar de los vaivenes de este valle de lágrimas.

La Patria es este santo suelo que su sombra no se separa de quien la estima, la aprecia y no la ve como un exceso de cosas materiales superfluas que sólo alumbran a las almas que no sienten el pálpito de su existencia como cadáver yacente que no percibe ni padece. No sentir afición por ella es como andar en la vida con una veleta sin rumbo. Soy del que cree que una persona que no se sienta atraído por este concepto tan arraigado es porque su comportamiento mezquino, su egocentrismo ha hecho que no logre entender el verdadero sentido de Patria, no impregnado de interés personal, sino de significado interés general.

Así las cosas, percibo a mi Patria como ese tuétano nutrido de historia, nuestros indicios de identidad, nuestro vocabulario de entonación y fonética, circunstancias culturales que nos identifican con nuestra geografía, alejado de cualquier cultura foránea que desvirtúe nuestra afinidad. Hay que considerar que el remoto pasado que nos afianza de sentir la Patria, se sustenta en la imagen que la historia da un pueblo de su propio ser colectivo y de su quehacer fundamental a través del tiempo, donde debemos sentirnos orgullosos de los sacrificios y entrega a ideales intemporales, y no verla con un gesto despreciativo, de repugnancia que sólo acompañan a los hombres desnaturalizados. Patria es ese producto histórico que ha ido uniéndonos a las Venezolanas y Venezolanos por medio de la religión, nuestros valores intangibles, nuestra propia conciencia, y una idiosincrasia que el devenir de los años ha ido amoldándose y formándose su propio destino. De ahí su gran contenido de sensibilidad. Puede estarse en otros confines por motivos personales, y aunque se intente ligarse a sus costumbres, nunca será igual; el sentimiento de Patria no se sentirá como se aprecia en nuestra propia tierra; nos perseguirá por el resto de nuestras vidas. Es como un cuerpo sin alma. Ser intolerante con el concepto de Patria es ser injusto. No hay que confundirse con el término Patriotero, eso es harina de otro costal. Es mi modo de ver el asunto.

La imagen y la concepción de Patria no debe desdibujarse por voces agoreras y perniciosas que no aprecian de sumo su significado, se van más por la inclinación tangible que únicamente los beneficia, sin tener el mínimo aprecio de lo que la Patria significa, cosa que nunca debería pasar por la psiquis de un compatriota. Comprensión y más comprensión es lo que se requiere. No es sencillo el trabajo de intentar hacer ver que la Patria no es sólo lo que cualquier persona pueda o no recibir materialmente, de hecho, es importante, pero no es el espíritu de su contenido. No voy a dejar de sentir lo que percibo por mi terruño porque me falte, verbigracia, un zapato de marca o un automóvil último modelo. No es romanticismo, ni afecto platónico, porque no hay que tapar el sol con un dedo, las carencias de elementos materiales repercuten en nuestras vidas, pero considero que eso no es un justificativo de base para que yo pueda argüir que no siento la Patria. Es precisamente, lo que debe darnos valor sustancial para no desdeñar esa conmiseración de lo patrio.

En este mismo azimut, pienso que la Patria es una frase que prevalece sobre las necesidad, la define y la determina. Es un valor que se estima y aprecia, el cual debemos asumirlos como una responsabilidad y de no ofender a otros, que no puedan percibir lo que uno siente. Aunque tengamos diferentes formas de pensar no debemos echar por la borda la conveniencia de que el concepto "Patria" no es un capricho personal, individual, una creencia, un mito, que no debe ser endilgado a la fuerza so pretexto de convencer a terceros, no obstante, que respondan a su propia conciencia moral su definición de la "Patria". Son mis apreciaciones.

 

guaicaipuro14@hotmail.com

 

 

 

 

 

 



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José García

abogado. Coronel Retirado.

 jjosegarcia5@gmail.com

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