Grageas de reflexiones

El mundo axiológico de la feminidad y la masculinidad

En pleno siglo XXI la palabra género puede entenderse como muchas cosas distintas, partiendo desde la etimología genus, y que viene a dar con términos que pueden acoplarse, sin distraer su atención, como una forma de categoría, ascendencia o pelaje, los cuales tienen que interactuar inevitablemente en una sociedad estereotipada que muchas veces se caracteriza por el desprecio y la subestimación de ciertos caracteres y elementos que diferencian, sobre todo, a las personas que poseen condiciones o personalidades propias de su idiosincrasia, no obstante, desde el contexto de los Derechos Humanos, bajo principios y preceptos éticos, morales y religiosos tienen que verse y estudiarse, respetando siempre los variados puntos de vistas como esa vislumbrada importancia de cada uno de esos elementos. De esto no escapa el contexto de la feminidad y la masculinidad.

Ahora bien, ¿cómo se desnuda esa dicotomía?, ¿cómo interactúan ambas realidades en un mundo donde convergen tantos conflictos y frustraciones? El vocablo género, paseándose un poco por la definición de la Organización Mundial de la Salud, señala así : ¨los roles socialmente construidos, comportamientos, actividades y atributos que una sociedad considera como apropiadas para hombres y mujeres¨. Debe tenerse presente que no hay que confundir el término ¨Sexo¨ que es el elemento que nos acompaña desde el momento que vemos por primera vez la luz del sol. En ciertas circunstancias, usted habrá escuchado decir a alguna persona de una manera inconsciente: ¨-Ayer tuve sexo con mi pareja-¨ cuando realmente lo que sostuvo fue una actividad de relación sexual, porque el sexo nace con uno. El género no tiene nada que ver con lo biológico.

En este orden de ideas, al referirse a la feminidad, se destina a la singularidad y a las funciones propias de las mujeres, que precisamente, es la que le da este toque de concepto que a ellas se remite. Puede partirse de la premisa que esa misma feminidad se enraíza en una relación directa con el cuerpo, y de alguna manera está fundamentada en criterios de ideales de cliché y algunos catálogos impuestos por la hegemonía patriarcal a través de diferentes épocas, culturas y costumbres que no han hecho más que, en algunas circunstancias, establecer prejuicios y juicios de valor negativos que subsumen a la mujer en contra de su voluntad en sujetos vulnerables de la sociedad. A través de la historia, marcando el hito desde la misma argumentación en el génesis o la creación del mundo. De aquí puede desprenderse que el patrón de feminidad es netamente socializado por la humanidad.

Para cerrar con la masculinidad, y enfocándola desde una perspectiva sociológica, viene hablándose desde una relación de poder que siempre se disputa en una sociedad estructurada en tiempo y espacio. Es significativo apuntalar que, desde un tiempo para acá, ha venido estudiándose con gran interés todos los elementos y naturaleza que tienen que ver con la paternidad, su desarrollo, en el enfoque de su vida emocional, sexual, su relevancia en el ámbito doméstico que dieron motivo de reflexión con el consecuente desaprendizaje de factores o incidencia de corte hegemónico. Vale resaltar que muchos autores señalan la preponderancia del debate en cuanto a la incorporación de las ciencias sociales donde resaltan las condiciones emocionales como varón, el desenvolvimiento afectivo, su vida sexual, su participación en la esfera de la vida doméstica y afines. Todo lo anterior en el contexto de los valores de la feminidad y la masculinidad.

¡Muchas gracias!

La vida es un constante leer; y quien lee, nace dos veces. (Anónimo).



Esta nota ha sido leída aproximadamente 146 veces.



José García

abogado. Coronel Retirado.

 jjosegarcia5@gmail.com

Visite el perfil de José García para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: