¿Quién puede negar que el Presidente Maduro ha triunfado ante los infames oposicionistas en todas las contiendas?

Solo los mezquinos de la derecha recalcitrante y sus aliados de la seudo izquierda traidora, la OEA de Almagro, Trump y demás ultra derechistas atrasados y arrastrado, son capaces de desconocer públicamente el triunfo del Presidente Maduro, el pueblo organizado y el comando cívico militar de la revolución ante la guerra económica financiera planteada por el imperio y sus perritos domesticados.

En cualquier otro país, con la situación económica provocada por los enemigos de la contra revolucionarios, sus gobiernos hubiera capitulado o simplemente negociado con sus plagiarios para mantenerse en el poder. Contrario a esto, los bolivarianos hemos resistido y en respuesta, bajo el liderazgo del Presidente Obrero, hemos dado la batalla en el terreno de la legitimación electoral, por la vía de la paz y en concordancia con los objetivos revolucionarios planteados en el plan de la Patria y la Constitución del 99.

En ese sentido, la Revolución Bolivariana es para el mundo libre ejemplo de unidad, lucha, batalla, conciencia y victoria. Aquí manda el pueblo, trabajador, organizado y colectivamente consciente de su papel histórico. Somos mayoría y en 18 años de lucha, hemos cultivado un liderazgo sustantivo nacido en el seno del pueblo, joven, dinámico y creativo. No caben dudas que se nos han coleado algunos traidores de oficio, pero igualmente no hay dudas, que esos han sido derrotados y expulsados de las filas de la patria. No negamos que la guerra de sexta generación planteada por el imperio en nuestra contra ha provocado bajas y nos ha hecho muy difícil la vida, pero aquí estamos, valiente y comprometidamente empeñados en nuestro derecho a la felicidad plena.

En consecuencia, debemos advertir a los enajenados opositores y confundidos, que no es poca cosa tener un Presidente Obrero, nacido en el barrio y criado al fragor de los embates de la vida del hombre común de a pie, que sin más pretensiones que vivir y sumar la felicidad a sus familias, trabajan y luchan a diario, por llevar el pan a la mesa. No es poca cosa que los hijos del pueblo hoy estudien lo que quieran en las universidades de la patria. No es una tontería que esta generación tenga garantizado su vivienda y a pesar de la inflación inducida, la escases y la especulación, cuente con la protección del Estado bajo el mando de la Revolución Bolivariana.

Hoy nadie puede desconocer que el Presidente Maduro es un líder fundamental del proceso bolivariano con el cual hemos vencido en todas las contiendas electorales hasta ahora convocadas, las más recientes, la ANC, 18 Gobernaciones y seguramente todas las alcaldías del país.

Está claro, Nicolás Maduro Moros es nuestro candidato, el socialismo nuestra propuesta y el Plan de la Patria nuestra guía de acción, mientras que en la oposición luce por su: Falta de liderazgo, egos exacerbados, odios internos a flor de piel, Trump como jefe y ejemplo para la lucha y la maniática aspiración de llegar al poder por asalto con el fin único de volver al pasado y retomar sus groseros privilegios.

Ahora bien, tenemos candidato, propuesta y proyecto, en consecuencia hay que redoblar la marcha e ir a lo más profundo de este pueblo a construir, reconstruir o reposicionar nuestra fe irrenunciable por ser libres y felices.

En ese sentido, el llamado es para que no haya un solo hogar que no sea tocado por la revolución, organizado para la acción social y sobre todas las cosas, protegido por el gobierno revolucionario. No olvidemos que el enemigo no descansara en sus intentos por derrocar cualquier alternativa política que desnude la falsa prosperidad que promete el capitalismo y sus secuaces.

La mejor campaña electoral que debemos emprender, es elevar los niveles de eficacia y eficiencia revolucionaria en favor de todos. Nuestra consigna debe seguir siendo la unidad y nuestro objetivo, la victoria. Viva Nicolás Maduro, el Plan de la Patria y el comando cívico militar de la Revolución. Viva el pueblo Revolucionario y Rebelde. Viva Chávez.