Pasaron los diez días para la presunta caída del presidente Maduro y lo único que cayo, fue el endeble andamio, donde los traidores de oficio y sus irracionales argumentos, colocan sus frustraciones y cuenta con vano afán sus fracasos acumulados.
En ese orden de ideas, no solo fracasaron en sus predicciones, sino que además fracasaron en las acciones terrorista planificada en los tanques de pensamiento del imperialismo para ser ejecutadas, por un grupo de ideologizados héroes infelices, los cuales fueron intencionalmente delatados por sus jefes políticos criollos, con el fin de provocar el caos y así construir sobre su cadáveres, un mito justiciero que sirva a los fines de acusar al Gobierno Revolucionario de inhumano y asesino.
Por lo antes expuesto, es que en la prensa contra socialista, no hace mención de los oficiales heridos y caídos a manos de los delincuentes antes señalados, por el contrario, intentan descalificar sus acciones y pretenden presentarlos como asesinos a sueldo.
Tal situación demuestra, que en la oposición son pocos los que piensan y muchos los que envisten con torpeza y sirven de carne de cañón para alimentar las alimañas perversas que siguen apostando a la violencia como el camino para tomar el poder, aunque que nunca arriesgaran ni un ápice de su estado de confort en pro del logro de sus patéticas ambiciones.
Nuevamente quedaron desnudos en sus intenciones los terroristas y golpistas, otra vez se equivocaron en el cálculo político de complicidad manifiesta con lo más violento y atrasado del oposicionismo y sus facciones de ultra derecha y neo oposición adheridas de la ultra izquierda desechada por nuestro socialismo bolivariano, revolucionario y constructor de futuro.
Por ello, la dirigencia opositora acuden a la necrofilia que les caracteriza y con ella a la evasión de toda responsabilidad sobre los condenables actos violentos de sus legionarios ideologizados, narcotizados y marcados por lo más oscuros sentimientos de odio inoculados, que invoca a un extraño Dios de Israel, que les inspira la muerte y la destrucción de todo aquello que le contradiga a su paso.
Ahora, qué van a decir los irresponsables del teclado al servicio de la ultraderecha y los presuntos comunicadores de la TV oposicionista (Globovision, Venevision y Televen) que desde tempranas horas de la mañana atacan al gobierno con un lenguaje claramente contrario al Estado y la Paz. ¿Seguirán apoyando a los violentos desde su compartida creencia en ese Dios vengador? O ¿Con la cobardía de costumbre se escudaran tras la letra de sus guiones insolente y entre medias verdades y muchas mentiras seguirán disparando sus frustraciones contra el pueblo y el Presidente Maduro?
Las respuestas a las anteriores interrogantes son obvias, demostrables y claramente observables. Sin embargo, en base a los resultados podemos asegurar que los comunicólogos de la oposición continuaran descalificando el dialogo sustancial y profundo con el gobierno, el cual ineluctablemente los llevara al reconocimiento del Estado Bolivariano y con ello a la confesión concreta de todos sus errores.
Por ese motivo, los opositores no acudieron al encuentro final del dialogo en República Dominicana, y aunque delataron a los violentos y en lo aparente se distanciaron de la impolítica, a pesar de sus esfuerzos, han dado contra marcha por orden de las minorías violentas que los gobiernan a través de las redes sociales.
Por último, me quedan algunas interrogantes; Cómo interpretamos la ausencia de los opositores: ¿Cómo el reposicionamiento de los violentos dentro de la MUD? o ¿Cómo el despegue de la candidatura presidencial de Ramos Allup?
La respuesta ya salieron al aire, los violentos seguirán dando vuelta sobre sus ejes secos y rechinantes, repitiendo los mismos errores de todo aquel cuyo ego no le cabe en el cuerpo y enviste cual miura sin pensar que hay detrás de los capotes de la muerte. Mientras los viejos zorros y camaleones de la jurásica AD ocupan los espacios de poder.
Ellos seguirán de derrotas en derrotas y los bolivarianos continuamos en nuestra lucha por la felicidad, con la vida como proyecto, de la mano del plan de la patria como guía y bajo conducción de un Presidente Indestructible.