Todas las consignas que forman parte del legado de Chávez, el chavismo burocrático las tiró por el barranco. En su agonía, Chávez le pidió a Maduro que atendiera el tema estratégico de su propuesta socialista. En ese momento, Chávez les habló a sus hijos políticos de "comuna o nada".

Era natural y costumbre que Chávez nos hablara mapeado. Es decir con un mapa en la mano, porque el punto y círculo era una de sus metodologías básica para la acción de la revolución. Esto de punto y circulo, el chavismo burocrático y corrupto también lo volvió migas, que es como decir, que este chavismo burocrático, volvió esta metodología nada. La desguañangó totalmente. Lo territorial está vació. Es un desierto.

El Poder Legislativo Nacional (AN) , estadal (CLE) y municipal (CM) tenían -y tienen- un alta responsabilidad en llevar por buena ruta esta propuesta de "Comuna o Nada", porque se trataba ir aniquilando estas estructuras, que son parte del Estado heredado, pero más que matar a estas instituciones (AN, CLE y CM), se trataba de promover a través de leyes en las diferentes instancias territoriales, proceso de transferencias de competencias, previo un proceso de formación, que no debían tener las características de la "formación" que diseñaron desde el PSUV, que más que una formación, fue una deformación con un proceso de adoctrinamiento.

Que yo sepa, no hay una comuna con poder de tomar decisiones. No hay comunas, en algún municipio del país que les hayan quitado el poder a los Concejos Municipales para discutir y aprobar la Ordenanza de Presupuesto Municipal. No hay una comuna en un municipio que tenga el poder para evaluar el plan de obras de ese municipio. No hay posibilidades de conocer el plan de obras. No hay comunas en el país donde los comuneros sean los responsables de producir las ordenanzas.

Aunque hay comunas que han desarrollados iniciativas productivas. Los pocos oasis, como la Comuna El Maizal y otras pocas más; el gobierno decidió tacharla o impedirle que vivan. Son disidentes y sabemos el tratamiento que el gobierno y el PSUV le dan a la disidencia.

Está en proceso una elección para escoger diputados a los Consejos Legislativos Estadales y concejales. Me he interesado por oír algo que venga de este chavismo burocrático que me de luces. Nada, la única cosa que he oído es un lugar común que nos dice que uno u otro candidato o candidata, se haya desplegado(a). ¿Desplegado dónde? ¿Por qué cosa o política? ¿Por quién? ¿Con quién?

En mi caso, he deambulado por el boulevard 5 de julio en Barcelona solo y en otras ocasiones, caminado con el camarada José Rosales. Disfruto oír sus orientaciones. He pateado, como consumidor el mercado de Tronconal, el mercado bolivariano y hasta me paseado por las ruinas del mercado de la Aduana. No veo a estos desplegados. No tienen carne ni hueso. Serán espíritus burlones que divagan por otros mundos.

Los candidatos del PSUV en Anzoátegui por lo menos nada nos dicen de su proyecto legislativo sobre Anzoátegui. No pueden, por el parecido del gobierno anterior con este adeco, asomarnos una observación sobre el gobierno adeco, porque quedarían como desnudo. Creo además, que si se atrevieran a decir algo, nada extraordinario sucedería porque lamentablemente los candidatos del PSUV están en peores condiciones que los líderes clandestinos de ayer. Aquellos con frecuencias nos hacían llegar una opinión en hojas reproducidas en multígrafos estando en la clandetinidad, comunicándonos sus sueños o pesadillas. Estos candidatos andar por ahí en rara clandetinidad. Son como el zorro. nadie saben quiénes son, aunque hoy hay un salto cualitativos en las tecnologías de comunicación. Ni una mariposas para saber qué pasa en ese despliegue y qué tienen entre manos.

Conozco de vista a Juan Guramaima. Lo conocí cuando andaba en cosas del magisterio. Sé que es una persona insistente y preocupada, pero de ahí, con casi una vida en Barcelona, no tengo otra referencia.

Me atendré a las orientaciones que sobre esta materia pueda darme el camarada José Rosales, que es un camarada extremadamente ponderado y sin excesos en los juicios.