En el mundo comienza a sentirse la disponibilidad de alimentos. La desnutrición y el hambre preparan el terreno a las enfermedades y las epidemias. Si la población crece incesantemente (un 2% al año) cada año deberán crearse también un 2% de escuelas, hospitales, y así sucesivamente. Las tasas de crecimiento de la población han rebasado los aumentos de la producción alimentaria. Además del acceso a la comida, el agua para la vida se está convirtiendo en un factor que limita gravemente la existencia humana. Desde 1940, la población casi se ha quintuplicado, pero el consumo de agua se ha sextuplicado. Algunos tendrán que arreglárselas de agua sin tratar, como ya se dice que hacen 2 mil millones de personas Un análisis estratégico de los suministros de agua disponibles revela que en el corto plazo se intensificarán las guerras por el agua. Acerca del caos impredecible que está generando el capitalismo salvaje, las cifras podrán cambiar pero no el mensaje en esta Tierra que muchos no saben que es finita.
El vetusto capitalismo teme mirar cara a cara la realidad, no son capaces de comprender el adagio romano que precisa que "necesitas non habet leggen: la necesidad no sabe de leyes. Y el pueblo ya está enardecido. El descontento poblacional está a gran escala. La tiranía de los mercados neoliberales no podrán ni reagruparse ni mantenerse, las grandes masas poblacionales lo están arrasando. El capitalismo demostró históricamente su fatalidad. También dejo en claro que es contrario a la estabilidad y la paz, justamente porque se colocó al margen de la condición previa que es la democracia.
Ningún país posee una oferta ilimitada de tierras aptas para el cultivo y la ganadería, agua, energía, etcétera. Mientras la población va en aumento. El Banco Mundial definió la seguridad alimentaria así: "El acceso de todas las personas en todo momento a alimentos suficientes para llevar una vida activa y saludable". Esta frase vivió su momento, hoy es vana e inocua.