Declaración ante las Elecciones Presidenciales del 20 de Mayo

Elecciones Presidenciales en Venezuela: Maniobra Política, Fraude Electoral y Abstención

El pasado 20 de mayo del año en curso, tuvo lugar la realización de las elecciones presidenciales, quedando disipados los rumores y las exigencias por parte de sectores de la oposición burguesa de suspensión y atraso de las mismas. El evento electoral estuvo precedido de una notoria indiferencia por parte de la mayoría de la población. Cabe mencionar que en este proceso electoral también se elegían los diputados a los parlamentos regionales de los distintos estados del país, aunque esto último despertaba aún menor interés.

Fue un proceso marcado por la más baja participación en una elección que involucrase la figura del Presidente de la República, por lo menos desde las que se realizan a partir de 1958 (año del derrocamiento de la dictadura perezjimenista) hasta la actualidad.

Es un hecho que desde su convocatoria, estas elecciones fueron percibidas por la gran mayoría de la población como una maniobra política de Maduro y su gobierno para mantenerse en el poder, en la cual los candidatos opositores que se postularon no hacían sino el papel de cómplices para avalar un completo fraude, convocado por un régimen dictatorial, que se aseguró que sólo la opción oficialista tuviese posibilidades reales de victoria, a partir de la invalidación política de importantes partidos de oposición (y de incluso pequeños partidos), de la inhabilitación de dirigentes políticos opositores, la notoria falta de imparcialidad del Consejo Nacional Electoral (CNE) y el ventajismo oficialista, expresado en la utilización abusiva de los recursos públicos en beneficio del partido de gobierno, tanto durante la campaña como en el mismo evento electoral, la política clientelista y de chantaje mediante mecanismos como el carnet de la patria, los bonos de la patria, entre otros.

Pero también una parte de la población asumió que las elecciones no son la salida para solventar la crisis, que la solución a la misma pasa por la salida de Nicolás Maduro del poder, posibilidad inexistente en unos comicios con las características descritas y que además los programas de gobierno esgrimidos por los candidatos opositores, sus propuestas políticas y económicas tampoco serían ninguna solución a la actual crisis, y sólo mantendrían o empeorarían la paupérrima situación en la que hoy se encuentran los trabajadores y el pueblo humilde de Venezuela.

El contexto político previo a las elecciones.

Desde hace tiempo el país viene atravesando una profunda crisis política, que se agrava con la crisis económica, la unidad política tanto de la boliburguesía como de la burguesía tradicional ha sufrido un importante resquebrajamiento.

El PSUV principal aparato político del chavismo y la boliburguesía, está sumido en una severa crisis expresada en la ruptura de importantes dirigentes tradicionales del chavismo, ex ministros, el ex Presidente de PDVSA (Rafael Ramírez), y ex embajadores con el PSUV en medio de conflictos, escándalos de corrupción, acusaciones de parte y parte e incluso detenciones y encarcelamiento de ex ministros y generales (como el caso del ex ministro de economía y ex militar Rodríguez Torres y el General Ramírez López); la más reciente expresión de esta crisis fue el lanzamiento y registro, como partido político oficialista del Movimiento Somos Venezuela, en el marco de la pre campaña electoral, este nuevo partido vino a actuar como mecanismo de complemento, pero también de disputa electoral (del voto chavista) del PSUV .

También se hizo presente la candidatura de Reinaldo Quijada, ex PSUV – Gran Polo Patriótico (GPP), fundador en 2002 del Movimiento Clase Media en positivo, con una propuesta electoral de "rescate del legado de Chávez".

Para la oposición burguesa, el panorama no es más alentador y afrontó el proceso electoral con profundas divisiones en su seno, identificándose al menos cuatro sectores claramente definidos (sin contar otros minoritarios).

La MUD – Frente Amplio (el frente amplio incluye al principal gremio patronal del país FEDECAMARAS y a la Iglesia Católica) con una política de llamar a la abstención para exigir mejores condiciones electorales y nuevas elecciones a final de año.

Otro sector, también llamando a la abstención, es el representado por María Corina Machado de Vente Venezuela y Antonio Ledezma de Alianza Bravo Pueblo. Con la diferencia que estos en lugar de elecciones y condiciones exigen la renuncia de Maduro.

Los que optaron por participar en las elecciones y postularon candidaturas, se cuentan entre estos Avanzada Progresista – Henri Falcón, el partido Un Nuevo Tiempo, disidentes de la línea oficial de partidos de la MUD (como es el caso de Alfonzo Marquina de Primero Justicia, entre otros que llamaron a votar) y el ex secretario general de la MUD Jesús "Chuo" Torrealba, entre otros y por su lado Javier Bertucci del Movimiento Esperanza Para el Cambio. Ambos con llamados a un "Gobierno de Unidad Nacional" y propuestas económicas neoliberales como la dolarización de la economía, la negociación de empréstitos con el FMI y la solicitud de "ayuda humanitaria". También podemos incluir acá a Luis Ratti, aunque este último término declinando su candidatura y llamó a votar por Falcón

Por último se encuentran los que directamente hacen llamados abiertos a golpes de estado, intervención militar imperialista o de los ejércitos de los países de la región, este sector es minoritario y se encuentra representado principalmente por la oposición radicada en Miami, Patricia Poleo, Alberto Franceschi, JJ Rendón, entre otros.

El Escenario Económico.

Estas elecciones fueron convocadas en medio de la peor crisis económica que haya atravesado el país en su historia reciente, en una situación de hiperinflación, con unos salarios destruidos (que en promedio alcanzan 2$ por mes), una canasta alimentaria que asciende los 40 millones de Bs. y una canasta básica familiar que se sitúa en los 100 millones de Bs. Mensuales (44,4$ y 111,11$ respectivamente, según datos del CENDAS de mes de abril y tomando en cuenta la cotización del dólar paralelo), con una escasez de alimentos y medicinas permanente.

Con la gran mayoría de los trabajadores y el pueblo sufriendo la desesperación diaria por encontrar comida o medicinas, padeciendo los altos precios de los alimentos, con decenas de personas muriendo a diario en los hospitales, sufriendo enormes calamidades incluso para sepultar a sus difuntos, en medio de una desesperación creciente ante la falta de dinero en efectivo para pagar el transporte (servicio también por demás escaso y deteriorado) y poder llegar a los centros de trabajo, o para rendir en algo el salario, comprando hasta un sexto más barato en efectivo que con punto de venta o transferencia.

Son todos estos elementos los que explican la completa indiferencia de las masas antes y durante el proceso electoral.

El CNE miente con los resultados anunciados.

Cerca de las 10:00 PM del 20 de mayo, Tibisay Lucena del CNE, anunció, con un 92% de las actas escrutadas, el primer boletín oficial de resultados, declarando como ganador, tal y como se sospechaba, al candidato oficialista Nicolás Maduro, hecho que fue recibido por la población con el mayor desgano, incredulidad y sin sobresaltos, al día siguiente (21/05) fue emitido el total de los resultados.

Según estos anuncios Nicolás Maduro habría obtenido 6.233.838 votos (68%), el principal candidato opositor Henri Falcón 1.925.239 votos (21%) y Javier Bertucci 925.042 votos, con un total de votos válidos de 9.368.035, en un padrón electoral de 20.527.571 personas inscritas, lo que representa una participación de apenas 46% y por ende una abstención de 54% (más de 11 millones de personas).

Sin embargo agencias de opinión como Meganálisis, ligada a la oposición burguesa, basándose en sus propios exit poll, señalan una participación final de apenas 3.594.040, lo que representaría una participación de 17,32%, habiendo dejado de participar 17.156.769 personas, para una abstención 82,68%.

La desolación observada en los principales centros de votación de las principales ciudades del país, y los sondeos de opinión de algunas consultoras independientes, así como también los señalamientos de dirigentes políticos y medios periodísticos, que ubican la participación en poco más de 30% (abstención cercana al 70% por consiguiente) hacen afirmar que si bien son exageradas las cifras suministradas por la oposición burguesa de la MUD – Frente Amplio y sus agencias de opinión, las cifras del CNE están claramente abultadas y representan una flagrante mentira.

No quiere esto decir que no haya obtenido Maduro más votos que Falcón, sino que, no sacó la cantidad de votos que dice el CNE y no concurrió a las urnas la cantidad de votantes que dice el ente comicial.

Al respecto de esto afirma el único rector del CNE no ligado al oficialismo (más bien ligado a la MUD) Luís Emilio Rondón: "ratifico responsablemente ante el país, que, con todo el ventajismo, trampas, fraudes e irregularidades, Nicolás Maduro, no alcanzó ni los tres millones de votos, muy a pesar de todas las irregularidades, por lo cual es totalmente ilegal, ilegítimo y no avalo ni reconozco en lo absoluto, ese evento del pasado domingo 20 de mayo" (22/05/2018).

Un Gobierno muy Debilitado.

Pero incluso, en el supuesto negado de que fuesen ciertas las cifras reportadas por el CNE, esto, al contrario de lo que intenta hacer Maduro y el resto del chavismo de mostrar estos resultados como el "gran triunfo electoral", lo que muestra es una gran debilidad del gobierno en su relación con las masas, exponiéndolo como un gobierno con un fuerte rechazo popular.

Una abstención de 54% como la que declara el CNE, representa más de 11 millones de votantes que estarían expresando su rechazo al gobierno y al proceso electoral, sumados a los más de 3 millones que votaron en las opciones opositoras serían más de 14 millones de personas que rechazan a Maduro, su gobierno y régimen, esto en un país de poco más de 30 millones y con una población votante de 20 millones y medio es un porcentaje de repudio altamente significativo (70%). Esto se agrava a sabiendas que las cifras de participación son cifras abultadas por el CNE y la abstención en consecuencia es mucho mayor.

Las Fuerzas Armadas Nacionales Bolivarianas (FANB) vienen siendo la institución principal de régimen dictatorial de Maduro, los acontecimientos que se han dado y las declaraciones de Maduro a posteriori de las elecciones parecen mostrar una situación de crisis en ese ámbito.

El 23 de mayo se confirmó la privación de libertad de once oficiales de las FANB y la destitución de 1.777 soldados de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) por "indisciplina y abandono de funciones", el día siguiente en la oportunidad de su juramentación como Presidente electo, Maduro hizo insistentes llamados a la lealtad a los oficiales y tropa de las FANB.

Luego, el día 25/05/2018, en un acto con integrantes de la FANB, ordenó que todos los uniformados firmen una proclama en la cual garantizan su lealtad. "…que la proclama sea firmada por cada oficial y cada soldado" y agregó: "…esto es para llevar a fondo un proceso de remoralización, de reactivación de los valores morales e ideológicos… esto se hará hasta en el último comando...". Se habla que las detenciones de oficiales han ascendido a 40 en lo que va de semana.

Desconocemos la profundidad de la crisis, todos estos hechos parecen indicar que hay un creciente malestar instalado a nivel de las FANB. A propósito de esto, La periodista especialista en asuntos militares Sebastiana Barráez sostiene: "Con el llamado a la Asamblea Constituyente se ha creado una fractura que no ha sido resuelta y lo que está sucediendo ahora es por una situación similar con las elecciones, tomando en consideración que esa FAN vio con mucha desconfianza el llamado a unos comicios que no terminaban de ser transparentes" (www.puntodecorte.com, 25/05/2018);

Y agrega: "Tenemos una crisis de tal magnitud que amenaza con desbordarse y es por ello que el Presidente de la República puede anunciar antes de junio cambios radicales en la estructura militar… Ya no se trata de un golpe de Estado, es que se está haciendo agua la Fuerza Armada" (ídem)

La Abstención Revela el Repudio a la Maniobra del Gobierno y Desnuda la Complicidad de los Candidatos Opositores.

Resulta obvio que los factores de la oposición burguesa organizados en la MUD – Frente Amplio, intentaran oxigenarse y recomponerse de su desprestigio a partir de la abstención, abrogándose como un mérito suyo el hecho de que esta opción política haya obtenido tan altos índices en las pasadas elecciones. De hecho ya han salido a dar declaraciones en el tenor de "a partir del 20 de mayo no hay tiempo que perder" (Henrique Capriles Radonsky) o haciendo llamados a la reunificación de las fuerzas opositoras.

Lo cierto es que esta alta abstención está lejos de expresar una recomposición política de la MUD – Frente Amplio, y lejos está de ser la consecuencia de su fuerza política, esto quedo bien expresado en las pírricas asistencias a las movilizaciones que convocaron para el 1° de mayo y después para el día 16 de mayo.

Los altos índices de abstención lo que revelan es la desconfianza en un proceso electoral fraudulento, en un ente rector de elecciones carente de toda imparcialidad y en todo el sistema electoral de conjunto. Dejan en evidencia el enorme repudio a un gobierno que es incapaz de garantizar a la población trabajadora y humilde la satisfacción de sus necesidades más básicas, que viola las más elementales libertades democráticas, incluyendo la de la realización de elecciones libres. Expresa la desconfianza en las opciones políticas de la oposición burguesa existentes, en sus programas económicos y medidas, son la muestra de que las masas no ven las elecciones como una posible salida a la crisis y dejan planteada la hipótesis de que estas hayan escogido el camino de la movilización para resolver la crisis.

Está claro que el descontento, el rechazo al gobierno y la rebelión popular, expresados en la abstención, no implica de manera mecánica que vaya a haber movilizaciones, esta es una posibilidad planteada, pero hay obstáculos para su concreción, entre otros la falta de una dirección que posea la confianza política para movilizar a las masas.

En este sentido la construcción de una referencia política de la izquierda revolucionaria, para dar una perspectiva revolucionaria a un proceso de movilizaciones que debido a la bronca acumulada aparece como muy probable, se convierte en un elemento decisivo.

La abstención también dejó en evidencia el rol cómplice de los candidatos opositores en avalar la maniobra fraudulenta del gobierno para permanecer en el poder. Momentos antes del anuncio de los escrutinios los candidatos opositores ofrecieron alocuciones declarándose perdedores (algo nunca visto en la historia electoral del país), responsabilizando a la abstención de su derrota y denunciando una falta de garantías electorales que desde antes de convocarse las elecciones era notoria y la violación de un acuerdo de garantías suscrito con el gobierno, así como la comisión de delitos electorales que ya han sido repetidos en las elecciones por la ANC, las de Gobernadores y las de Alcaldes, cabría preguntarles a estos candidatos porque habría de ser distinto ahora.

Tanto el candidato Falcón como Bertucci terminaron sus alocuciones desconociendo el proceso electoral, pero no sobre la base de un desconocimiento a los resultados sino basándose en la falta de garantías ya mencionada. De hecho poco después el candidato Bertucci cambio su postura y expresó: "reconozco los resultados electorales porque están claros".

La postura de Falcón de desconocer el proceso electoral y exigir nuevas elecciones en octubre no pasa de una pose para ocultar su papel de cómplice de la maniobra y no quemarse políticamente, su exigencia y la base de esta lo reduce a encuadrarse en la política que ya venía esgrimiendo la MUD – Frente Amplio antes del proceso electoral.

Falcón sólo busca no aislarse políticamente, la farsa parece quedar en evidencia a partir del hecho notorio de que hasta ahora no hace ni un sólo llamado a movilizar por esas supuestas nuevas elecciones, cabría preguntarle si esa convocatoria pretende lograrla a partir de introducir recursos en un CNE y un TSJ completamente controlados por el gobierno. Es claro que si no moviliza a las masas para defender su exigencia, quedaría demostrado que su postura es sólo una pantomima para tener una mejor posición para negociar su liderazgo entre los sectores opositores

Rechacemos la Injerencia extranjera e Imperialista.

Tal como había anunciado, el gobierno de EE.UU. manifestó su desconocimiento al proceso electoral, igual postura asumió el bloque imperialista de la Unión Europea (UE), de la misma manera el imperialismo norteamericano hizo aprobar un nuevo conjunto de sanciones contra el gobierno de Venezuela y la UE evalúa actuar de manera similar.

Postura similar adoptaron los gobiernos de los países semicoloniales del continente que conforman el denominado Grupo de Lima, a saber, Argentina Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay y Perú.

Más allá de lo fraudulento e ilegítimo del proceso electoral venezolano, denunciamos y repudiamos esta actitud injerencista.

Afirmamos que es una completa hipocresía que gobiernos como el de Michael Temer (Brasil) que ascendió al poder sin ser electo por nadie, producto de una maniobra política y que hoy es altamente rechazado por su pueblo, pretenda dar lecciones de democracia a Maduro.

El gobierno de Donald Trump carece de cualquier autoridad moral y política para cuestionar la falta de democracia en Venezuela siendo que son el principal aliado del Estado Nazi – Sionista de Israel, en cuanto al apoyo al genocidio contra Palestina, proveyéndole de armas y recursos. Además, los EE.UU. a lo largo de toda su historia han apoyado y sostenido dictaduras en todo el continente como las de Alfredo Stroessner en Paraguay durante 35 años y la de Pinochet en Chile durante 16 años, por citar sólo algunas, aparte de haber organizado golpes de estado e intervenciones militares para imponer dictaduras o gobiernos títeres, afines a sus intereses en todo el planeta, es decir, si algo está cuestionado en el accionar de los distintos gobiernos de este país, y de manera muy notoria en el actual, es su "espíritu democrático".

Por su parte gobiernos como el de Paraguay y Guatemala que hoy cuestionan la falta de democracia en Venezuela, siguiendo los pasos de la máxima autoridad yankee, apoyan a Israel en el mismo genocidio e incluso, para no ser menos que aquella, trasladaron sus embajadas a Jerusalén.

Recientemente, el terrorista Posada Carriles murió sin pagar condena, protegido por EEUU, a pesar de haberse comprobado su autoría en la voladura de un avión cubano en los años setenta, demostrando la doble moral de los gobiernos gringos. De lo que se trata para ese imperialismo es de garantizar la obtención de petróleo y otras materias primas, así como el apoyo incondicional a sus políticas imperiales (guerreristas, injerencistas, de saqueo de recursos) bajo un gobierno impuesto por ellos.

Las sanciones aprobadas por el gobierno de Trump y las que planean aprobar la UE y el Grupo de Lima, consistentes en prohibir la contratación de nuevas deudas con Venezuela, la prohibición de colocar activos venezolanos en garantía de deudas, el bloqueo de cuentas de funcionarios y de la nación, entre otras sanciones, en los territorios de esos países, tenderán a agravar la situación económica de país y son presiones para obligar al gobierno a acelerar la aplicación del paquete de ajuste que ya viene implementando y la entrega de los recursos de la nación, ya en curso a través de los contratos de empresas mixtas, los convenios del Arco Minero Orinoco y los ingentes pagos de deuda externa, así como también para acelerar una transición hacia un gobierno más confiable a sus intereses, que minimice la entrada de rusos y chinos en lo que ellos consideran su "patio trasero". Las consecuencias de estas medidas, la sufrirán mayormente, no el gobierno burgués de Maduro (que en alguna medida se verá afectado), ni los funcionarios corruptos, ni los banqueros y empresarios especuladores, ni las transnacionales, sino los trabajadores y el pueblo pobre de Venezuela.

Rechazamos esta grosera intromisión extranjera, tanto del imperialismo, como de los gobiernos títeres de los países semicoloniales del continente, sostenemos que sólo los trabajadores y el pueblo de Venezuela tienen el derecho de echar a Maduro del poder, en ese sentido sólo aceptamos la ayuda de la clase trabajadora, los pueblos y movimientos sociales y de luchadores del mundo, bajo el acuerdo previo con los trabajadores venezolanos.

De igual manera, denunciamos y rechazamos las acciones de la burguesía opositora y sus lacayos, de gestionar, solicitar y propiciar la injerencia extranjera y sanciones económicas y políticas contra el país (ante su incapacidad de obtener la confianza de unas masas, que se han desilusionado por la falta de interés de esa oposición por su padecer cotidiano)

Llamamos también a los trabajadores venezolanos a la más categórica desconfianza en Maduro y su gobierno, que ahora pretende aparecer como víctima y como adalid de la lucha antimperialista. La expulsión de los dos principales diplomáticos de EE.UU. en Venezuela, en respuesta a las sanciones de aquel gobierno y el anuncio de "dolorosas dificultades" como consecuencia de las mismas, sólo persiguen (como buen discípulo de Chávez), fortalecer su maltrecha influencia sobre las bases chavistas. Pero, bajo esa máscara antimperialista y de víctima, se esconde su responsabilidad en la situación económica actual, incubada desde tiempos de Chávez, y la entrega del país a las trasnacionales del petróleo (de Rusia, China, Francia, Noruega, del propio EE.UU. entre otros) y de los recursos mineros (oro, coltan, etc), sin importar el ecocidio y las agresiones a indígenas.

¿Qué Perspectivas se Abren a partir del 20 de Mayo? ¿Qué Programa Debemos Levantar?

Ha quedado claro que las masas han expresado su rechazo al gobierno y régimen de Maduro, así como a los procesos electorales fraudulentos, al chantaje, la coacción y la manipulación para llevarlas a votar por un gobierno hambreador, a la represión, al hambre y la miseria; así como también, en buena medida a las propuestas políticas de la burguesía opositora que no representan al pueblo pobre y trabajador. Esto sin duda nos marca un camino a seguir.

La crisis económica está lejos de resolverse, al contrario todo indica que se agravará y eso seguirá actuando como gasolina sobre fuego al respecto de la crisis política, las estimaciones del FMI por ejemplo hablan de una caída del producto interno bruto para finales del 2018 de 15 puntos porcentuales, la hiperinflación se estima cerrará por encima del 13000%, los alimentos, medicinas e insumos escasean y aumentan a diario haciendo que el salario se pulverice a un ritmo desenfrenado, nada de esto se solucionara en lo inmediato y preconfigura la situación de una sociedad sentada sobre un barril de pólvora.

Las luchas se han continuado dando; antes del proceso electoral, hubo movilizaciones en los gremios de la salud y entre los profesores universitarios. En los días próximos a las elecciones ya han surgido algunos conflictos en varias regiones del país, no está descartado en medio de este creciente malestar y con el agravamiento de la situación que resurja junto con las luchas populares un ascenso de luchas obreras, como el que se preanuncio en el mes de abril en sectores como petróleo y cementos, o que incluso estalle un conflicto de grandes proporciones sociales. Esto claro, está todo planteado como hipótesis.

Se nos plantea ahora el desafío de construir una alternativa política que dote de una dirección a esas luchas, que las impulse, que se plantee unificarlas por la base. Es necesario impulsar las reuniones y asambleas de base en los centros de trabajo, fábricas, hospitales, escuelas y universidades, los paros sectoriales, cacerolazos y cortes de carretera, en función de ir construyendo la Huelga General hasta salir del gobierno de Maduro. Para esto es necesario esgrimir un programa que coloque en el centro las necesidades de la clase trabajadora.

Ese programa debe partir de las consignas más sentidas por la clase trabajadora y que ayuden a su movilización, defensa del salario y lucha contra el hambre, fin de los despidos y reintegro de todos los despedidos ilegalmente en el sector público y privado, basta de persecución política en los trabajos públicos, elecciones sindicales libres en PDVSA y demás empresas y organismos público con las juntas directivas sindicales vencidas, defensa del derecho a huelga y basta de criminalizar la protesta, no más despidos en el sector privado y público por protestar en defensa de sus derechos, defensa de la libertad sindical y de las libertades democráticas elementales, libertad para los presos políticos y los detenidos por protestar.

Además debe avanzar en plantear las consignas que permitan resolver la crisis del país en favor de los trabajadores, como el fin del pago de la deuda externa, que ese dinero se use para importar la comida, las medicinas, repuestos y demás insumos necesarios para superar la situación de emergencia, monopolio estatal del comercio exterior, nacionalización de la banca, inversión en recuperar la capacidad productiva de las empresas básicas, fin del acuerdo del arco minero Orinoco, por un plan de explotación minero discutido con las comunidades, trabajadores e indígenas, por una PDVSA 100% nacional, fuera las transnacionales y empresas mixtas, nacionalización bajo control obrero de la industria productora de alimentos, toda empresa abandonada por su patrono nacional o transnacional debe ser nacionalizada bajo control de los trabajadores, estas entre otras consignas debemos plantearlas y explicarlas con paciencia entre los activistas obreros y luchadores sociales y populares.

Unidad Socialista de los Trabajadores (UST)

Sección Venezolana de la Liga Internacional de los Trabajadores (LITCI)



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