Cada vez que abro las páginas de opinión política de la supuesta izquierda que cohabitan en la red, espero conseguir una crítica revolucionaria con responsabilidad y valentía, sin descalificativos hacia la persona del Presidente Maduro, ni arrogancia egocéntrica por parte de sus autores.
Lamentablemente la realidad de los portales antes descritos, suele ser muy dolorosa, pues por un lado se autodenominan revolucionarios, aunque por el otro, destruyen de canto, cualquier aspiración, por una dialéctica de lo concreto que sin conciliar con lo que adversa, plantee alternativas, propuesta, caminos o vías, para la solución de los problemas que aparentemente identifica y descodifica como graves.
En consecuencia, sin derecho al debate, ni posibilidad alguna de lograr un dialogo constructivo con ellos, se llega a la lamentable conclusión, que los citados tanques de pensamiento, lejos de construir, se solazan en la crítica malsana como su atalaya, su pulpito de infamias, el coliseo de sus espantos y frustraciones, el espacio para el odio y la impolítica.
Nadie le pide que “pidan permiso para continuar”, todo lo contrario, lo que se le exige es que saquen a la luz del debate, (si es que tienen algo que mostrar) sus tesis argumentadas y con el rigor científico que exige el materialismo histórico, construyan relatos que se inserten en lo medular y extraigan soluciones, sin que bajas pasiones.
Entiendo que, en esos portales, los opositores y sus nuevos mejores amigos, destilan el caldo para el cultivo de sus reconcomios; pues justamente allí, se consustancian la podredumbre de sus enajenadas visiones cargadas de derrota con el afán de acabar con todo y volver a etapas superadas.
Ojala, algún día, (espero que no sea tarde), algunos de ellos; los disconforme, los desempleados de la revolución, los tristes y apagados auto excluidos y contrarios, se percaten de lo mal que suena ese concierto disonante de epítetos, quejas, infamias y malas ironía, que a los fines del momento histórico que vivimos, no sirven para corregir el rumbo hacia el socialismo que estamos construyendo, y menos aún, para afrontar a los verdaderos enemigos de la patria, esos que están agrupados en nuestras fronteras oeste, sur y este, con el fin de tomar por la fuerza, lo que por natura nuestra historia nos otorgó.
En ese orden de ideas, aunque los revolucionarios comprometidos con la lucha, reconocemos que la diversidad de visiones sobre la realidad, es el mejor camino para hallar soluciones a la coyuntura presente, no podemos admitir que en nombre de una infeliz critica sin sustrato, se intente descalificar al Gobierno Bolivariano y a los líderes que en el convergen desde las bases del poder popular organizado, bajo el estigma de estar librando una épica lucha por la patria sin mover un dedo mas allá del teclado con el que atacan todos los días sin descanso..
Estamos frente a la peor crisis capitalista de los últimos 100 años, la cual nos ataca con su devastadora capacidad de muerte, y todos sabemos que cualquier inspiración libertaria que no le obedezca, que no se subordine, simplemente será acallada con la fuerza de las armas.
En ese sentido estoy seguro que el problema de la actual coyuntura no es tan sencillo, como atacar al Presidente Maduro y derrocarlo, el asunto es que estamos en una guerra real: desde adentro, expresada en la más atroz praxis perversa del mercado especulativo, y allende a las fronteras, en las tropas armadas que al mando del imperio se acantonan en los límites de nuestras fronteras terrestre y marítimas.
Las preguntas son: ¿Sera que los “críticos sin propuestas” no miran como la Colombia Duque bajo el mando de Uribes afinan su apresto operacional desde Casuarito (frente a Pto Ayacucho) hasta la Guajira? ¿Entenderán ellos que, desde el Brasil de Temer, se ha fortalecido la presencia militar en el Estado de Roraima y lo que en 1980 fue un problema con los Garimpeiros, hoy es una realidad que pone en riegos las riquezas y el territorio al sur del rio Orinoco? ¿Acaso no ven que mientras sus infamias son aplaudidas por la ultra derecha, desde Guyana el imperio muestra sus colmillos amenazadores? ¿O es que no han tenido tiempo de percatarse que nuestra fachada caribe limita con la OTAN y la Unión Europea y desde allí también se nos ataca?
Hemos cometidos errores, también tenemos aciertos muy grandes que celebrar, pero en todo caso, en esta guerra despiadada es imprescindible resistir, con disciplina y compromiso, con lealtad y patriotismo.
En base a lo anterior, se solicita una crítica con propuesta propia y patriótica. Que no perfume el estierco de las post verdades pero que no se entretenga en los desvaríos de relatos alto conocidos por quienes vivimos las consecuencias. Ustedes lo saben y yo también, pesar es un riesgo que implica responsabilidad, que supone dignidad y por encima de todo, requiere compromiso con las ideas y con la praxis social. Es la hora de la patria, aquí cabemos todos.