Ante los hechos ocurridos el 4 de agosto, son tantas cosas las que hemos escuchado, y tanto que investigar aun, por ejemplo Jaime Bayly, este señor acérrimo detractor de la revolución bolivariana, que nunca ha tenido la delicadeza de ocultar su aversión por el proceso, sin ninguna causa justificada, porque no es venezolano y tampoco vive en el país, no es político, no es sino un presentador de televisión. Sin patria porque no vive en la de él, tomó otra prestada, pero pareciera tener mucho conocimiento de los oscuros movimientos que hace la oposición venezolana fuera del país, algo que tampoco se ufana en ocultar, le da Play (hágale) sin ningún resentimiento al atentado de un mandatario, como si de quitarle un caramelo a un niño se tratará. En estos momentos no sabemos que hace, si es un delator de los implicados, o él sabe más de lo que dice, lo que si es cierto, es que está bien enterado de todo. Además ya adelantó que no se quedará en un intento fallido ¿Qué hará la justicia ante esto? Porque no es un certamen de belleza lo que está promocionando.

Por otro lado he repetido en varias ocasiones el video del atentado. Una para no olvidarme nunca que sucedió, para recordar cada día que fuimos bendecidos por Dios ese día, porque nos libró de lo que hubiera sido una tragedia, que hubiera desencadenado una larga lista de sucesos tristes para nuestra patria. Y la otra para ver la reacción de cada uno de los allí presentes. Sobre todo la de nuestro mandatario, ¿Con quién contamos en un momento difícil? Y me quedó claro, que tenemos un presidente con las bolas bien puestas, se quedó allí plantado al lado de los suyos, tal vez no hubo momento para reaccionar, pero en cualquier ser humano la primera reacción es la de buscar refugio, Cilia Flores reaccionó en el momento, y mientras el cordón de seguridad buscaba protegerlo el seguía allí erguido, incólume, otro se hace en los pantalones, refleja el miedo él no lo hizo. Yo recuerdo muy bien el rostro de Carlos Andrés Pérez en el año 92, su rostro estaba desfigurado por el miedo, la palidez se le notaba a leguas, jamás había visto tantas manchas oscuras en su rostro, la voz le temblaba cuando se dirigió al país, ya Chávez se había entregado y él ni siquiera estuvo cerca de los que intentaron tomar Miraflores, no era el mismo que en el año 89 mandaba a arremeter contra la horda de delincuentes que habían bajado de los cerros, así los catalogó él, cuando se dirigió al país, informando toque de queda y lanzando los militares a la calle a dispararle a todo lo que se moviera. Dos escenarios muy diferentes en una sola persona y los dos un acto de cobardía.

Hemos visto a Maduro el 4 de agosto, y lo hemos visto en estos 5 años enfrentar diferentes escenarios, nada favorables para él y se ha mantenido firme, asumiendo el compromiso que le fue conferido no sólo por Hugo Chávez, sino por el pueblo que lo ha ratificado, y entendemos porque la oposición dice que él sólo saldrá por la fuerza, pero la fuerza que han impuesto no les ha funcionado, que más fuerza que la violencia, los muertos, los daños materiales, los ataques que le han hecho al país, cuando dicen que saldrá con balas, son balas dirigidas a su humanidad, ¿O sea que Jayme Bayly tiene razón? ¿Lo seguirán intentando porque el objetivo es matarlo? Es triste que sea eso lo que quiere gobernar nuestro país. Y más triste es que ignoren por completo la voluntad del pueblo, no quiero imaginarme como será la cacería de brujas, si esa gente retoma el poder por la vía democrática, porque por otra vía no llegarán jamás, al menos el puesto no lo calentarán, y desde el exilio no se gobierna.

De Chávez jamás tuvimos dudas de quien nos representaba en todo los terrenos, nunca tuvo que demostrarnos de que estaba hecho. Si de Maduro alguien tenía dudas, creo que a muchos les cambio la opinión y cuando denuncie que quieren matarlo, créanle porque lo que vimos no fue juego, sino fuego que iba dirigido a él y a todos los que estaban presentes.