¡Qué triste debe sentirse Elías Jaua! Nunca, después que se incorporó a las filas del chavismo, por lo menos, cuando aún existía el MBR-200, hasta ahorita, en ese Psuv que ayudó a nacer, había dudado que allí estaba su puesto de combate. El presidente Chávez le tuvo bastante estima y siendo demasiado joven e inexperto le asignó responsabilidades como demasiado grandes para el muchacho. Pero ni uno ni otro se amilanaron – por algo Elías lleva como segundo apellido Milano – y se conformaron con que algún día le cogería el pulso al asunto, el tanto é bola como dicen los jugadores de billar y lo haría bien, para eso habían bastantes cargos por ocupar.
Cuando el Comandante tuvo que marcharse y dejó encargado del mando a Maduro, pero advirtiéndole que el segundo de abordo sería Diosdado, pues éste venía de los pasos iniciales, de las filas del ejército que se alzó con él el 4F, Elías ascendió de rango y parecía como el tercero en la escala. No dije el tercero en discordia porque no era así, todo estaba como demasiado claro. Pero eso sí, Elías se sintió vinculado al ahora presidente. Había algunas razones para ello, piensa uno metiéndole a la especulación pura, lo que prefiero confesar y no mentir. Ambos venían de aquella izquierda, heredera de la generación anterior, de la fracasada en aquello que llamaron la lucha armada, pero qué aún persistía en lo mismo y por ello tan alejada de la gente como su ascendencia. Con el comandante Chávez, quien se alzó contra la "democracia" imperante, aprendieron que se podía llegar al poder por la vía electoral y, en efecto, llegaron, eso sí, montados todos ellos en aquél como si fuese un portaaviones.
Poco tiempo atrás, basado en esa experiencia, no sé de qué cosa se percató y empezó a pedir elecciones por la base de todo cargo del partido. Había que sacar a alguien o por lo menos bajarle de escalón y hay quienes dicen que ese alguien es Diosdado. Juzgó que éste no tiene los votos necesarios para tener tanto poder y demandó persistentemente, en varios artículos y declaraciones, elecciones en todas las instancias. Uno no es tonto como parecemos para no sospechar qué y quién alentó a Jaua; tampoco lo es él, para ponerse a tomar esa iniciativa por sí sólo.
Además, cuando las elecciones presidenciales, Delcy Rodríguez, quien tampoco actuó por su cuenta y a lo loco, inscribió en un santiamén el partido "Somos Venezuela" en el CNE y hasta participó con su propia tarjeta en las elecciones. Para más señas, sacó casi 500 mil votos, lo que no es poca cosa tratándose de algo así como un parto forzado.
Habiéndose producido esta movida, algún cogollo del cual forma parte Jaua, quien también está muy vinculado al Frente Francisco de Miranda y la señora Erika Farías, jefa política de ese organismo oficial y alcaldesa de Caracas, optó para llamar a elecciones, por lo visto, me refiero a lo acontecido con Jaua, con la intención de recomponer el poder dentro del Psuv de acuerdo a la fuerza que se expresase electoralmente.
Pero los poderes fácticos se pusieron de acuerdo, como que los bomberos no se pisan las mangueras y optaron, no ya ni siquiera por la desacreditada cooptación, sino simplemente por repartirse la piñata. El Congreso del Psuv decidió no entrar en discusión de ninguna naturaleza y nombró de manera aparentemente unánime a Maduro como presidente del partido y lo que es más, como para "ahorcarle la cochina" a Elías, le dio a Maduro potestad, una del estalinismo puro, para que nombrase los directivos del mismo. Por supuesto, este los nombraría, como ya lo hizo, previa repartición entre los grupos que controlan el "chavismo" oficial. El tal congreso no es sino una orquesta pendiente de las batutas.
Se trata de una opción para mantener lo que ellos llaman y como conciben la unidad. Uno para mí, uno para ti y uno para este. Es decir, dejaron a Elías, quien venía siendo alta figura del partido y del gobierno como en la estaca y hasta en el ridículo. Y para más, le sacaron del Ministerio de Educación en un momento crucial, inicio del año escolar y momento de responder por el Contrato Colectivo de Trabajo que recientemente había firmado con los educadores.
Aparentemente, dicho así por convencionalismo, Maduro y Cabello, aunque pudiera decirlo al revés y no por atender al abecedario, optaron por pactar y evitar resquebrajamiento en momentos tan cruciales. Un algo así como posponer el enfrentamiento, decisión que si no es revolucionaria, por lo menos es muy pragmática y recomendada en estos momentos muy difíciles. Claro, en estas circunstancias siempre habrá alguien que deba pagar "los platos rotos" y ese al parecer fue Jaua, más si se jugó el prestigio llamando a elecciones. ¿Cómo justificarse ante los suyos, porque Elías también los debe tener, avalando una salida que había denunciado como inadecuada y nada coherente con la conducta revolucionaria y democrática?
Pero el acuerdo de Maduro y Cabello es una "dando y dando". Si bien Maduro no pudo salvar a Jaua, por lo menos "por ahora", mientras aun están vivos sus palabras y reclamos, si logró que Diosdado olvidase aquello de expulsar a Delcy Rodríguez por haber fundado el "Somos Venezuela" y no solamente le reintegraron de nuevo como militante, sino que acabando de llegar, sin darle tiempo a revisarse y autocriticarse, de una vez la nombraron integrante de la Dirección Nacional. De donde, como el "Somos Venezuela" no se ha disuelto, tiene ahora "legalmente" la doble militancia y su propia fuerza dentro del partido de gobierno.
Maduro se encargó, en su discurso al Congreso del Partido, de anunciar de manera muy particular y rotunda, el "regreso" de Delcy a las filas del Psuv, sin que Diosdado anunciase, siendo el vicepresidente y quien se encargó de expulsarla, que había derogado su decisión. Por supuesto, es como demasiado obvio, sobre todo por el nombramiento de la actual Vice Presidenta Ejecutiva, en la Dirección Nacional del Psuv, que eso fue tratado de manera particular entre los dos grandes jefes. Y como alguien debía anunciar lo relativo al regreso de Delcy al partido, para que todo pareciese ordenado y hasta puesto, lo lógico es que lo hiciese Maduro en el momento de anunciar la nueva Dirección Nacional y no poner antes a Diosdado, en la difícil situación, de derogar una medida tomada por él y menos si la expulsada no ha dado muestras de arrepentimiento.
Anoche en "El Mazo", Diosdado anunció el regreso de Delcy Rodríguez al partido, diciendo que había "estado cumpliendo una tarea" y terminó dándole la bienvenida muy formalmente. Pero además, puso mucho énfasis que entre ellos había prevalecido la unidad.
De manera que Delcy, ¡volvió, volvió......volvió! Todo parece en calma, pero se dice que la procesión marcha por dentro.