La morbosa imputación de culpabilidad del Gobierno Bolivariano, interpuesta por la idiotez ilustrada que pulula en los medios, a propósito del trágico fallecimiento del Concejal Albán, es la mayor de las locuras que se le ha ocurrido a los desquiciados de la oposición y sus amigos.
Al parecer, para ese grupito, la tesis del suicidio no es admitida, y aunque la razón, científica y real de la investigación, señale que es la verdad, para estos enajenados y sus compinches, “fue un homicidio intencional que sin ninguna razón el Gobierno ordeno”. O sea, un gobierno que lucha por la Paz y la Estabilidad, económica, política y social como arma contra los ataque de esta guerra planteada por el imperio y sus secuaces, de la noche a la mañana, “asesina” a un político local, que no tiene mayores responsabilidades en la línea de mando de la oposición golpista, sin ninguna justificación.
Yo puedo entender que el oposicionismo nos deteste y no admita ni una pizca de inteligencia en nuestras filas; pero lo que plantean es una locura que no tienen cabida ni en más enajenado de sus seguidores.
Indudablemente tal afirmación compite con la máxima desfachatez que señala que: “aquí vivimos una dictadura” ¡y por eso los opositores hacemos lo que nos da la gana!, “Nos estamos muriendo de hambre” ¡aunque la gente come todos los días! “Todo el pueblo incluyendo a los críticos escribidores contra socialistas de oficio comen de la basura” “Las migraciones son huidas de millones de seres humanos que no pueden vivir en país” “Todos los que se acogieron al plan vuelta a la patria son chavistas” entre otros relatos que se caen por su propio peso.
Un cuento que no escatima en sus esfuerzos por hallar una senda por donde provocar un estallido social, que sirva a los insospechados deseos de apátridas y enajenados por derrocar, exterminar para ser exacto, a la Revolución Bolivariana y a todo aquel que por asimilación o correspondencia le simpatice o le haya simpatizado. (Incluidos los neo escuálidos de la crítica infeliz)
Ahora bien, con el respeto que merece todos los difuntos, valdría la pena preguntarle a los necrófilos opositores: ¿Qué ganaría el gobierno con provocar la muerte del citado Concejal? Siendo este un dirigente de poca importancia en la escala valorativa de la dirigencia opositora: ¿Tendría algún sentido asesinarlo?
La respuesta lógica es que no. No, porque una y mil veces la Revolución Bolivariana ha demostrado su alta valoración por la vida y los derechos humanos. Solo basta recordar a los golpista del 11 de Abril de 2002, los Generales de la Plaza Altamira, los dirigentes de las guarimbas, los que quemaron gente, asaltaron y violaron a los habitantes de las zonas residenciales en las principales ciudades del país; No, porque a la Revolución lo que le cuadra es la Paz; No, porque somos humanistas, probadamente tolerantes, revolucionario y chavistas, y eso es garantía más que demostrada de nuestra vocación por la vida.
Cada día por mandato de su dirigencia, el oposicionismo se hunde más y más en el estercolero de sus errores, se han quedado sin discurso, sin coherencia, extraviados en un laberinto de contradicciones, sacrificando todos los razonamientos, tributando a la perdida de la razón y al desconocimiento de cualquier discurso que pueda cohesionar, producir o enunciar, una propuesta opuesta a la revolución, pero de alto contenido patriótico nacional.
En consecuencia, Viva la Revolución Bolivariana garantía de Paz, Crecimiento y Prosperidad. Viva Nicolás Maduro, el Conductor de Victorias.
