Si algo tuviera sentido en este momento y fuera garantía de una democracia nueva, sin lugar a dudas, que la existencia de un poder popular autónomo nos trasmitiría la sensación de solidez y seguridad política de un proyecto. Autónomo sería mucho pedir, pero relativamente autónomo y no una pieza de unos intereses, como parece ser.
Cuando uno piensa en el sentido que debería tener: Poder Popular en congreso y teniendo presente el lamento de Chávez de "Comuna o Nada", no queda que imaginarse a un poder ejecutivo sentadito en sus respectivas butacas y tomando nota de las orientaciones y lineamientos –ordenes- que ese poder popular fue capaz de aprobar en un Congreso de Comunas.
Cuando uno piensa en la frase: Mandar obedeciendo, concluye exactamente en la misma cosa. Un presidente y sus ministros cada uno con sus cuadernito en la mano anotando las decisiones que una comisión de voceros y voceras del Congreso de Comuna habían previamente aprobado en sus respectivas mesas de trabajo.
Mucho camisón pa`Petra o muchas ganas de soñar. El poder popular luce atascado, sumiso, confiscado y sin perfil. Hasta ahora -y miren que he buscado-, no he visto una orden emanada de ese poder popular y de ese congreso. Los congresos que viene realizando el PSUV en serie, es una especie de ritual que busca impresionar pero cerrando la participación.
Busqué en las redes sociales y pregunté, y nadie me dio razón sobre los comuneros delegados por Anzoátegui para este Congreso de la Comuna. Los delegados que fueron por Anzoátegui a este congreso, deberían ser modelos y el PSUV, creyente y respetuoso de eso que llaman Poder Popular, pudo haber mostrando orgullosamente a través de sus redes sociales a estos delegados para conocerlo y saber, cómo y por qué se ganaron esa condición de delegados al Congreso de la Comuna.
Esto que dijo Maduro en la plenaria del Congreso de la Comuna es un mojón soberano: "la labor de 47.634 consejos comunales, que se reúnen en asamblea democrática todos los días, y atienden las necesidades en temas como los servicios públicos, la educación, la cultura, la alimentación de su comunidad". No hay nada igual –en tamaño- a este mojón.
Muchos mojones hubo en este congreso. Otro de tenor considerable es este que le cito seguidamente, que también en una pieza intelectual de Maduro: "Vayan a las comunidades a visitar al pueblo venezolano para que vean esta experiencia de los Consejos Comunales, las comunas y la democracia directa". Como nos gustaría que fuera así, pero deseos no empreñan. La democracia directa se ha vuelto muy indirecta.