Es notorio que la oposición política al gobierno de Nicolás Maduro implosionó, se hicieron el harakiri (sin tener el honor y valor para abrirse el vientre) o parafraseando la canción cubana de 1941, "pobres Chacumbeles, ellos mismos se mataron", por desamor del pueblo.
En su lucha encarnizada por tomar el poder se han llevado todas las esperanzas de sus parciales por el camino del medio, tirándolas por un barranco. Trabajaron en montar los expedientes para una "ayuda humanitaria", que era una invasión, disfrazada con esa connotación; además de trabajar en la psiquis del pueblo para que un grupo de venezolanos se fueran del país, hacia otros lugares del mundo, como demostración de que hay un éxodo masivo de compatriotas que los agobia el hambre; y así usarlos como pretexto para destruir un régimen que los ha atendido durante 19 años en salud, educación y cultura gratuita; entre otras ayudas sociales con costos muy moderados, como la entrega de viviendas equipadas de la Gran Misión Vivienda Venezuela.
Pero sigue siendo Maduro y la Revolución Bolivariana el problema de fondo. Tienen que atacarlo por todos los medios posibles y con los epítetos que se les ocurran, hasta mentarle la madre, igual como lo hicieron en su oportunidad con Chávez. Sin embargo terco, persistente, como el Comandante Eterno, sigue adelante, empequeñeciendo al adversario, devenido hoy en enemigo político al intentar su muerte, el 04 de agosto de 2018, fecha que quedará para la historia como un intento más de magnicidio en grado de frustración en Venezuela. Utilizan organismos internacionales como la Organización de Estados Americanos (OEA), la Organización de Naciones Unidas (ONU), éstas al servicio del imperialismo y en Europa la mancomunidad europea, ídem, para torpedear las iniciativas que toma el gobierno para el buen vivir de este glorioso pueblo.
Alfonso Rumazo González, ecuatoriano por nacimiento y Biógrafo del Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre, en referencia a éste, dice lo siguiente: "Los enemigos son los que construyen el pedestal de la gloria para los grandes hombre". El inexorable tiempo será el que diga las últimas palabras. Eso ya está ocurriendo con Chávez.
Lo expresado por diferentes voceros de la oposición echa por tierra toda la buena voluntad que pudieron haber tenido, si es que en verdad alguna vez abrigaron ese sentimiento, para fortalecer el sistema democrático, lo cual se aprecia al observar los medios de comunicación en donde aluden a Venezuela. Por ejemplo, Julio Borges que cacareaba por todo el mundo que en este país lo que hay es una dictadura, que no hay libertad de expresión y que las garantías para el ejercicio de la política estaban confiscadas, con estas razones era que justificaban el "irse demasiado" de los jóvenes, allende al mar.
Toda esa argumentación se vino abajo porque en unas declaraciones que el mismo personaje dio en Washington, 06/04/2018, expresaba que los venezolanos son un "grave problema social" y una "enfermedad contagiosa" para muchos países vecinos, como Brasil, Chile, Argentina, República Dominicana, Colombia y Panamá.
Esos politiqueros de la IV República, que se llevaron los dineros del pueblo, como vulgares ladrones, son los que salen al exterior a dejar mal parado el gentilicio venezolano. Allí se tiene a Antonio Ledezma, que se desgarra las vestiduras como demócrata, que implora por el mundo que intervenga los Estados Unidos y sus aliados a la Venezuela que ellos tanto aman y añoran, resulta que tiene un familiar que está detenido en España por fraude y hacer inversiones con dineros venezolanos de dudosa procedencia.
Esa es la gente que modela el comportamiento de sus acólitos, quienes dicen ser los auténticos luchadores sociales por los intereses del pueblo. Pero la realidad es otra, son los testaferros que sacan a relucir el botín mal habido, pero como a Dios no se le escapan esos detalles, procede por la justicia terrenal a que se les castiguen y sigan como parias pagando caro sus inconsecuencias con la patria que los vio nacer; claro está que algunos delincuentes del gobierno español quieren esa fortuna para ellos.
El Presidente Maduro ha intentando llevar a los empresarios nacionales a que entiendan que este país es de los venezolanos y que la paz es la que garantiza que todos ganen en esta guerra contra la pobreza, sin embargo el capitalista no entiende eso, porque hoy en su posición política, desechando a un lado su actividad económica, lo que persigue es el derrumbe del modelo de gobierno que se está construyendo como una forma de contribuir a tener un país potencia para el beneficio de todos, ya que en estos 1.147.282 km (incluida la Guayana Esequiva) caben los venezolanos más aquellos que vinieron a buscar una mejor vida a estas tierras.
Pero como todos saben, los empresarios agrupados en FEDECAMARAS, y todas las "fedes" que han inventado, antes y después del Pacto de Punto Fijo, para repartirse los dineros provenientes del petróleo, se dieron cuenta que quienes los extorsionaban son unos pillos, tan igual que ellos, por ende van por su propio albedrío a buscar el botín, sin intermediario alguno, y si el gran premio se les escapó la primera vez que lo intentaron después de tenerlo en las manos por 47 horas, con el pupilo que se convirtió en un "cobarducho dictadorzuelo", ahora pactan con el imperio tras bastidores para asumir el trabajo de acabar con Nicolás Maduro.
Los empresarios oligarcas que estuvieron amancebados con la renta petrolera, quitado ese privilegio por el soberano, ahora se dedican a desestabilizar la economía, desde todos los puntos de vistas, es el Caballo de Troya que trata de penetrar como sea el fuerte escudo que tiene la revolución, que es la fe del pueblo, al encarecerle los productos cada vez que hay un aumento de sueldos y salarios.
Es muy cierto que no le debes dar poder a quien trata de destruirte, de derribarte, de darte un golpe de estado, empero el que cree que Dios existe, está en la ruta para que se haga posible su reino en estos lares. No en balde el Cristo redentor dio su vida para hacer entender que si es posible lograr objetivos a sacrificio de su propia existencia, esa es la terquedad que da los frutos que se esperan del trabajo que se realiza para encontrar la senda por donde se debe transitar en sana paz, en la búsqueda de la solidaridad colectiva. Por comprender que todo lo humano es perfectible, se hace el esfuerzo para que se puedan establecer acuerdos en beneficios de las mayorías depauperadas, no porque las políticas del gobierno de Maduro sean malas, sino porque tiene en frente a un Goliat que obstaculiza todos los esfuerzos que se hacen para empoderar al pueblo. A los Estados Unidos no le parece que eso es bueno y ataca, BLOQUEA, es su naturaleza.
El error ha sido que la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) se ha demorado en hacer las leyes que protejan definitivamente al pueblo. El Libertador Simón Bolívar en su tiempo, en plena guerra, como la que hay ahorita, pero de diferente modalidad e intensidad, tomaba la sabia decisión de mandar a fusilar a quienes hacían mal uso de los recursos del pueblo. Este caso es similar, debe hacerse justicia que escarmiente a quienes se apropian del dinero de los más débiles, de los trabajadores, al poner precios que dan al traste con cualquier medida de aumento de sueldos en proporción con los precios de los productos. Chávez fue muy exitoso al responderle al enemigo con la acción retardada, pero en este caso se está alargando la respuesta que es necesaria para equilibrar la fuerza del eslabón que recibe la mayor presión, en este caso, por donde más le duele al pueblo, la alimentación, las medicinas, el transporte, el vestido y calzado.
A los ladrones de cuello blanco, entre ellos los especuladores, los corruptos que en este país no los consideraban como tal porque no pertenecen a la clase popular, a esos los perdonan y es como si no estuviera pasando nada. Mínimo diez años presos deberían darles por esconder los productos que necesitan niños, ancianos, mujeres en estado de gravidez y todas las personas que requieren alimentación y medicinas. La lenidad es el mal que acaba con las esperanzas de una revolución. Por tal condición debe hacerse el esfuerzo supremo de dar castigo ejemplar a quienes les hacen un gran daño a la población. Esa es una guerra declarada que tienen los comerciantes contra los más débiles y están socavando las bases de la Revolución Bolivariana, sin que se castigue a quienes impulsan esa guerra fratricida y la intervención de ejércitos foráneos para tomar posesión de esta patria.
En el diario peregrinar de buscar el sustento, en los diferentes lugares que se visitan, se oye el mismo lamento de adversarios y parciales: "No hay gobierno". El pueblo llano le echa toda la culpa de sus malestares a la única cara visible de la revolución, del gobierno, que busca el camino para llegar al Socialismo del Siglo XXI. Es cierto que Nicolás Maduro no puede estar en todos los lugares al mismo tiempo, como decía Fidel Castro "Chavez no puede ser el alcalde de toda Venezuela", también es cierto que el equipo de gobierno es insuficiente para atender el más grande bloqueo que se haya realizado en tierra firme de este continente. Están tratando de estrangular por hambre y las carencias para atender las enfermedades y otras necesidades de los compatriotas venezolanos. Por ello el Libertador orientaba lo siguiente: "Dignaos conceder a Venezuela un gobierno eminentemente popular, eminentemente justo, eminentemente moral, que encadene la opresión, la anarquía y la culpa. Un gobierno que haga reinar la inocencia, la humanidad y la paz. Un gobierno que haga triunfar, bajo el imperio de leyes inexorables: la igualdad y la libertad", eso mismo espera el pueblo para meter en cintura a quienes lo burlan descaradamente.
El pueblo no tiene los mecanismos para frenar la especulación, la inflación, la escasez inducida o artificial, el fenómeno del "BACHAQUEO" —nueva forma del comercio informal donde un venezolano pobre explota a otro de su misma ralea— esos son los grandes males que está sufriendo la población y por más que trates de explicárselo no lo entienden o no quieren entenderlo, solo se aferran a que no hay gobierno. No se dan cuenta que desde que los Estados Unidos y sus aliados, en Venezuela y el resto del mundo, se han impuesto la tarea de echar abajo un sistema que en principio empezó a roncarle duro al capitalismo, que se puede convertir en el paradigma que resuelva los males de esta región y ejemplo para otros países en el mundo, Con el asesinato de Chávez buscaron atemorizar a quienes se le interpusieran en su camino de afianzar; aun más, el poder "en su patio trasero".
A los adversarios políticos internos, sus amos, les dieron la orden de que a este gobierno tienen tumbarlo a como dé lugar, cueste lo que cueste, y se comienza por ablandar la voluntad, la fortaleza espiritual de quienes viven en esta patria. Ese es el objetivo del imperio y sus lacayos que salen a machacar, día a día, lo de la falta de gobierno para que surta el efecto de debilitar la fe en la revolución y acabar con la utopía de que si es posible vivir en socialismo, donde el ser humano sea el motor que impulse el eje de la gestión pública en el proceso de cambio que se está dando.
Otro si:
El problema del transporte se está escapando de las manos. Es un problema de seguridad nacional, por ahí comenzó el "Caracazo 1989", ahora las cosas son diferentes, pero no deja de preocupar, si usted va, por ejemplo, al terminal La Bandera (Caracas), al de Maracay y al Big Low en Valencia, encuentra una completa anarquía. Los precios que se fijan para las rutas no se respetan, los policías y demás cuerpos de seguridad están de figurines, no los respetan y entre otras cosas, para que las personas les agarren mala voluntad dejan correr el rumor de que "les mojan las manos" para que no hagan cumplir los reclamos que hacen los usuarios, al ser violentadas las ordenanzas municipales sobre los precios de los pasajes de las rutas urbanas y extra-urbanas.
Los funcionarios tienen que tratar de revertir esa matriz que los afecta tanto como a sus familiares.
Hace falta que los alcaldes, los gobernadores y las autoridades de los terminales de pasajeros hagan cumplir a los dueños de las unidades de transporte (Autobuses y Camionetas) el horario de salida y que recojan a los pasajeros dentro de los terminales, porque se da el caso de que están colocando sobreprecios a los pasajes en las mismas camionetas que deben atender sus rutas diariamente.
Otro caso es que inventaron, desde años atrás, lo de autobuses y camionetas "habilitadas", para distorsionar el pasaje de Caracas a Valencia, y viceversa, que debe costar Bs.S 30,00 ¡lo están cobrando a Bs.S 100,00! Lo peor es que esas unidades deben trabajar en ese horario para la atención a los pasajeros. Eso es lo que viven los usuarios diariamente. "Y vuelve el perro arrepentido con el rabo entre las patas": En el terminal de la Bandera repiten como el loro: No hay gobierno. La crítica constructiva es para que se mejore el servicio y la atención del sector que viene de capa caída.
La excusa de los transportistas es que no tienen repuestos y cauchos, pero ese dinero que cobran excesivamente da para eso y mucho más, puesto que adicionalmente le están metiendo pasajeros parados en rutas largas, como por ejemplo Caracas – Acarigua. El sector del transporte, es decir los empresarios dueños de las unidades, son los que están conspirando abiertamente en contra del gobierno, ese es el que está impulsando la campaña: No hay gobierno. Pero son los que mayores beneficios le sacan tanto al gobierno como a los usuarios, sin invertir en la mejora de sus unidades.