Pueblo, ese vocablo tan nombrado, invocado, apreciado por unos, despreciado por otros, venerado a veces, olvidado, desatendido, engañado, burlado, convocado, invitado.
El Pueblo…glorificado en el himno de la República Bolivariana de Venezuela. Mancillado por la mayoría de los gobiernos que ha tenido nuestro país. El soberano, el elector. Recordado en cada proceso electoral, humillado por los líderes, por los gobernantes de turno, por los alcaldes, concejales, gobernadores, ministros, presidentes, funcionarios públicos, porteros, empleados, secretarias, jefes civiles, prefectos…
El "populacho"… vejado por los agentes del orden público, efectivos de la GNB, policía de tránsito, fiscales del SUNDAE, SAIME, Guardia del Pueblo, empleados de CORPOELEC, CANTV, funcionarios de las alcaldías, Concejos Municipales, colaboradores de los CLAP, empleados de los Ambulatorios, Hospitales, CDI, Gas Comunal, PDVSA, empleados de los supermercados, dueños y empleados de negocios de chinos, árabes, portugueses, italianos, españoles…
La "plebe" desdeñada por los pudientes, despreciada por los ricos, manipulada por los demagogos, timada por los politiqueros…
La "masa"…ofendida por la nobleza, vilipendiada por los aristócratas, malmirada por los nuevos ricos, burlada por los falsos líderes, marginada por los burócratas..
Los "excluidos"…embaucados por los enchufados, taimados por los burócratas, desencantados por los engañadores de oficio.
Ese pueblo, esa masa, esa plebe, ese populacho, esos excluidos, que día a día se levantan de madrugada para tratar de tomar algún transporte público a fin de ir a su trabajo, o a ver si pueden conseguir y comprar ¼ Kg. de carne a precio regulado, de pollo, un kg. de azúcar, de caraotas, que pueda comprar algún medicamento para el dolor de cabeza, pasta de diente, jabón de baño…que pueda sacar la C.I., ser atendido en algún centro de salud, adquirir una bombona pequeña de gas doméstico, que les llegue agua potable a sus hogares..
Esa "turba" que cada día más asfixiada por la guerra económica, por la inflación, el desabastecimiento, la corrupción, la prepotencia de los funcionarios públicos, la negligencia de las instituciones del estado, alcaldías, gobernaciones, por el gobierno nacional. Que cada día sufre la ineptitud de los empleados públicos, la falta de transporte público, agua potable, medicinas, alimentos, atención médica, está convocada a participar en el proceso eleccionario de concejales que se llevará a efecto el mes de diciembre.
Ese "vulgo" ofendido cada día por los discursos demagogos, falaces, sin sentido de los políticos de altura y de los dirigentes medios y de base.
A esa "horda" se le sigue tratando como en la IV República, como en los gobiernos de los aristócratas, los de cuello blanco, los políticos de alcurnia, como objetos votantes, como clientes, como borregos
A ese "populacho", en nombre de la democracia, ahora si les pondrán a la orden unidades de transporte público, se harán operativos para sacar la C.I., harán jornadas para vender pollo, carne, pescado, azúcar, caraotas a fin que concurran a votar, a sufragar por los candidatos a concejales del gobierno nacional., con el fin que vaya a votar.
A ese "mazacote" la derecha tradicional y los neo derechistas de "ocasión", aquellos que ahora bailan pegaditos con los "escuálidos" con partida de nacimiento, los "originarios", "plataformeros", "mareados" y demás bicho de uña, lo invitarán a abstenerse para tratar de demostrar que tienen la mayoría.
Todo el esfuerzo que hizo el comandante Chávez para que el pueblo fuera el protagonista de los cambios sociales, que fuera el autor de su historia, que lograra su inclusión en las estructuras del estado, que saltara las estructuras punto fijistas, los vicios de la cuarta república y construyera una sociedad incluyente, soberana, con un basamento popular, se ha perdido con estos líderes que gobiernan para su propio beneficio, que se lucran con el los dineros del estado, con el bájate de la mula, con la corrupción, con el bachaqueo, con el hambre del pueblo.
Esperemos llegue el día que ese pueblo, esa masa, ese populacho tome las riendas del poder y se deshaga de los vividores que se lucran con el trabajo del pueblo, con los recursos del estado que provienen de las riquezas del país y por ende del pueblo. Que llegue el momento que se haga realidad la arenga "Sólo el pueblo salva al pueblo".
De lo contrario hay que poner las bardas en remojo, porque de las de los vecinos sólo cenizas quedan.
"La lucha es larga. Organicémonos para el combate.