A medida que se profundiza la crisis económica en Venezuela, y a pesar de las estrategias que va tejiendo el Presidente Nicolás Maduro para darle solución, se va encontrando uno personas que repiten como loros lo que dejan discurrir como matrices de opinión para ir minando las bases y la moral revolucionaria. Son los que con su estupidez ilustrada piensan que los demás son tontos y no se dan cuenta que están llevando al pueblo a que tome la justicia por su propia mano, lo hacen con ese propósito, para que luego los gringos tengan justificación para invadir la patria de Bolívar de Chávez y de todos los venezolanos. Parece que sufren de amnesia y no recuerdan el Caracazo de 1989.
Han dicho lo que les viene en gana para destruir la economía, en primer lugar que el gobierno no sirve y de allí no los saca nadie, no vale la pena seguir enumerando causas, porque es perder el tiempo con quienes no quieren entender lo que pasa. Se les hace una pregunta y no saben que decir ¿Cuánto han ganado los empresarios con la inflación inducida en lo que va de año? Si tienen esa respuesta, esa es la clave del problema y seria estéril seguir discutiendo sobre lo que se conoce desde que tenemos uso de razón. "Los ricos quieren ser más ricos a costa de los pobres". Son ellos, los empresarios y comerciantes, los que acompañan el bloqueo económico y financiero que ha impuesto el imperio contra Venezuela.
Los principios socialistas que Karl Marx y Lenin establecieron como premisa para la discusión de cómo hacer la distribución de la riqueza de un estado, puesto que la burguesía se arrogaba el merito por ser los amos de los medios de producción, ellos fijaban las condiciones para el pago de salarios o el intercambio de mercancías con elementos equivalentes que fueran alternativa para cumplir con el reparto del resultado del trabajo, siempre fue de esa manera. En el sistema burgués, capitalista, así funcionan las cosas, pero en un gobierno que va hacia el socialismo, son todos los componente de la sociedad que en base a un acuerdo mínimo deben buscar la mejor forma de entregar o repartir las ganancias equitativamente y en ella el estado cumple papel fundamental en la regulación entre los factores intervinientes en la generación de riquezas.
Todo lo expuesto obedece a que en un sistema socialista debe imperar la frase "de cada cual según sus capacidades, a cada cual según sus necesidades", desde esa óptica el gobierno está cumpliendo con ser el rector de la política de distribución de riquezas, que se acumulaban en las manos de pocos, los empresarios afiliados en camarillas que esquilmaban el salario de los trabajadores sin que tuvieran defensa ante los atropellos y explotación a que eran sometidos antes de que llegara Hugo Chávez al poder. Largas son las listas de trabajadores que tenían que acudir a los tribunales a buscar solución a conflictos laborales, que por cierto nunca llegaban a nada porque los empresarios tenían comprados a jueces y todo el séquito que se encargaba de impartir justicia a favor de los poderosos.
Porque, no es un secreto que la sociedad oligárquica y sus representantes burgueses se apropiaron por muchos siglos de las rentas que se producían en los países en esta parte del continente americano, tenían un contubernio (autoridades y castas de familias) que distribuían los ingresos que entraban por concepto de ventas de las materias primas que en su momento tenían buenos precios en los mercados nacional como internacional. Todavía se está viviendo con esa rémora, siendo esa una de las causas de la depauperación de los pueblos, porque aplicaban la distribución en forma de botella, lo ancho para los ricos y el cuello para el resto de los habitantes de estas tierras.
La matriz de opinión que dejan correr ahora es que este pueblo se acostumbró a vivir de dadivas, que no trabajan y que quieren que el estado les regale todo. Bueno, eso es discutible, generalmente se podría decir que a lo largo de la IV república la tasa de desempleados pasaba de decenas de puntos porcentuales, e increíblemente ahora se coloca en un digito, oscilando entre el 5 y 6%, siendo una de las más bajas del continente, a pesar de la crisis. Lo que tienen que entender, y aquí hay que decirlo con toda claridad, es que el Estado venezolano no es un ente que acumula riqueza, sino que la distribuye hacia la población de mayor vulnerabilidad, y siempre con la anuencia del pueblo que son los conocedores a cabalidad de sus realidades. Esto no les gusta a los ricos, porque esa porción de recursos siempre la disfrutaron ellos.
Nadie mejor que un Consejo Comunal para tener un diagnostico de su comunidad y saber con exactitud cuáles son las familias que deben ser atendidas por la revolución para sacarlos de la situación de postración a la que fueron sometidos por los desgobiernos que por este país pasaron sin atender las necesidades de quienes fueron abandonados a su suerte.
Cuando el Estado venezolano avanza hacia la meta de los 3 millones de vivienda para los más pobres, eso no le gusta a la clase pudiente, porque ellos eran los que tenían que construirlas y destinarlas al mercado inmobiliario, a venderlas a precios prohibitivos para los trabajadores, quienes con sueldos irrisorios no les alcanzaba para tener una casa digna. Esa es la verdad verdadera, que el pueblo sabe que cuando le toca, es porque su situación ha sido estudiada con detenimiento y se les cumple con el sueño del Comandante Eterno Hugo Chávez, darle vivienda a los más necesitados. Eso no es regalar nada, es el legado que ejecuta lealmente el Presidente Nicolás Maduro, hacer accesible una morada con todas sus comodidades, a precios pagables, y en terrenos aptos para la construcción, a quien vive en un rancho.
"Cuando encuentras soluciones vas encaminado hacia la felicidad"