El necesario proceso de crítica y autocrítica hoy

A menos de quince días del nuevo año 2019, considero ineludible reflexionar algunos asuntos en términos ético-políticos que me atañen como venezolana de a pie. El dolor moral atraviesa estas líneas, jamás conceptos teóricos o político-ideológicos vacuos alejados de la cotidianidad que mata las esperanzas de la mayoría. Sin importarme el costo político de mis opiniones, en mi modesta existencia proletaria, donde algunos rebuscados puedan llamarme contrarrevolucionaria, necesito como chavista y comunista, como científico social, como ser social, expresar algunas preocupaciones que me desvelan a diario.

La mirada vacía de los transeúntes, el hambre y la desesperación de algunos que no son pocos, la matanza callejera entre bandas delictivas, el sicariato político, la falta de agua potable, la grave situación del Metro de Caracas, la escasez de transporte público, los altos costos del pasaje urbano y extraurbano, los bajísimos sueldos y salarios, la muerte de muchos enfermos por falta de medicamentos, la grave situación de los neonatos y niños de 1 a 5 años agobiados por la desnutrición, el quiebre de las relaciones intervecinales y sociales en general, el "bachaquerismo" extendido, la dolarización de la economía, entre otros males, me obligan exponer hipótesis que necesito tratar públicamente a pesar de no ser una notoriedad. Esto último lo refiero sin falsa humildad, francamente lo señalo porque estoy cansada de escuchar o leer siempre a célebres intelectuales, hombres y mujeres sin duda alguna honestos, progresistas, con muy buenas intenciones, pero alejados de la vida diaria por su ubicación de clase que los ciega. Justamente, estos personajes son los que viajan al exterior, comen aún en restoranes, obtienen buenos viáticos en dólares de parte del gobierno nacional, aparecen en TV o tienen excelentes programas, entre otros beneficios, que los terminan convirtiendo en élites, al igual que a los viejos izquierdistas que integraron la denominada "República del Este"; es decir, lugares selectos del este de Caracas frecuentados por políticos, artistas e intelectuales de izquierdas mientras que otros eran perseguidos y masacrados por DISIP, la PM, y otros aparatos represivos de la Cuarta República.

Lo expreso con meridiana molestia porque estoy altamente preocupada por las explicaciones geopolíticas y geoeconómicas que a diario plantean a objeto de advertir el porqué del cuadro dantesco que describo arriba. Por supuesto que tienen razón, pero a medias y digo a medias ya que soslayan otras dimensiones de la compleja ontología social venezolana que debe tomarse en cuenta. Es verdad, la difícil y particular relación geopolítica venezolana nos torna vulnerables, eso lo aceptamos; mejor dicho, la ubicación dependiente de nuestra Formación Económico Social Venezolana, en el Área Hemisférica dominada por los Estados Unidos, ha impedido el desarrollo de nuestras Fuerzas Productivas. Por lo tanto, que nuestras Relaciones de Producción sean insuficientes y deformadas no son "cuentos de caminos" de marxistas "ortodoxos" sino verdades teóricas que evidencian la dinámica económica nacional con consecuencias sociales por todos conocidas directa o indirectamente. O tal como lo plantean estos personajes en las distintas entrevistas televisadas o publicadas en la prensa escrita o virtual: "la guerra económica es la causa de todos nuestros males". Tampoco lo subestimo, para nada. Es así, pero no es la única variable a tomarse en cuenta, aunque se ha tornado en el comodín teórico-político de muchos.

A mi juicio, previas disculpas a algunos camaradas postmarxistas, muy en la línea teórico-política que ha superado el estructuralismo, es necesario revisar la composición de clases que hoy en día conforman los principales "anillos de poder" que, sinceramente, han secuestrado políticamente al Presidente Nicolás Maduro. Eso es lo que creo debe descubrirse. Si bien, muchos creen que Maduro no es tan inocente, esto también se debe considerar.

Ahora bien, investigar cuál fracción de la clase domina en el Psuv y lucha por el poder del Estado nos ayuda a comprender cuál fracción de la clase social ha sido desplazada. Justamente, la naturaleza de clase del Psuv es policlasista no es clasista; por lo tanto, la pugna de intereses no es solo de tendencias sino de fracciones. Es decir, no solo intenta imponerse una tendencia ya sea social-demócrata o neoliberal respecto de otra marxista, gramsciana o leninista, etc., sino que además la pugna puede ser entre fracciones de una misma clase; por ejemplo, la burguesía nacionalista versus la importadora; la pequeña burguesía reformista versus la progresista; de igual manera, en el seno del proletariado. Además de tomar en cuenta la presencia de un inmenso lumpenaje burgués, pequeño burgués y proletario que nuestra particular estructura económica y los Estados colonial y neocolonial han conformado. ¿Cómo minimizar estas aristas?

Me explayo en este sentido por una pregunta a mi juicio clave: ¿Por qué ante tan compleja coyuntura, el Gobierno Nacional no reacciona con "contragolpes" efectivos? Sabemos que la deuda externa e interna es grosera; también estamos conscientes de que los préstamos e inversiones por parte de las grandes potencias como China y Rusia no son gratuitos; ergo, el estancamiento de los sueldos y salarios, la falta de importaciones claves, la desinversión evidente en educación, salud, servicios públicos, mientras que no se escatima gastos en el terreno de la seguridad y la defensa, etc. Esto es comprensible, pero ¿lo llevaría a cabo un sector de la clase que se precie de izquierda revolucionaria? Recuerde que también la derecha se considera revolucionaria (¿Quién olvida las viejas discusiones con los adecos sobre si se concretó o no una revolución en el mes de octubre de 1945?). Menos los neoliberales que luchan por minimizar la presencia del Estado en asuntos sociales y económicos y que este tan solo funja como gendarme; es decir, no creen en el Estado-Nación, se ríen de ello.

Bueno, he llegado al quid del asunto. Los venezolanos que debemos enfrentarnos todos los días a las mafias del agua, del gas, de los alimentos, del transporte, de la minería salvaje y sin control; al hampa organizada, a la especulación galopante y sin rubor, a la ineficiencia de las telecomunicaciones, entre otras desgracias, nos preguntamos a toda voz: ¿Dónde está el Estado? ¿Es interventor o mínimo? ¿De derecho o "salvaje"? ¿Por qué tanta ausencia de Estado en la vida cotidiana? ¿Por qué se ha permitido que las mafias civiles, policiales y militares tengan el poder casi absoluto de la cosa pública? ¿Por qué se tolera el nepotismo evidente de algunos políticos del Psuv? En fin, en el Gobierno Nacional ¿Cuál sector de la clase está interesado en mantener esta situación? ¿Por qué llevan al país a un estado de quiebre y privatización inminente de todos los servicios "públicos", las industrias básicas, etc.? ¿Qué tiene que ver el imperialismo yanqui con la ausencia de Estado? A menos que estemos ante una de las tantas estrategias de la CIA, el Pentágono, la Casa Blanca, los Paramilitares, etc., que intentan "implosionar" el Gobierno por la vía de su ya efectiva penetración. Si esto último es así, ¿por qué el Presidente Maduro no cambia por completo su Gabinete? ¿Por qué no revisa su composición de clase? ¿Por qué no llama a los camaradas radicales y leales que sobran? Conozco a muchos camaradas hoy en día arrinconados, silenciados, olvidados y opacados, por ejemplo, en la Asamblea Nacional Constituyente y otros lugares. De igual manera, ¿por qué se legitima el enroque? ¡Cuántos ineptos en distintos puestos de poder por años! ¿Pesan más las alianzas políticas y económicas que el proceso en sí mismo? ¿Inclusive el amiguismo? "O inventamos o erramos", dijo el grande maestro Simón Rodríguez.

Al respecto, la conjetura que manejo es que la "boliburguesía" de derecha y neoliberal, desclasada, anti-chavista, anti-comunista, corrupta, militarista en el peor sentido del término, en alianza tácita con sectores de la oposición moderados (por ello, la tesis del abstencionismo incomprensible) y abiertamente con la lumpenburguesía antinacionalista (en su momento el General Alberto Müller Rojas lo había denunciado), dominan los principales "anillos de poder" que estrangulan al Presidente Maduro; sobre esto último, ya me han tachado de nostálgica. Pues sí, no lo niego, porque considero que es necesario rescatar nuestro Proceso Bolivariano Chavista pero con una dirección de clase sin titubeos: Proletaria (como conciencia de clase, no solo en términos economicistas), Revolucionaria y Socialista y en alianza con los Campesinos, los Sectores Populares, los Movimientos Sociales Feministas, Sexodiversos, Ecologistas, de la Teología de la Liberación, Pedagógicos, etc., de izquierda(s) y en pro de una sociedad libre de toda escoria social que impulse el ya evidente Darwinismo Social.

Por último, otro detalle. Es sospechoso que sectores del Gobierno Nacional no estén interesados en fortalecer las Escuelas de Cuadros. Pareciera que la formación político-ideológica y teórica poco importa. La arquitectura política del Estado montada sobre los Consejos Comunales, los Clap, etc., sin fiscalización y educación permanentes devienen en mafias bien consolidadas; por supuesto, con grandes excepciones. Además, cabe destacar, que en muchos Estados la denuncia es la misma: "Diga usted que es chavista para que lo execren de inmediato del Consejo Comunal o del Clap o en su defecto, será usted asesinado, invisibilizado, etc."; verbigracia, los campesinos revolucionarios que combaten a los latifundistas y a sus oscuros intereses. ¿Les han hecho justicia? De igual manera, digo de los indígenas forzados a abandonar sus tierras en manos de pranes, paramilitares, latifundistas y militares inmersos en los grandes negocios obtenidos con el oro, los diamantes y los minerales estratégicos.

¿No es evidente la "mano invisible" de los EU? ¿De la oligarquía colombiana? ¿Del ala corrupta de los cuerpos guerrilleros que facilitan la masacre de guerrilleros y exguerrilleros dignos? ¿De porciones corruptas de nuestras Fuerzas Armadas? ¿De la oposición venezolana? ¿De la burguesía apátrida? ¿Del paramilitarismo? ¿De una fracción y una tendencia corrupta y neoliberal del Psuv? ¿De la complicidad de muchos partidos y movimientos del GPP?

La lucha de clases se recrudece, es evidente; por ahora, la correlación de fuerzas no le es favorable ni a las izquierdas revolucionarias latinoamericanas y menos aún a las nacionales; si bien, la reyerta continuará, será muy larga y llena de obstáculos. Lo importante es no perder el norte clasista durante el fragor de la batalla político-ideológica y teórica; sabemos, que la CIA también estuvo detrás de las tesis del fin de los grandes relatos, entre tantos el marxista: ¡Más vivo que nunca!

amulinogiannattasio@gmail.com



 



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