Como parte del guión enmarcado en la "hoja de ruta" de la desestabilización prevista en la primera semana del mes de enero, que busque concretar una intervención militar extranjera de tipo "humanitaria" sobre Venezuela, para el momento en que escribo estas líneas, es viernes 4 de enero, y el inefable "Grupo de Lima" se reúne para "definir un conjunto de acciones sobre la República Bolivariana de Venezuela."
Esto se hace a la víspera de la instalación de la Asamblea Nacional (en desacato) donde el parlamentario Juan Guaidó (VP-Vargas) asumirá la presidencia del Poder Legislativo Nacional, lo que advierte el impulso de toda una agenda de desconocimiento y confrontación con el actual Gobierno Nacional.
Asimismo esta reunión se escenifica a seis días de la juramentación del presidente reelecto Nicolás Maduro, a fin de asumir su nuevo mandato durante el sexenio 2019-2025, el cual inicia el próximo jueves 10 de enero de 2019.
Evidentemente la reunión de este grupo buscará la concreción del desconocimiento al nuevo mandato de Maduro, obedeciendo los lineamientos dados por la administración Trump a estos gobiernos. Pero hay otras acciones que pueden intentar que no podemos despacharlas tan alegremente, y que actuarían como potenciales escenarios de amenazas a nuestro país en el año que recién inicia.
Esta reunión a escenificarse hoy 4 de enero contribuiría a que estos gobiernos radicalicen posiciones extremas para solicitar acciones conjuntas que concreten la tan ansiada intervención militar por parte de EEUU y así poner fin al mandato de Nicolás Maduro en Venezuela.
Asimismo, no podemos descartar la imposición de nuevas medidas coercitivas unilaterales ilegales (sanciones), a fin de ir estrechando y cerrando aún más el cerco político, económico, diplomático y en diversos ordenes en contra del país, a fin de concretar un quiebre que propicie la apertura de un "proceso de transición política".
También debemos esperar que esos gobiernos procedan, como una "medida de reciprocidad", a la expulsión de representaciones diplomáticas y consulares de Venezuela en sus países. Por ello, sería bueno que el Presidente Maduro y el canciller Arreaza ordenaran de una vez el retorno de dichos funcionarios a la Patria.
En este orden de ideas, podemos esperar también el establecimiento de una zona de exclusión aérea, tal y como ocurrió en países como Irak y Libia previo a las invasiones militares a las que fueron objeto. La zona de exclusión aérea consiste en la prohibición de uso del espacio aéreo para actividades comerciales, económicas y sociales por parte de gobiernos de países de la región.
Igualmente, se proceda a la emisión de "códigos rojos" por parte de la Interpol, para la captura de funcionarios del gobierno venezolano, además de propiciar el desconocimiento de los mismos dentro de organismos multilaterales como OEA, Mercosur, UNASUR, CELAC, entre otras, y si reconozcan a las autoridades de un eventual "gobierno de transición" que de manera inconstitucional e ilegal designe la AN golpista, dentro del entramado golpista que esperan comenzar a materializar a partir del día de mañana 5 de enero.
Este sería parte del escenario de "sanciones totales" contra el país que desearían comenzar a concretar a partir del día de mañana en acciones conjuntas por parte de actores políticos e instituciones nacionales e internacionales contra la Patria de Bolívar y Hugo Chávez.
No obstante, y como ya lo señalamos en el artículo anterior, Maduro de momento observa, esperando el momento oportuno para comenzar a "jugar" las cartas y opciones que tiene bajo la manga, a fin de desbaratar estos planes que pretenden destruir el Estado-Nación venezolano.
Atentos y prevenidos.
Bolívar y Chávez viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen.
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
¡Hasta la Victoria Siempre!