Cuando Maduro terminó de hacer aquel largo discurso, con esa casi como habilidad suya de llenar de palabras el entorno sin decir nada, que además dividió en tres toletes, aunque más pareció un original dudoso con dos copias, me dejó como a mitad del año pasado cuando anunció su "Programa Estratégico de recuperación y Bienestar Económico". Al final tuve la sensación, no sé por qué, que todo eso lo había oído antes tantas veces. Y hasta tuve la sensación de haberme quedado dormido, soñaba o sufría una pesadilla (¡¡¡!!!!¿¿¿???). Por eso, cuando mi amigo y colega me llamó para pedirme opinión al respecto le dije medio en broma:
-"Cónfiro hermano, me da la impresión que el presidente estuviese jugando aquello de
Pues en efecto, pareciera ser como dijo el economista Manuel Sutherland, "Se ha implementado una política económica repetitiva". https://www.aporrea.org/economia/n336946.html . Pero lo es desde las perspectivas del gobierno y grupos económicos. Estos aumentan los precios, con razón y sin ella y hasta sin atender a los costos y aquél aumenta los salarios de manera uniforme para igualar a los venezolanos en la pobreza en una estrategia absurda y hasta infernal. Ni uno ni otro hacen nada diferente.
Dije aquello "medio en broma" pero con la sospecha que estaba como en lo cierto, pues por más que analizaba la única respuesta gubernamental ante el acoso al salario, no hallaba razones distintas a lo que pensé la justificasen.
-"Sí, en efecto, agregué, parece que el gobierno piensa como quien está en una carrera y dosifica sus fuerzas esperando que el rival se canse para al final ganarle más por la entrega de éste que por su esfuerzo posterior."
Mi amigo, al otro lado de la línea, después de reír por lo que le dije, me acotó:
-"Yo le veo como quien juega al dominó y sospecha que uno de sus dos contrincantes, quien juega a su derecha, tiene la cochina y por eso está dedicado a trancársela sin prestarle interés alguno al juego de su propio compañero, quien por cierto tiene la mano."
Volví a hablarle y esta vez le dije:
-"Para Maduro pareciera que esto es un asunto de cansarse. Él y su equipo, el cual según lo forman sabios hasta del más allá, según lo poco que ha dicho al respecto, pero como que en verdad lo forman él y Meléndez, replican al mercado, los manipuladores de precios y hasta al dólar to day, con la misma receta". "Si lo pensamos bien y lo asociamos a lo que dices del dominó, cómo si busca que se acaben las piedras de seis y el contrario a su derecha quede con la cochina ahorcada".
Es evidente que las opiniones de técnicos de la materia económica como Julio Escalona, miembro de la ANC y como él mismo dice, solidario con el gobierno y sobre todo con el presidente Maduro y Jesús Farías, de la dirección Nacional del Psuv, no son tomadas en cuenta a la hora de afinar "las estrategias" oficiales. Ambos, Escalona y Farías, han dado muestras de tener opiniones distintas y hasta radicalmente diferentes a las que prevalecen en el alto gobierno. Por ciertos indicios, como que Maduro no recordaba el nombre del presidente de la Comisión de Economía de la ANC, que lo es Andrés Eloy Méndez, a ese organismo tampoco le piden opiniones. Eso sólo lo maneja Maduro y su círculo cerrado. De donde, por fortuna, a lo participativo y protagónico, no se le puede culpar de lo repetitivo y falta de puntería.
Este 15 de enero, día del maestro, que siendo maestro nunca lo había pasado en la mayor tristeza y pesadumbre, escuché no sin asombro a Diosdado Cabello, responder a una periodista, quien le preguntó acerca de sus expectativas ante el nuevo aumento de sueldo y la posibilidad que en una semana los precios eso hayan rebasado, responder más o menos de la siguiente forma:
-"Bueno, el presidente Maduro ha procedido a tomar una medida para proteger el salario. VAMOS A VER QUIÉN SE CANSA PRIMERO".
Lo que había pensado y hasta expresado a manera de chiste o cómodamente para dar una respuesta ante una pregunta para mi complicada, al parecer es lo cierto. Pues eso lo dijo Cabello y a confesión de parte relevo de pruebas. Es decir, ese cónclave que asesora a Maduro, que debe ser costoso, en lugar de atender a la ciencia económica pareciera poner en práctica la balurda estrategia del boxeador que en Cumaná enfrentó al entonces gloria del patio Francisco "Cochinito" Rodríguez. Advierto al lector que éste fue otro, distinto a Francisco "Morochito" Rodríguez, nuestra gloria olímpica. Tuvieron mismo nombre y apellido, distintos sobrenombres. El "Cochinito" nació en la calle Bolívar, unos cuantos años antes y el "Morochito" en el barrio Plaza Bolívar, al otro lado de la ciudad, aunque ambos en Cumaná.
Entonces la plaza cumanesa de boxeo, antes de la aparición de aquella máquina de hacer campeones mundiales como llamaron a Hely Montes, era una referencia importante en este oriente del país. El viejo cine Paramount, donde ahora está el Teatro Luis Mariano Rivera, era el escenario donde se montaban las carteleras boxísticas. "Cochinito" Rodríguez había despachado fácilmente a cuanto boxeador le habían llevado de distintas partes del país y de países caribeños. Hasta que se anunció una pelea con alguien de Caracas con una hoja brillante, según se dijo entonces. Al momento de montar la pelea el caraqueño no apareció por ninguna parte y se optó por subir al ring a un maracucho que habitualmente trabajaba como mesonero en el Bar Sport de Francisco Pérez. En verdad, aquel zuliano se entrenaba con cierta disciplina en el mismo espacio donde lo hacía "Cochinito".
Desde el inicio de la pelea, Rodríguez, con su atractivo estilo y capacidad de moverse con rapidez y elegancia por el cuadrilátero, empezó a girar alrededor del maracucho y lanzar sus manos en seguidillas. No era Rodríguez un pegador potente pero si un gladiador además de elegante, rápido y efectivo, por lo que puños entraban con facilidad en el cuerpo de su rival. A todas estas, éste giraba muy lentamente, doblada su cintura como en demasía, procurando ofrecer el menor blanco a su eficaz contrincante.
Transcurrieron varios episodios en la misma tónica. Rodríguez golpeaba una y otra vez, mientras el rival seguía en la misma postura sin sacar los puños.
Cuando el público comenzó a reclamarle diese pelea y respondiese ante la carga que se le venía encima, sólo en ese caso levantaba el torso y gritaba a quienes le increpaban:
-"Esperen, tengan paciencia, déjenlo que se canse".
Un algo así como aquella canción "Espero que te pongas más barata".
Al fin, la pelea llegó a su final, las tarjetas se llenaron de puntos para el "Cochinito" y el Maracucho de golpes. Este no cayó nunca pero quedó lleno de moretones, tanto que tuvo cerca de un mes sin aparecer por el local de las peleas, el cine Paramount y el Bar Madrid de Francisco Pérez.
¿De dónde sacan Maduro, Cabello, Meléndez y los geniales asesores, que el capital se cansa de ganar? Pueden estar así toda la vida, pues están en lo suyo. Quien pierde es el pueblo y éste si puede terminar cansándose y sobre todo de pasar hambre y eso produjo el Caracazo. Porque si Maduro y Cabello creen que no hay hambre, que los Claps a todos tienen resueltos, se están cayendo a coba y montando una estrategia que al final les dejará por debajo en las tarjetas. Pero además de hambre, no hay como comprar medicinas, ropa, recuperar los bienes desgastados más usuales, casi no hay nada, ni esperanzas y hasta se pierde la sindéresis.