A propósito de ser ciego

Si Maduro se resiste a abandonar el poder habrá un inmenso baño de sangre en Venezuela

Es difícil aceptar las realidades sociales y políticas cuando ambas de manera ineludible están diciendo ante quienes controlan el poder de manera autoritaria, que la historia no podrá ser revertida conforme sean sus designios y pensamientos totalitarios.

La historia y en especial la de Venezuela, tiene múltiples capítulos que han demostrado que cuando los pueblos se sublevan al orden político establecido, por muy poderoso que éste sea, sus horas están contadas, aunque éstas impliquen tiempos largos y dolorosos.

Así ocurrió el 19 de Abril de 1810, cuando aquel Cabildo destituyó a Vicente Emparan de la llamada Capitanía General de Venezuela. Era evidente que el poder español de la época no iba a renunciar tan fácil en sus pretensiones de hegemonía política y totalitaria que en ese entonces ejercía sobre la mayoría de las naciones sudamericanas. El resultado, no sólo fue que haya emergido una figura como Simón Bolívar antecedido en sus ideales por un Francisco de Miranda, quien irónicamente fue una especie de precio para el yugo español, para que Bolívar pudiera continuar avanzando en sus planes de lucha, sino que el hecho mismo de esas negociaciones fueron las que determinaron el rumbo histórico excesivamente sangriento que marcó nuestra independencia.

Si analizamos esa parte de la historia en la cual Emparan abandonó el poder, con lo que ocurre en Venezuela, hoy cientos de cabildos y asambleas populares en todo el país rechazan la permanencia de Nicolás Maduro en el poder. Así tenemos que la terquedad de los españoles de aquella época por aceptar esa realidad costaron a la patria y sobre los propios españoles una encarnizada y sangrienta guerra, unos por aferrarse al poder, y los otros por encontrar la libertad. Sin pasar por alto, episodios de dolorosas y mortales emigraciones como la de Oriente, por necesidad de sobrevivencia, mientras en la actualidad millones de venezolanos emigran huyendo de la masacre social que ha generado el neototalitarismo madurista.

Otro hecho histórico – que por cierto tiene interesantes analogías con el madurismo – está referido con la asunción de Ignacio Andrade al poder por allá en 1897 en unos comicios que fueron tildados de fraudulentos por sus adversarios, y en cuyo desastroso mandato, que estuvo marcado por la manipulación constitucional, también cayeron de manera espantosa los precios del café – principal fuente de ingresos de la época – aunado con la expansión de enfermedades sobre la población, y la pérdida del Esequibo por el tribunal internacional que encabezó Rusia y que le otorgó esa parte de nuestro territorio a los ingleses, hasta que finalmente surgió hacia finales de octubre de 1899 la llamada revolución liberal restauradora comandada por Cipriano Castro desde la zona fronteriza del Táchira, que terminó con la huida de Andrade del poder, para ser sustituido, irónicamente, por alguien quien a pesar de haber prometido esa ansiada libertad, se convirtió en un sátrapa que generó mayores miserias en la población, y que se consolidó en el poder por casi una década, al derrotar la guerra civil que se originó al inicio del siglo XX, y que contradictoriamente por órdenes de Hugo Chávez, sus restos reposan en el Panteón Nacional.

Curiosamente, Maduro se encuentra en el poder por unos "comicios" del 20 de mayo de 2018 considerados fraudulentos tanto en lo interno como en lo externo. La caída de los precios y la producción petrolera ha ahogado las finanzas públicas. Las enfermedades más espantosas han reaparecido en el contexto sanitario y social del país. El Esequibo fue regalado a Guyana por intereses endógenos y exógenos porque solamente cediéndole ese territorio a los guyaneses, Trinidad y Tobago puede explotar ingentes recursos petroleros sobre nuestra plataforma continental de manera disimulada, y obtener con ello un aberrante apoyo político en desmedro de la nación. No obstante, el país se levanta por múltiples protestas en toda la geografía nacional, y en esta oportunidad, ha surgido el liderazgo de alguien que por ahora revela ser la antítesis del madurismo. Lo preocupante de estos hechos es que el madurismo es su afán de aferrarse al poder, parece que se niega a ver que hemos entrado en una especie de guerra civil en donde el número de muertos por hechos políticos van aumentando, máxime cuando analizamos los hechos históricos que hemos vivido sobre todo en los años 2014 y 2017, y que en este 2019 se vislumbra que será de permanentes y sangrientos enfrentamientos.

Así tenemos que vendría la férrea dictadura de Juan Vicente Gómez entre 1908 hasta 1935 – fecha de su muerte -, cuyas características son muy parecidas con las cuales gobierna Maduro. O sea, supresión de las libertades democráticas. Silenciar a los medios de comunicación y aniquilar la libertad de expresión, y por supuesto, la anulación de los partidos políticos y persecución de sus líderes. Sin obviar la entrega de nuestros recursos naturales a potencias extranjeras, tal y como lo hace el usurpador de Miraflores quien ha entregado nuestro petróleo, oro y recursos minerales a chinos y rusos, para beneficiar sólo su camarilla de panegíricos y zascandiles aniquilando por completo a la población con una perversa hiperinflación. Tampoco podemos obviar que el 17 de enero de 1929 – hace 90 años – ocurrió el terremoto de Cumaná¹, hecho que sin ser alarmantes, y menos pretender ser visionarios, lo cierto es que los ciclos de la naturaleza son cíclicos, y el madurismo, en caso de que un evento de esta magnitud se repitiera en el país, con este régimen en el poder, las consecuencias serían desastrosas, no sólo porque no se prepara a la población ante un hecho similar, sino porque las condiciones de destrucción de instituciones de primeros auxilios y asistenciales estás arruinadas en su operatividad, logística, y recursos materiales y humanos.

Este 2019 en el plano político debe generar una negociación política que pueda destrabar la inmensa crisis económica y social que afecta a los venezolanos. Maduro no podrá gobernar sólo con el apoyo de Rusia y China enclavados en el otro lado del planeta, y menos aún, sin recursos financieros y con el desconocimiento de la mayoría de naciones de América Latina – entre ellos sus vecinos de Colombia y Brasil-, Europa y Estados Unidos.

Maduro no podrá gobernar con una economía fuera de control que ha generado una hiperinflación que supera el 1.000.000% y amenaza con llegar a la ocho cifras en cifras porcentuales. Maduro no podrá gobernar con un país colapsado en su producción petrolera que sigue disminuyendo, y cuyos posibles "aumentos", en caso de llegar a darse, serían por efecto de factores externos, es decir sin beneficios directos a la industria y menos al país. Maduro no podrá gobernar con un país cuyos servicios han sido destruidos en toda su operatividad, verbigracia, la presión social por necesidad de agua, luz, gas o transporte se multiplicarán en la medida que esos servicios continúen fallando en las principales ciudades. Maduro no podrá gobernar con una población que saldrá a la calle porque no puede vivir con salarios miserables, o inexistentes que apenas si llegan a los 20 centavos de dólar por día.

Si Maduro insiste en que podrá gobernar con tal realidad política, social e histórica, esa misma historia que es cíclica en todos sus aspectos, pueden ir escribiendo que probablemente este 2019 se convierta en el año más sangriento de la historia contemporánea de Venezuela. Si Maduro insiste en mantenerse en el poder repitiendo los hechos de los dictadores que sumieron a Venezuela en el medio del caos y la destrucción social, estaremos condenados a vivir un terrible baño de sangre de consecuencias impredecibles. A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.

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¹https://www.mppeuct.gob.ve/actualidad/noticias/cumana-88-anos-del-terremoto-de-1929



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Javier Antonio Vivas Santana

Más de 6 millones de lecturas en Aporrea. Autor de la Teoría de la Regeneración del Pensar. Dr. en Educación (UPEL). Maestría en Educación, mención Enseñanza del Castellano (UDO). Lcdo. en Educación en las menciones de Ciencias Sociales y Lengua (UNA). Profesor de pre y postgrado tiene diversas publicaciones y ponencias internacionales acreditadas y arbitradas por editoriales, universidades e instituciones de España, Rusia, Estados Unidos, Alemania, Francia, y naciones de América Latina.

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