Ante el desafío histórico que supone el intento de imponernos desde el extranjero, mediante el chantaje y la amenaza militar, un Presidente que nadie en Venezuela ha elegido es nuestro deber como patriotas, hacer valer nuestra Independencia y autodeterminación nacional, frente a tamaño agravio a la dignidad nacional y a nuestro derecho a vivir en paz.
En medio de esta grave circunstancia, en los encuentros que realizo con muchos sectores organizados del movimiento popular, de las bases de nuestro partido y con el pueblo en general, incluso más allá de las fuerzas chavistas, nos preguntan ¿Qué va a pasar? Frente a la pregunta, promuevo el debate y la reflexión y en todos esos intercambios hay puntos comunes para la mayoría ¡Hay que evitar la guerra!, preservar nuestra soberanía y la paz con dignidad, además existe el reconocimiento de que hoy en nuestro país, más allá de cualquier diferencia, hay un solo Presidente constitucional en ejercicio real del gobierno, Nicolás Maduro.
De igual manera, existe la opinión generalizada de que se requiere un cambio revolucionario de la actual situación ética, política, económica y social que atravesamos. "Esto no puede seguir así".
Ahora bien, más importante que predecir sobre qué va a pasar, es ¿Qué hacer? De esos intercambios, también se generan algunas propuestas de tareas, frente a cualquier circunstancia, que paso a enumerar:
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Hay que desarrollar el más amplio debate en el seno de nuestras familias, comunidades, centros de trabajo y en los medios de comunicación, a los cuales tengamos acceso, acerca de la gravedad de la amenaza que enfrentamos y que solo con la conciencia patriótica y la madurez democrática de la mayoría de nosotros podemos evitar la agresión militar extranjera y la guerra civil, encontrando soluciones que partan del pleno ejercicio de la soberanía popular. Todavía, hoy más que nunca, es el momento de la política, de las ideas, de los argumentos.
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No ser parte del guión de la guerra psicológica y de las falsas noticias. Debemos verificar bien la información, antes de creerla y divulgarla. La verdad y la serenidad son fundamentales para ganar esta batalla por la paz.
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Debemos agradecer, apoyar y divulgar todas las iniciativas de solidaridad que están realizando organizaciones sociales, partidos y gobiernos en todo el mundo para evitar la intervención militar en nuestro país y que promuevan propuestas de diálogo, para que los venezolanos y venezolanas encontremos una solución democrática y pacífica a esta confrontación.
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Respaldar y apoyar a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana de Venezuela, en el cumplimiento del rol histórico que le corresponde, ser garante armado de la Independencia y la unidad de la Nación, la integralidad territorial del país, la paz de la República y el respeto a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
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Ejercer el liderazgo político, social, religioso, moral en los territorios donde vivimos y promover los mayores niveles de solidaridad y convivencia pacífica frente a la promoción del fraticidio. Más allá de nuestras profundas diferencias políticas, todos somos venezolanos y venezolanas, no somos enemigos.
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Planificar la seguridad integral en nuestros territorios para garantizar, en cualquier circunstancia, la vida y la dignidad de nuestras familias y comunidades. Identificar las estrategias y los medios para hacerlo.
- Iniciar, promover o acelerar todos los proyectos productivos a escala nacional y comunal, de manera especial en materia de rublos básicos para la alimentación.
Tengamos confianza en que nuestra voluntad mayoritaria de paz y nuestra dignidad nacional, pondrá freno a la guerra y que encontraremos, en el marco de nuestra Constitución, el mecanismo para superar esta tropelía contra nuestra soberanía nacional y contra nuestra democracia.
Ahora más que nunca, serenidad y firmeza. ¡La Patria está primero! ¡La Patria vencerá!