Sus análisis que nos hace sobre lo que le acontece al país en el artículo de hoy en Aporrea, bajo el título "Despedida fraternal y vomitable", es bien falluto, para utilizar un término que usaba con una gran frecuencia nuestro padre cuando leía o escuchaba a muchos planteando bolserías o posibles soluciones para disminuir al máximo, lo que les era imposible ocultar, las angustias y más que eso, los miedos (de cobardes), que pueden provocarles a quienes solo saben decir que defienden su patria solo de la boca para afuera, ante lo que es, sin eufemismos, la amenaza muy real a nuestro país de una intervención militar por parte de Washington y de más allá (de Inglaterra, de Francia y por qué no, también, de España), que se nos hace cada día y que tiene sus antecedentes muy recientes, en la invasión a Iraq en 2003 (un millón de muertos hasta ahora) y la destrucción de la Nación Libia en 2011 y la que ha venido siendo otra horrenda realidad, sin éxito alguno, la de Siria, país en el que han asesinado en siete años ya a más de 400 mil personas y destruidas a varias de sus grandes ciudades…
Por supuesto, el miedo es libre, también repetía nuestro padre ese viejo dicho, para agregar que cada quien es libre de escoger su propio rumbo…!!!
No obstante ello, vale la pena hacerle ver que en este último caso, el de Siria, más allá del horrible dolor que padece ese pueblo por sus miles de muertos, recordarle que allí está batallando y resistiendo, porque sabe y entiende lo que significa la PATRIA, con la indoblegable dignidad y sin un dejo de cobardía para defenderla de la bárbara agresión extranjera y asegurar y defender así su libertad, su soberanía y su plena independencia para decidir su propio destino, sin injerencia extranjera alguna, de manera que cuando leemos planteamientos como ese suyo, no solamente sentimos pena ajena, sino la mayor indignación, pues el llamado que se impone hoy hacerle a nuestro pueblo en esta hora, no es el que usted expone como inevitable, la fractura de la unidad popular, es decir la negación absoluta de la posibilidad de la cohesión de todo el pueblo para enfrentar al Imperio y a sus lacayos, sino todo lo contrario, su unidad absoluta y total, sin distingos de colores, de manera que se haga asimismo una poderosísima fuerza disuasiva, muy real para detener lo que sería una perversa aventura imperial o que podamos tener la certeza de que si optan por agredirnos con sus marines, con sus paramilitares y con sus bombas, lo cual no es posible descartarlo que suceda, si revisamos la historia de sus tropelías en el mundo todo y en particular en nuestro suelo Latinoamericano y Caribeño en más de 160 años, tengamos la posibilidad de vencerlos, por más dolorosas que pudieran ser las consecuencias de un enfrentamiento que, por supuesto, no queremos que suceda ...
Allí tenemos otros muchos ejemplos de luchas gloriosas de resistencias y de victorias de los pueblos del mundo frente a las amenazas y afrentas de los imperios en todas la épocas de la historia de la humanidad, no solamente con los episodios gloriosos de nuestras propios combates muy sangrientos por la independencia de la Corona española y los que han librado otros muchos pueblos, en África, en nuestra América con la Cuba Heroica, con la Nicaragua de su "Pequeño ejército loco" de Augusto César Augusto Sandino (entre 1927/34) y más tarde con el Ejército Sandinista de Liberación Nacional (1974/79) o en Asia, con la indoblegable tenacidad de los pueblos de campesinos de Corea, Vietnam y Laos…
Oportuna esta ocasión para copiarle un fragmento de una de las cartas de Simón Bolívar al enviado yanqui, Señor Juan Bautista Irvine, el cual vino al país como enviado del presidente James Monroe, el de la "famosa" doctrina que lleva su nombre, "América para los Americanos", con la misión de amenazarnos y de exigirnos la devolución de dos fragatas, Tigre y Libertad (1818), que fueron detenidas al ser descubiertas por nuestro Ejército Libertador en la desembocadura del río Orinoco, entregándoles armas y demás pertrechos al ejército realista español, episodio éste que, -le aseguramos- jamás lo había escuchado el títere de Uribe, Iván Duque, el perfecto lacayito de Trump:
"Parece que el intento de usted es forzarme a que reciproque los insultos: no lo haré; pero si protesto a usted que no permitiré se ultraje ni desprecie al Gobierno y los derechos de Venezuela. Defendiéndolos contra la España ha desaparecido una gran parte de nuestra población y el resto que queda ansía por merecer igual suerte. Lo mismo es para Venezuela combatir contra España que contra el mundo entero, si todo el mundo la ofende."
Vale añadir, ya para cerrar esta nota, como buen dato que prueba que estamos rodeados de zánganos que dicen y sostienen lo que jamás nos hubiéramos imaginado, como sucede con este Duque colombiano que tuvo la desfachatez de decir esta tamaña burrada en el acto de recibimiento al Secretario de Estado de EU, Mike Pompeo, el 3 de enero pasado en Cartagena: "Hace 200 años, el apoyo de los padres fundadores de los Estados Unidos a nuestra independencia fue crucial para la independencia, por lo que recibir hoy su visita nos llena de alegría y de honor, precisamente este año del #Bicentenario, tan importante para nuestro país", cuando fue todo lo contrario, esos "padres fundadores" no solamente declararon neutral a su país frente a nuestras luchas por la liberación del reino de España, sino que hicieron todo lo indecible para que fracasáramos… y una evidencia de eso, es el caso que recordamos del enviado yanqui, Míster Irvine…
Y ha sido tan arrastrado ese Duque que también olvidó, lo cual es inexcusable para quien llega a ocupar el cargo de Presidente de Colombia, esta recomendación que en carta del 13 de junio de 1826, le hizo Simón Bolívar, como Presidente del país, a su Vice-Presidente, el General Francisco de Paula Santander: "…yo recomiendo a usted que haga tener la mayor vigilancia sobre estos americanos que frecuentan las costas: son capaces de vender a Colombia por un real si la tuvieran"…
