La criminalidad golpista

La guerra híbrida que vive el pueblo venezolano ha tenido en la desinformación y manipulación mediática una de sus principales armas de combate. Leemos y escuchamos mentiras que analistas que nunca han estado en Venezuela repiten tantas veces que se convierten en realidad para la opinión pública. Por eso no se puede perder de vista el contexto y sobre todo el de la historia, para evitar cualquier clase de inoculación contaminada con los falsos positivos.

Ahí está el informe de la Comisión de la Verdad, la Justicia, la Atención a las Victimas y la Paz, creada en el 2013 para esclarecer las violaciones de los derechos humanos perpetrados entre los años 1958-1998 a instancia del presidente, Nicolás Maduro, en cumplimiento del mandato del artículo 232 de la Constitución, para investigar los delitos graves que perpetrado durante la 4ta. República. En el referido informe final registró un total de 10 mil 071 personas víctimas de asesinato, tortura y desaparición por razones políticas. Sin embargo, esta criminalidad no la contextualiza los medios de comunicación social privados, nacionales e internacionales.

Al igual que el golpe de Estado (11 de abril 2002) gestado y accionado por la extrema derecha venezolana, representada en los dueños de medios de comunicación privados; cúpulas empresariales, militares antipatriotas; la dirigencia laboral y partidos políticos anclados a los mandatos del Departamento de Estado Norteamericano, que arrojó 19 muertes y más de 70 heridos, e incuantificable pérdidas materiales; a lo que se suma el paro petróleo que fue otro percance para el pueblo en general.

El fascismo es inclemente y criminal, está Leopoldo López, quien en sus propias palabras promueve un alzamiento para salir de Maduro, que empezó el 12 de Febrero del 2014, y se prolongó por varios meses que le costó la vida a 43 personas, la gran mayoría por causa de las guarimbas, López promovió como estrategia el bloqueo de las calles.

El golpe de Estado contra Maduro ha sido prolongado y al igual que en el 2002, 2014 y el 2018-2019, se ha desconocido el Estado de Derecho y de Justicia Social con la imposición del imperio estadounidense de un fantoche que el pasado 23 de enero se erigió como presidente criminalizando a la República Bolivariana, al gritar a los cuatro vientos una intervención militar extranjera. Esta apretada síntesis es lo que pretende ignorar el poder mediático que desconoce cómo apologistas del crimen organizado la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Historia es conciencia.



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Alberto Vargas

Abogado y periodista, egresado de la UCV, con posgrado en Derecho Tributario y Derecho Penal. Profesor universitario en la cátedra de Derechos Humanos

 albertovargas30@gmail.com

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