Si los gringos entran

Pudiera ser el título de una canción, pero eso lo dejaré para después, el sentido de este escrito es para describir, no lo imaginado, sino lo que va puede ocurrir, porque ya otros pueblos lo han experimentado con gran dolor y desesperanza y esto nos alerta sobre lo que puede pasar. El imperio está adolorido, la velocidad y voracidad con que ha vivido, lo tiene agotado, su propia fuerza por no saberla usar lo está carcomiendo. Quiso devorarlo todo y hoy prácticamente se auto devora. Su pesada economía fundamentada en la economía de guerra, no tiene cuerpo que lo resista y como acto lógico le pide más guerra para tratar de reordenar su caos impulsado por la profunda contradicción existente, por un lado, entre el capital financiero y especulativo, controlado por el sionismo mundial, y por otro lado, el capital industrial y productivo, bajo el mando de la burguesía capitalista ubicada en la explotación industrial.

Esta separación entre el capital financiero y bursátil y el capital productivo de bienes reales, hoy presenta una brecha insuperable, porque los capitales productivos en manos de poderosas transnacionales se mudaron hacia escenarios fuera de los Estados Unidos de Norteamerica. Estos capitales sin patria, se ubicaron donde más les convino, como China, por ejemplo, para realizar la alianza capital transnacional – burocracia china, lo cual ha convertido a los EE.UU., en un país de economía real desarmada como lo demuestra la casi fantasma ciudad de Detroit, otrora ejemplar ciudad industrial y a China a la gran potencia industrial de la actualidad. Esta contradicción manejada por el capital financiero y especulativo, está llevando al poderosos imperio a la tumba.

No fue solo la estrategia China de abrirse a los capitales transnacionales, allí coincidió la crisis de sobreproducción que lleva regularmente el capitalismo por dentro, más la operación y presión de la Ley de la Tendencia Decreciente de la Tasa de la Ganancia, generada por la elevación continua de la Composición Orgánica del Capital, especialmente en la parte que concierne al Capital Constante (equipos, maquinarias, materias primas, materias auxiliares, mantenimientos de edificaciones etc.). Recordamos que la Tasa de la Ganancia se calcula dividiendo Cuota de Plusvalía entre la Composición Orgánica del Capital, formado por la suma del capital Constante (maquinarias, equipos, etc.,) más el Capital Variable (Salarios) y el resultado se multiplica por 100 = ( P / C+V) * 100.).

El capital industrial transnacional vio en China y otros países,mejores condiciones para tratar de reducir la Composición Orgánica del Capital, al encontrar en ellos materia prima más barata y fundamentalmente una tasa salarial muchísimas veces más baja que la de los EE.UU. Este país invasor por tradición, se ubicó a su interior, más en la economía armamentista que en otras áreas de la economía y en el manejo del capital financiero y especulativo.

Su billonaria deuda (Dos billones de dólares) sin contar la deuda derivada de esta deuda, la cual da un monto de deuda con cifras inimaginables, que coloca a USA en un país en bancarrota. El 15% de las llamadas "empresas Zombis" pertenecen a este país. Son empresas muy grandes que están muertas en vida porque no tienen capacidad de pagar sus deudas.

No hay duda que el monstruo está herido de muerte, sin muchas posibilidades de despegue y ante tal situación está buscando guerras. Pero no guerras con cualquier país, sino con aquellos que tienen condiciones especiales para sus objetivos, y entre los países seleccionados está Venezuela porque le sirve para solucionar los dos problemas a la vez: Materia prima diversa, barata y abundante, y una mano de obra que no alcanza a percibir por salario, Seis (6) dólares mensuales.

Con esto queremos decir, que no es Maduro como Presidente de Venezuela el problema central. El objetivo está claro, pero encontraron un gobierno que sin ser profundamente revolucionario, se le resiste a entregar la patria a los intereses extranjeros.

Pendejo e inocente será el pueblo que piense que con la invasión de los gringos vamos a tener más Democracia y mejores condiciones de vida. La experiencia vieja y reciente, nos dice crudamente que la presencia gringa en Venezuela, será una de las peores tragedias que hayamos vivido los venezolanos en nuestra historia. Esto nos llama a unir esfuerzos para resistir y combatir para sacarlo. Esta resistencia tiene que contar con la unidad del pueblo venezolano, dividirnos por minucias y venganzas personales es traición. El revanchismo de algunos camaradas que tuvieron funciones de gobierno no cabe ante esta situación, así estén apoyadas en señalamientos contra el gobierno que tienen mucho de verdad. Ustedes, también son responsables de que estemos donde estamos, fueron ministros con altas responsabilidades y los resultados de hoy no se le pueden achacar solamente a Maduro y su gabinete. Hay responsabilidades compartidas, donde ustedes camaradas ex-ministros, tienen su buena cuota. Les queda muy feo que para salir del atolladero, donde ustedes ayudaron a meternos, ahora coincidan con el enemigo, aunque traten de taparlo con eufemismos leguleyos constitucionalistas. En sus discursos, tienen más diferencias con los revolucionarios, donde no incluimos a Maduro y su entorno, que con lo planteado por el imperio. O al revés, su discurso tiene más coincidencias con la propuesta imperial, que con una perspectiva revolucionaria y esto ha sorprendido a mucha gente, a mi no, porque sus concepciones de hoy, dejan ver los criterios pequeñoburgueses que siempre han tenido.

Ceder a peticiones del imperialismo y sus lacayos, es dar muchos pasos hacia atrás y es por esto que su discurso basado en la conciliación con el enemigo, no tiene mucho auditorio entre el pueblo en general, y menos entre nosotros los trabajadores y trabajadoras. Entiendan esto y reflexionen a tiempo, antes que la historia los condene muy feo.

Retomando el título de este escrito, se nos ponen los pensamientos de punta al pensar que la invasión gringa viene cargada de mucho odio, ese odio que han promovido entre muchos venezolanos desde el mismo momento que llegó el Comandante Chávez al gobierno. Este odio, sin razón humana, pero si originado en determinados intereses de clase, es manifestado a diario por quienes se han aglutinado alrededor de los grupos contrarrevolucionarios, expresado en el racismo, el desprecio por el pueblo que ha acompañado durante este proceso al llamado chavismo. Sus palabras cargadas de obscenidades salidas de mujeres y hombres, junto a las amenazas de destrucción que no se han quedado en el grito y el insulto, sino también en su aplicación práctica contra humanos y objetos, han sido conductas elaboradas, salidas de laboratorios mediáticos donde meticulosamente se han estudiado emociones, descontentos, comportamientos individuales y colectivos.

Sólo de pensar en ese odio elevado exponencialmente por la presencia de fuerzas militares extranjeras, puede desencadenar una guerra civil más cruenta que cualquiera de las que hemos conocido en el mundo y en nuestra historia. Luego de masivas muertes, el gran ganador será el imperialismo, quien que como jefe de la manada de lobos hambrientos, cogerá la mejor parte para él y hay de aquel que quiera disputarsela. El imperio ya establecido no verá aliados tal como lo hizo en Libia e Irak. Todo será para él.

Evidentemente que esto no le será fácil, y a nuestra manera de ver, aquí quedará como cadáver el aliento final del imperio. La resistencia va a ser igual de cruenta y con la seguridad que se expandirá por toda la América Latina, porque ya los pueblos están cansados de tanta intromisión y sometimiento por parte del imperio que se quiere robar todo. Además, no olvidemos que el imperialismo como muchacho peleón, viene armando conflictos serios con Rusia, China, Irán y hasta con Turquía, uno de sus mas fuertes aliados en la OTAN hasta hace poco tiempo. Estos conflictos le resta fuerzas y capacidad de maniobra geo -militar y política. El imperio no las tiene tan fácil, pero de todas maneras su presencia invasora, será dolorosa para nuestros pueblos que nunca se han visto envueltos en un conflicto de esta magnitud y características.

Evitar esto escapa de nuestras manos como nación, porque el imperio nos tiene como objetivo desde hace 20 años y parece que ya no quiere esperar más. Su racionalidad está guiada por una lógica invasora, así ha sido la historia de su constitución como país. Hoy de los originarios de su territorio sólo quedan entristecidas muestras en sus reservas; su fauna y su flora natural, quedó reducida a extremos de la inexistencia y a su peligro de extinción. Su conformación como potencia económica e imperialista, tiene que ver con el saqueo y expropiación a su vecino México, Colombia, España, y a la conformación de bandas organizadas para aterrorizar a los habitantes de territorios donde existían riquezas mineras y petroleras. Esto se puede leer en el libro "Las Siete Hermanas" de Anthony Sampson cuando se expone la historia de la Standar Oil Company de New Jersey, empresa insigne del imperialismo y propiedad de los Rockefeller. Esta historia construida con el robo y expoliación aún no ha culminado todavía como lo demuestra sus intenciones contra Venezuela. Para darnos una muestra, hoy acaba arbitrariamente apropiándose de la empresa Citgo, propiedad de todos los venezolanos a través de Pdvsa.

Su soberbia e imposición de sus políticas no tiene límites, lo podemos ver con la declaración de su Vice-presidente el día 14 de Febrero de 2019, "Además, Pence dijo que los miembros de la UE deben seguir el ejemplo de su país y salirse del Plan de Acción Integral Conjunto (el acuerdo nuclear con Irán), que EE.UU. abandonó en mayo del año pasado. "Ha llegado el momento para que nuestros socios europeos (...) se retiren del acuerdo nuclear iraní y se unan a nosotros, mientras ejercemos la presión económica y política necesaria para darle al pueblo iraní, a la región y al mundo, la paz, seguridad y libertad que merecen." Un cinismo extremo, sin duda.

El impedimento de una invasión a Venezuela, lo proporcionaría la Comunidad Internacional y sus organizaciones, aunque ya sabemos con Libia, Irak, Siria, Afganistán, que el imperialismo no toma en cuenta las decisiones de estas, evidenciado en las resoluciones de la ONU con relación al bloqueo económico de Cuba, el exterminio de Palestina por parte del sionismo, la intervención militar en Libia y en Irak. En este caso cuenta con el aval de la mayoría de países de la Unión Europea, siendo de gran importancia para él la aprobación de Alemania y Francia, porque el Reino Unido baila al son que los Estados Unidos toque.

Ante este hecho inminente, que nadie quisiera, no nos que queda otra alternativa que prepararnos para la guerra defensiva- ofensiva. Son muchos los esfuerzos que ha venido haciendo el gobierno nacional y algunos países como Rusia y China para impedir la invasión; en la Comisión de Seguridad de las Naciones Unidas no se le aprobó la intervención, igual ocurrió en la OEA y sectores importantes del Partido Demócrata sostienen que el Senado no le aprobará a Trump cualquier solicitud de invasión a Venezuela. Son importantes estas gestiones, pero la lógica que aplica el imperio tiene otra dirección distinta que no es otra que la guerra. No conoce otra, es su modo intrínseco de comportarse.

Intentará hacer "Tierra arrasada" en nuestros territorios con destrucción en primer lugar de los centros de fortaleza militar para luego dirigirse a apropiarse de las zonas petroleras y mineras más importantes, dejando previamente la desolación y el llanto de un pueblo que su única culpabilidad que tiene es contar con un número incuantificable de riquezas naturales que quiere defender porque le pertenece desde que está constituido como nación. Se nos niega que queramos ser más libres, que nos propongamos ser socialistas, a pesar de que el gobierno actual ha torcido su rumbo hacia una economía capitalista de carácter mixto que quiere disfrazar nominalmente de socialismo. Se nos quiere arrodillar porque intentamos liberarnos del tutelaje imperial.

Para el imperialismo ha llegado el momento de invadir y para nosotros el de defendernos y combatir para expulsarlo. No es muy alentador para nosotros llegar a esta conclusión, porque no nos hemos venido conformando para esto, pero lo inevitable nos obliga a prepararnos. Ojalá no ocurra la invasión, pero esto no es decisión de nuestro pueblo sino del que se propone invadirnos.

Esta situación de emergencia tiene que comprenderla todo el pueblo venezolano y dar los pasos necesarios para la defensa y la ofensiva; no es tarea exclusiva de la parte militar de la sociedad, es tarea de todos hacerle la vida imposible al invasor, no permitirle que normalice su vida dentro de nuestro territorio. Esto implica, prepararse miltarmente y todo lo que esto conlleva; abastecerse de alimento y agua; generar planes productivos alimentarios en todos los espacios posibles; aprender lo básico de los primeros auxilios; prever refugios para los más frágiles de la población como lo son las niñas y niños, los ancianos, las personas enfermas y discapacitadas, no nos puede agarrar de sorpresa una guerra que se nos está avisando desde hace casi dos décadas y advertida por el Comandante Chávez, quien sabía que cualquier política diferenciadora del imperialismo, traía como consecuencia la amenaza de la invasión gringa. Habrá dolor y llanto, pero de allí no puede salir el desaliento, por el contrario deben brotar todas las fuerzas anti imperialistas y patriotas que tengamos por dentro.

Es importante que la población llamada civil se prepare para el combate, porque esta definición de población civil, no cabe en las cartillas del imperialismo con las cuales orienta a sus fuerzas militares invasoras, sabe que cada hombre y mujer de territorio invadido, es potencialmente su enemigo. En Libia, Siria, Irak, Afganistan y Panamá, bombardearon sin misericordia a escuelas, hospitales, plazas y otras instituciones de vida civil, sin importarle resoluciones internacionales que sobre las guerras se han aprobado. Son elocuentes las imágenes que hemos visto a través de los medios de información internacionales: Edificios en el suelo totalmente destruidos, arrasados museos, centros culturales de milenaria tradición, carreteras, instalaciones de todo tipo; restos de humanos mutilados por las bombas que no tiene instrumentos de selección social o políticas; cifras de muertos incontables de personas que llegaron a creer que una invasión extranjera los iba a sacar de la situaciones difíciles que tenían. Para el invasor imperialista no habían Libios inocentes, ni iraquíes, ni Afganos, ni Sirios, ni panameños de El Chorrillo; habían enemigos fueran o no objetivos militares, eran simplemente enemigos de su guerra.

Luego de la destrucción por parte del imperio, vendrá la verdadera guerra, porque sobre las ruinas que nos dejen, tendrá que nacer la ofensiva para expulsarlos y esto nos puede llevar cierto tiempo, será tal vez un proceso prolongado hasta que logremos derrotarlo. No podemos permitir que deshagan a nuestro país para repartírselo entre las potencias invasoras y sus lacayos nacionales. Repetimos que no queremos este escenario porque es muy duro, pero nosotros no lo escogimos ni lo impusimos, porque somos un pueblo pacífico, pero no pendejo y dócil ante el agresor.

Esperamos que todos los pueblos de Latinoamérica y el mundo despierten, que el pueblo norteamericano se levante de su adormilamiento y actué como en la Guerra del Vietnam, cuando los jóvenes se negaban a ir a la guerra fratricida contra un pueblo lejano e inocente. Esperamos que sea la presión de todos los pueblos del mundo incluyendo el Estaudinense lo que obligue al gran capital nortaemericano y sus aliados internacionales a desistir de sus propósitos y a no provocar a un pueblo tranquilo como somos los venezolanos.

No queremos que se nos brote nuestro espíritu guerrero, pero si tenemos que sacarlo para defender lo que es nuestro. no nos quedará otro camino que sacarlo desde adentro para defender lo que nos pertenece, porque como pueblo, nunca hemos ido a quitarle algo a otros pueblos, por el contrario hemos ido a ayudarles a su liberación.

Si los gringos entran los sacamos, pero antes no los vamos a recibir con los brazos cruzados, tengan la plena seguridad que así será, todavía con la esperanza humana de que la invasión no ocurra.

Patria o Muerte, Venceremos



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José Bonilla A.


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