Hace casi un mes que Juan Guaidó un completo desconocido, para el pueblo venezolano hasta ese momento se autoproclamó presidente interino de Venezuela, figura que no tenemos en nuestra constitución y él lo sabe, y sí, no podemos negar que ha sido reconocido por varios países europeos y latinoamericanos, que por supuesto nada conocen de la constitución de nuestro país y sus leyes, gobiernos en los que su pueblo sufre las inclemencias del abandono de sus mandatarios. Pero no pueden hacer lo contrario porque están subordinados al gobierno de EEUU que es el verdadero ejecutor del intento de golpe de estado en nuestro país. El diputado Juan Guaidó ha fungido como una pequeña marioneta sin voz, sin movimientos y sin raciocinio propio, desde el 23 de enero las órdenes las dan desde EEUU, no de forma disimulada sino abiertamente, mientras a él le dan un guion para que lo siga. En ese guion ha amenazado a los militares, les ha hecho ofertas, les ha ordenado y nada que recibe la respuesta que quiere escuchar, dos o más militares sublevados no serán suficientes para arrodillar a una nación y menos a un gobierno que fue electo democráticamente, por más de seis millones de electores, y como ya sabemos en Venezuela los únicos que pueden poner y quitar gobiernos es el pueblo soberano mediante elecciones libres secretas y democráticas.
Se hace llamar presidente, pero no tiene despacho de gobierno, quiso invitar a parlamentarios extranjeros y las autoridades legítimas no les permitieron la entrada, por no cumplir con los requisitos legales para entrar al país, nombró una directiva en PDVSA que no puede entrar a las instalaciones, porque su directiva no es legal, ha nombrado agregados a las embajadas y a la OEA pero sólo Samuel Moncada puede sentarse a la mesa representando a Venezuela y Almagro no puede refutarlo porque él mismo sabe que lo de Guaidó es sólo una provocación más para ver si Maduro decide irse, Guiadó dice que está libre cumpliendo sus funciones, pero la única función que ha hecho es querer abrirle paso a una ayuda humanitaria que sabemos que aquí no es necesaria tal ayuda, pero como venezolano no ha pedido el cese del bloqueo económico que tiene EEUU contra nosotros, por el contrario ha aplaudido el robo descarado de CITGO. Ya casi son 30 días y no ha llamado a elecciones como lo indica la Constitución Bolivariana de Venezuela. El sabe que no es presidente, es que ni siquiera podemos llamarlo usurpador, porque no está usurpando ninguna función porque no ha logrado entrar ni como visitante a Miraflores porque tampoco quiere dialogar, y ningún organismo del estado lo reconoce ¿De dónde es presidente? Sólo podemos decirle vende patria, apátrida, traidor, porque no está preocupado por el pueblo venezolano y sus problemas, es lo menos que ha hecho, está esmerado en dejar entrar a los EEUU, trabaja para ellos, no reclama las funciones que él quiere desempeñar, porque está esperando que sea Donald Trump quien lo suba a los altares del poder en Venezuela. Dice que no le teme a una guerra civil, porque está consciente que asumiendo el poder entrarían tropas estadounidenses con su anuencia, arrasando con el pueblo venezolano, regalándonos una dosis de su democracia, porque sabe que no permitiremos la entrega de nuestro país tan fácilmente. Con votos no han logrado alcanzar el poder, por eso la estrategia de hoy es una posible invasión armada y él abrirá las puertas del infierno.
Nuestras riquezas son un botín muy codiciado, pero lo que verdaderamente da vergüenza es ver a estos muchachitos recién salidos de las faldas de mamá entregando nuestra patria, y da mucha pena ajena, que políticos viejos de la talla de Ramos Allup, Claudio Fermín, Eduardo Fernández y otros dinosaurios de la política venezolana se dejen avasallar, con la esperanza que les tiren un hueso en la repartición de poderes, o que demuestren que verdaderamente siempre le tuvieron culillo al imperio norteamericano, prefieren apoyar con su silencio las bajadas de pantalones de un pelele, a ponerse del lado correcto de la historia, para que no los tilden de chavistas. Aquí ya no se trata de chavista u opositores, se trata de Venezuela, de sus riquezas, de nuestra soberanía, y no nos caigamos a cuentos, el poder imaginario de Guaidó no es el peligro, el verdadero enemigo es un exterminador mundial que se volvió más peligroso con un supremacista en el poder, racista y con un toque de locura que no respeta, edades, colores ni religiones, hasta Guaido debe estar preocupado, pensando que harán con él cuando ya no les sea útil. Sí aquí en estos momentos existe un preso político ese es Guaidó pero no es por parte del gobierno Venezolano aquí su libertad es plena, él es preso del gobierno a quién le vendió su alma, porque no tiene oportunidad de recular ni de arrepentirse
Otro punto que no debemos pasar por alto, son las reuniones que personajes que en otros tiempos se rasgaron las vestiduras por Hugo Chávez han tenido con Guaidó ¡Que tristeza! Era mejor quedarse en la calle de en medio luchando por sus propios ideales, haciéndose llamar chavistas de Chávez, o esa absurda falacia de la defensa de la Constitución, ahora para justificar la metida de pata hablan de que no están con Dios ni con el diablo, pero los vimos tocando las puertas del infierno. Aquí no hay tontos, y los políticos siguen subestimando la inteligencia del pueblo, Así que Chavistas de Chávez, el gigante sentiría mucha vergüenza de ustedes, no se justifiquen con nosotros porque hacen mucho rato que ustedes están arando en el mar.
¡LEALES SIEMPRE TRAIDORES NUNCA!