Soy de los que creen que hay que respetar al adversario y ponderar sus acciones, tanto como él demuestre, su entereza y certeza con la lucha que plantea; coherencia con su discurso y sobretodo honestidad, con su praxis socio política.
Tal vez por esa razón, tiendo a sobrevalorar a los opositores venezolanos y por ello me siento decepcionado por el cumulo de torpezas continuadas en las que, por omisión u acción, con frecuencia caen.
Por ejemplo; al compás de las declaraciones de guerra contra el Socialismo del Siglo XXI y la Revolución Bolivariana proclamadas por Trump y Bolsonaro, sucedieron tres eventos:
1.- En Venezuela, se nombraron nuevos representantes "diplomáticos" por parte de la AN en desacato.
2.- El Gobierno de Panamá reconoce como diplomática a una señora presumiblemente venezolana, investida no se dé cual autoridad.
3.- Los proclamados representantes de la AN en desacato, reconocidos por EEUU como "diplomático", cual conquistadores hambrientos de territorio y notoriedad, asaltaron el viejo edificio donde funcionaba nuestra Embajada en EEUU y las demás edificaciones que sirvieron como sede de la Agregaduría Militar y los Consulados.
Tales eventos, por un lado son pruebas que el oposicionismo criollo y subcontinental, vive de una vergonzosa obediencia al mandato imperial, que les hace caer en el error, de seguir cacareando los signos y símbolos de una narrativa, derrotada por la contundente realidad: Nicolás Maduro sigue siendo el Presidente, la ANC está viva y mandando y para colmos, la híper promoción de una supuesta destrucción de la autoridad del Estado Bolivariano; el exterminio de cualquier viso de chavismo en la Republica y de la vigencia del Socialismo del Siglo XXI, cada día es fulminada, por la acción de los pueblos que se están levantando, resistiendo y triunfando.
Ahora bien, con respecto a el asalto a las edificaciones otrora sedes diplomáticas en los EEUU, es muy importante decir, que no tiene ninguna incidencia en el mundo real. Ya que, una vez rota las relaciones diplomáticas entre los EEUU y la República Bolivariana de Venezuela y retirado el personal que dicha sedes laboraba, los edificios son solo eso, construcciones propiedad de Venezuela, las cuales deben estar resguardadas por el Estado acreditante por mandato de la Convención de Viena.
En ese sentido, los ocupantes precarios, asaltantes de oficio, auto proclamados representantes o algo por el estilo, además de no representar a ningún gobierno legítimo, están cometiendo un delito de invasión a la "propiedad privada de la República Bolivariana de Venezuela en territorio estadounidense".
Es evidente que el enemigo no se entregara, ni reconocerá su derrota y menos aún, admitirá que están descubierto en sus perversas intenciones por saquear la patria, robar sus propiedades en el exterior, e instaurar un gobierno subordinado al mandato fascista imperial que permita a sus hienas, coger las riqueza de esta tierras bolivarianas para tributarla a los pies de su amo.
A él y ellos, les recuerdo que; Bastante pueblo hay aquí y seguiremos triunfando. La Paz es nuestro camino, no se equivoque Mr. Trump.