Siempre habrá mañana

Estamos en víspera de la conmemoración de los 17 años del golpe de Estado del 11 de Abril de 2002, en contra del Presidente Hugo Chávez y en contra de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela; y de los 17 años de la épica respuesta popular, la rebelión del 13 de Abril que rescató la naciente democracia protagónica y a su Presidente, 48 horas después de consumado el sangriento golpe fascista que ejecutaron las cúpulas empresariales, eclesiásticas, militares, partidistas apoyadas por los gobiernos de Estados Unidos, España y Colombia, principalmente.

Aquellos días me tocó vivirlos hora a hora en las calles, junto al pueblo, y luego en Miraflores, cuando se recuperamos el centro del poder político cerca del mediodía de aquel sábado 13 de abril.

De aquellos días rescató la inquebrantable voluntad de los y las más humildes de resistir hasta el final, así como su rápida capacidad de sobreponerse a la derrota y construir, junto a los militares patriotas, una hermosa victoria que despejó el horizonte de la Patria hacia la etapa de mayor democracia y estabilidad política, económica y social que hayamos vivido en nuestra historia, el periodo 2004 -2012.

Rescató también la lección que nos dejará nuestro Comandante Chávez, tal cual lo había hecho el 4 de febrero de 1992, de que frente a situaciones límites no hay que inmolar al pueblo y a las fuerzas revolucionarias, por el contrario hay que preservarlos, a costa del propio sacrificio, y confiar en que estos sabrán que hacer para revertir cualquier derrota táctica.

Hugo Chávez siempre cuido a nuestro pueblo de una derrota estratégica, de una tragedia histórica y confió en la conciencia del pueblo para revertir las adversidades y empujar el Sol para que amanezca de nuevo, para que siempre haya un mañana.

En estos días donde la ignominia pareciera imponerse, cuando intentan acorralarnos; cuando se pretende avergonzarnos por haber demostrado en la primera década de este siglo que un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo si es posible; cuando las acciones u omisiones de propios y extraños nos contagian de su desmoralización, confiemos en los infinitos poderes creadores que tenemos como pueblo para "que de nuevo amanezca y ya no vivamos en la oscuridad", como escribió Alí Primera.

Compatriotas, cualesquiera que sean las circunstancias que nos toquen vivir, recuerden que en la historia de los pueblos no hay capítulo final, lo demostramos en 2002, que los pueblos siempre encontraran el camino hacia su destino, construir una sociedad auténticamente humana. Dios mediante, así será.

Debemos prepararnos para que la victoria que hoy necesitamos construir, tenga como saldo la consolidación de nuestra Independencia Nacional; la preservación de la plena soberanía sobre nuestros recursos naturales, el ejercicio real de la democracia protagónica, la formación de una cultura del trabajo productivo; la edificación de una economía transparente, productiva; la preservación y expansión de todos los derechos sociales conquistados y el cultivo de una nueva espiritualidad social, a partir del reconocimiento de nuestra diversidad cultural y del respeto a la religiosidad que nos caracteriza como pueblo. Así será nuestro nuevo 13 de Abril. Ya se oye, ya se siente.

En estos tiempos de " presidentes" y "héroes" autoproclamados ratificó mi confianza en el gran héroe de esta y de todas las batallas: El Pueblo venezolano.

¡Honor y Gloria al pueblo héroe y a sus mártires de Abril de 2002! ¡No hay pueblo vencido! ¡La Patria vencerá!.



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Elías Jaua Milano

Dirigente del PSUV. Ocupó varios ministerios en el gobierno de Hugo Chávez y en el gobierno de Nicolás Maduro. Actualmente Ministro de Educación.

 @JauaMiranda

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