Washington continúa ejerciendo presión para derrocar el Gobierno Constitucional del presidente Nicolas Maduro. Esta política se expresa con particular intensidad en la adopción de medidas unilaterales coercitivas (sanciones) dirigidas a afectar la estabilidad económica y política de la democracia venezolana, dentro de un plan que pretende la toma de control de los recursos económicos y de la soberanía de Venezuela, y se inserta en la estrategia de recolonización de América Latina y el Caribe mediante la reimposición de la Doctrina Monroe en el continente americano, que lleva adelante la administración de Donald Trump.
Desde la llegada al poder de la Revolución Bolivariana, con la elección de Hugo Chávez como Presidente en 1998, Venezuela se encuentra en la mira de los intereses de EEUU en el continente y ocupa un lugar privilegiado -como objetivo prioritario- en su estrategia de dominación global.
A partir del año 2000, EEUU definió hacia Venezuela una política de "cambio de régimen" que postula la imposibilidad para el imperio estadounidense de convivir con una democracia popular y original como la venezolana, y que ve en dicho modelo -con sus reivindicaciones de soberanía, independencia y justicia social- una amenaza para el esquema de dominación y control de la región en el siglo XXI.
Esta estrategia, que condujo al Gobierno de George W. Bush, a financiar, y apoyar el fallido golpe de Estado de abril de 2002 contra el Presidente Hugo Chávez, experimenta una etapa de aceleración desde el año 2015, cuando el presidente Barack Obama emite el Decreto que considera a Venezuela una "amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional y la política exterior de EEUU".
Con la orden ejecutiva 13692 de marzo de 2015, renovada desde entonces tanto por Barack Obama como por Trump, el régimen estadounidense legalizó lo que hasta entonces era una política no oficial, que se ejecutaba mediante operaciones financieras, políticas, mediáticas, paramilitares y diplomáticas encubiertas, como lo han demostrado las filtraciones de Wikileaks y centenares de documentos descalificados del gobierno estadounidense.
El gobierno Trump, influido por poderosos lobbys del estado de Florida e intereses mercantiles como los de la petrolera Exxon Mobil, entre otros - interesados en ponerle las manos a las inmensas riquezas y recursos de Venezuela- ha escalado la política de hostilidad y ha declarado abiertamente su intención de remover del poder al Gobierno legítimo de Venezuela por cualquier método posible.
El propio Trump hace algunos meses, declaró tener abiertas contra Venezuela "todas las opciones", incluidas entre éstas, un embargo petrolero y una eventual intervención militar.
Vista de forma global, y considerando sus múltiples formas, modalidades y su naturaleza creciente y agresiva, la política de EEUU hacia Venezuela en las últimas dos décadas puede considerarse sin duda como la de una política guerrerista con lo revelan los acontecimientos y las informaciones noticiosas en tiempo real.
EEUU ha definido a Venezuela como un "enemigo hemisférico" y ejecuta contra nuestro país una guerra no declarada (asimétrica o no convencional). Una guerra cuyo objetivo es la destrucción del modelo democrático venezolano, la aniquilación del movimiento popular, del liderazgo de la Revolución Bolivariana, y la reapropiación y toma de control de las inmensas riquezas de Venezuela.
Justamente, este 11 de junio el canciller Jorge Arreaza enfatizó que John Bolton ignora totalmente la realidad de Venezuela y se mantiene estancado en la Guerra Fría, tras repudiar las nuevas declaraciones injerencistas emitidas por el asesor de seguridad de EEUU, John Bolton, sobre la situación de la nación.
A través de su cuenta en Twitter, el Canciller enfatizó que Bolton ignora totalmente la realidad de Venezuela y se mantiene estancado en la Guerra Fría.
Bolton declaró a un medio estadounidense que en Venezuela se vive una "situación inestable" y que el presidente Nicolás Maduro se encuentra rodeado por "escorpiones".
En respuesta, Arreaza le aseguró que los escorpiones se están en la oposición venezolana, quienes se atacan mutuamente.
"John Bolton se acoge a la vetusta doctrina Monroe de hace 200 años. No entiende que los pueblos libres de Nuestra América son dueños de su destino, en el contexto de un mundo multipolar", aseveró.
Además, el Canciller rechazó que el funcionario estadounidense indique que en Venezuela existan terroristas y paramilitares.
"El asesor en Seguridad busca terroristas y paramilitares en el lado equivocado de la frontera con Colombia", afirmó.
Venezuela exige cese del narcotráfico y la violación de DDHH
De acuerdo con el más reciente informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Colombia continúa siendo el mayor productor de cocaína en el mundo entero.
Precisamente, Arreaza, denunció también a través de su cuenta Twitter, que los pueblos de Latinoamérica reclaman porque culmine el tráfico de drogas ejecutado desde Colombia, además del cese de la violación de los derechos humanos, la guerra y la política regida por los estatutos ilegales del narcotráfico.
Asimismo, Arreaza alertó que la ciudadanía de América Latina exige concluya en Argentina lo que definió como el infame y fallido paquete neoliberal salvaje de Mauricio Macri.
"Nuestra América lo que pide es el cese el narcotráfico, violación de DD.HH., cese de la guerra, el paramilitarismo, los falsos positivos y la narcopolítica en Colombia. Y el pueblo argentino pide el cese del infame y fallido paquete neoliberal salvaje de Macri", manifestó Arreaza.
Esta publicación del Canciller surge en respuesta a las últimas declaraciones de los primeros mandatarios de Argentina, Mauricio Macri y de Colombia, Iván Duque, quienes arremetieron contra la legitimidad del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, al manifestar que "Venezuela tiene que tener el derecho de recuperar la democracia y el respeto a los derechos humanos".
Las declaraciones conjuntas de los presidentes Duque y Macri, fueron ofrecidas en el marco de una conferencia de prensa que se llevó a cabo en la sede del Gobierno argentino, la Casa Rosada, donde los jefes de Estado suramericanos descalificaron la licitud del Gobierno venezolano.
Estas declaraciones de Duque y Macri se suman a las que ya el Gobierno legítimo y Constitucional que preside el presidente obrero Nicolás Maduro ha denunciado en reiteradas oportunidades y solo buscan vulnerar la soberanía y la democracia del país.