En primer lugar, quiero agradecer a aporrea.org, a otros medios digitales alternativos y comunitarios no en nombre propio, sino en mi condición de Vicepresidente del Consejo Nacional Bolivariano de Derechos Humanos (CONABDH) por hacer público nuestro pronunciamiento en contra del documento divulgado el 4 de julio del presente año por la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la ex presidenta de Chile,Michelle Bachelet. Dicho agradecimiento lo hago extensivo también en nombre del compañero y hermano de caminos, Julio César Del Valle Muñoz, presidente de dicha organización.
Esto como primer elemento introductorio antes de entrar en la materia que hoy nos concierne. Los que no han tenido la oportunidad de leer el pronunciamiento del CONABDH que señalo en la introducción de la presente norma, firmada por Julio César Del Valle y mi persona, en nuestra condición de presidente y vicepresidente de la referida instancia, acá les dejó el link: https://us10.proxysite.com/process.php?d=H1XgzLG8CGBHwzbYSSz1pt30bBtLIBzxn8orjboLxozsz072xA%3D%3D&b=1
Luego de hecha esta introducción,entremos pues, en materia.
En la entrega anterior, hicimos mención a los planes por parte de la administración Trump,a través de Guyana, para intervenir militarmente a Venezuela, dimos algunos detalles e implicaciones con respecto a este importante tema,además de algunos hechos ocurridos en la población de Tumeremo,capital del municipio Sifontes, en el sur del estado Bolívar, y que es precisamente un municipio fronterizo con la República Cooperativa de Guyana.
En ese sentido, uno de mis lectores realizó un aporte extremadamente importante, que fue lo que me motivó a escribir la segunda parte referida a la utilización de Guyana como plataforma de ataque y sumarse a la trama de la invasión contra Venezuela, además de lo ocurrido en Tumeremo.
Ese lector es un tocayo, Juan Tovar creo que así firma en el correo electrónico que me envió. Juan, además de señalarme en su escrito que lee con gusto mis artículos (lo cual aprovecho para agradecer por esta vía) al catalogarlos de acertados y objetivos (siempre trato de que sean así, basados en los hechos o en expresiones de gente que sabe lo que dice). Me hizo una serie de puntualizaciones respecto al tema con Guyana, que es importante acotar, y que también nos permitirá entender la actual coyuntura geopolítica a nivel internacional con respecto a nuestro país.
Nos recuerda Juan que este último tema con respecto a Guyana es muy importante no porque ésta como país individualmente conceptuado sea considerado como una amenaza sino porque en la misma se avecina una gran actividad petrolera en su mar territorial, incluso en zonas del territorio Esequibo, hoy en disputa con nuestro país. En esos mares, la Exxon Mobil acompañada de otras empresas transnacionales grandes han hecho descubrimientos significativos en los que Guyana no tiene los recursos financieros ni humanos para explotarlos, pero no por ello menos significativos. Por razones que sólo ellos conocerán, los guyaneses prefieren ser mandados por los gringos que llevarse bien con nosotros. Señalaría que todavía el cordón colonial con Inglaterra aún no lo han roto.
En ese orden de ideas, sigue Juan Tovar señalándonos, que los planes están avanzados para el desarrollo de campos costa afuera y esas empresas no van a invertir sino tienen garantizada su inversión.
De ahí que EEUU podrían abrir otro frente de ataque, al menos potencialmente para usarlo en contra de nosotros. Las zonas selváticas y la poca población actuaría como elementos de vulnerabilidad en materia de seguridad y defensa de la Nación en el sur de nuestro país, de ahí la importancia de no descuidarnos, aún si Guyana militarmente no represente ni siquiera un 10% del potencial militar de Colombia. Sin embargo, tienen los recursos que hacen que el interés de los gringos coloque sus ojos sobre esa zona. Para EEUU y la administración Trump, los colombianos son un peso y los guyaneses una inversión.
Por ello, no deben de extrañarnos que el tema sobre la histórica reclamación del Esequibo pueda retornar a la agenda mediática con estos piquetes, y la ocurrencia de horrendos delitos en el sur del estado Bolívar, debido a la falta de Estado, además de las mafias que se disputan el control territorial del denominado "Arco Minero del Orinoco", donde se concentran inimaginables riquezas.
Ahora podemos entender el desespero yanqui por derrocar antes de la finalización del presente año 2019 del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro. Agregándole que en el año 2020 será electoral tanto en EEUU como aquí, por lo que Trump quiere dejar finiquitado el asunto venezolano antes del inicio formal de su campaña por la reelección a un nuevo mandato como Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica.
Ahí se las dejo.
¡Leales Siempre! ¡Traidores Nunca!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!