Inicio estas líneas, transcribiendo parte de un mensaje recibido por el camarada Patricio Silva, que me permito tomar como introducción a este espinoso tema: “Leales siempre, Chavistas Nunca”.
“Pareciera que esta es la consigna de propios y extraños, el país se hunde en el peor conflicto de nuestra historia contemporánea, la economía y el país dolarizado, el salario promedio de millones de trabajadores es de 2 dólares mensuales en virtud de que la canasta alimentaria sobrepasa a pasos agigantados los 75 dólares y no hay nada ni nadie que lo detenga, caminamos rápidamente hacia el holocausto social más importante de nuestra historia, con consecuencias impredecibles, algo muy cercano a la consigna de Socialismo o barbarie, es decir barbarie.
Atrás muy atrás, casi olvidado en el tiempo, quedó la premisa en donde era el hombre y la satisfacción de sus necesidades el centro de todo este proceso al cual llamábamos Socialismo, hoy todas las necesidades más elementales son insatisfechas y se le atribuye solo a la guerra económica y al bloqueo esta circunstancia, todos omiten el hecho de que aquí se entregaron miles de millones de dólares por la vía de la corrupción (empresas de maletín), empresarios ladrones como el caso de Lorenzo Mendoza, etc,etc”.
Si tomamos la frase acuñada por el General fallecido Alberto Müller Rojas, en la que afirmaba que Chávez estaba sentado sobre un nido de alacranes. Hoy en día todos nosotros y todas nosotras estamos sentados en un polvorín, que pudiera estallar en cualquier momento.
Señaló esto, porque no hay que ser un sesudo analista para observar, como producto del incremento desmesurado e inmisericorde de la divisa estadounidense, producto de la manipulación del tipo de cambio (a la par del incremento de las mesas de cambio) esto es proporcional también al incremento de los rubros de primera necesidad de la población. Y es inocultable la tensión y el descontento que se respira en las calles. Si esto es lo que apenas he observado en la capital de la República, en Caracas, no quiero imaginarme en el interior, donde pareciera que hubiera una anomia social.
Tal es la confiscación de nuestro poder adquisitivo, de manera tan impune y grosera, que en estos días me hice la pregunta: ¿Será que la SUNDEE existe? ¿Qué será de la vida del flamante ministro del Poder Popular para el Comercio Interior y presidente de SUNDEE, William Contreras? ¿O será que no tiene las cámaras de VTV ni TV Pueblo para desplegar el montaje de sus operativos efectistas a los que nos acostumbró durante algún tiempo?
En un gobierno no sólo revolucionario, sino que busca la excelencia en su gestión, hace un rato largo este “funcionario” hubiese sido despedido de inmediato, y sin derecho a pataleo.
Nadie duda las difíciles circunstancias que estamos atravesando producto del bloqueo y las medidas coercitivas unilaterales de la que es objeto nuestra Patria. Pero también debemos asumir que hay mucha ineficiencia, ineficacia, falta de seguimiento y evaluación de las políticas públicas implementadas por el Ejecutivo Nacional. Eso sin contar la necesaria “mano dura” que se debe tener. Como se diría coloquialmente, falta de ovarios y bolas, pues.
No podemos olvidar que el Gobierno tiene la principal responsabilidad de hacer frente a los problemas y buscarles solución. Eso es lo que se conoce como gestión, y eso no se está tomando en cuenta ni valorando en estos momentos. Hay mucho de incapacidad, minimalismo, sectarismo, intereses grupales, entre otros elementos, que por razones de tiempo y espacio, no detallaríamos acá.
Como me lo ha expresado un camarada, y que tiene muchísima razón, cada día se torna más difícil que el otro. A medida que sube el dólar de guerra, vamos perdiendo poder político, es decir, es una fórmula inversamente proporcional.
Por ello, me preocupa sobremanera que la “solución mágica” sea la que pudiera plantear el primer vicepresidente del PSUV y actual presidente de la ANC, compañero Diosdado Cabello, referido a que en cualquier momento la instancia supraconstitucional proceda al llamado de elecciones parlamentarias, como si las elecciones fueran la solución al problema. Es decir, cuando las papas estén a punto de quemar, se procederá a esta convocatoria (seguramente entre noviembre y diciembre del presente año, de ello estaremos escribiendo más adelante), y nuestro pueblo, pensando en el temor o miedo a perder lo que nos queda, proceda a ir a votar, hasta que nos llevemos el próximo tanganazo y tratemos de resolver las cosas más o menos igual.
Ya en mis recorridos por las calles capitalinas, pude constatar como ya hay establecimientos comerciales y negocios con sus santamarías abajo, esto porque están procediendo al remarcaje de precios para asaltar nuestros bolsillos e incrementar la desestabilización emocional a la que nos encontramos sumidos. Esto pude constatarlo en algunos establecimientos de la parroquia La Candelaria, a quien pueda interesar.
Lo mismo ocurrió en Catia, donde los vendedores de verduras, carnes y pollos procedieron a recoger toda su mercancía para proceder a este remarcaje, y por ende, a la comisión de estos delitos económicos.
El país requiere restablecer los niveles de normalidad que gozó en otros tiempos. Pero esto pareciera una tarea harto difícil en estos tiempos, ya que pareciera que nos devora el caos.
Nadie puede dudar, y debemos autocríticamente reconocerlo, que la población se siente en ascuas, hay mucha tensión en las calles, desmoralización y mucha aflicción en nuestro pueblo.
Y uno de los fantasmas que he comenzado a evocar y a observar en mis percepciones,y confieso que esto me aterra y me da miedo, tiene que ver con que este pueblo heredero de glorias de los libertadores de América, pero un pueblo bravo haga honor a ese adjetivo que está contenido en nuestro himno nacional. Y que cuando Rondón salga a pelear, sea como río crecido incontenible que barra con todo lo que trate de contenerlo.
Sin duda, el Comandante Inmortal, Hugo Chávez, en fecha 06 de junio de 2007 señaló la declaratoria de guerra al mundo del imperialismo estadounidense contra el mundo. Y esta es una guerra tiene distintas ramificaciones y modalidades.
Chávez habló de su visión en perspectiva en esa rueda de prensa (que recomiendo ver). Señalaba en aquella oportunidad que, mientras que en Venezuela está en marcha desde 1998 está en marcha un proceso cada vez más democratizador en todos los ámbitos de la vida nacional, y en una situación atípica.
Y evidentemente allí, Chávez explicó la estrategia del “Golpe Suave” o “Mecha Lenta”, que desde ese mismo año 2007 y hasta el presente nos lo han venido aplicando al pie de juntillas. Eso nadie puede negarlo ni ocultarlo.
La estrategia de la contrarrevolución es muy sencilla, y desde hace rato la tenemos descubierta. La oposición quiere prender la mecha (de ahí cuando en artículos de años anteriores hablé de esas fases como lo son el calentamiento de calle, el escalamiento del conflicto y finalmente el estallido), varias manifestaciones dándose hasta que, un evento cualquiera (desencadenante de alto impacto) haga detonar la carga explosiva (fase de estallido).
En este momento, parece que ese evento que busca detonar esa carga explosiva sería lo económico y lo incosteable en la adquisición de alimentos, medicamentos, bienes y servicios necesarios para garantizar y sostener la calidad de vida de la población, todo ello debido a la manipulación del tipo de cambio del dólar de guerra, como lo hemos venido explicando en artículos y párrafos anteriores.
Y Chávez, con esa prospectiva que siempre le caracterizó, y aún caracteriza, porque tenía ese donde ser profeta, prácticamente vaticinó lo que acá pudiera ocurrir, y que es parte del mensaje que quiero transmitir en estas líneas, porque mi mayor interés es que nuestro pueblo tenga la mayor conciencia de lo que estamos viviendo, y que no es ningún juego y es muy serio.
Es evidente que hay sectores en el país que están apostando alargar lo más que se pueda hasta que ocurra la tan ansiada explosión o estallido social. Pero el propio Chávez señaló que, esa explosión no va a ocurrir (ahí con todo el respeto discrepo de él, porque los tiempos que estamos viviendo son otros y no los que pudo haber previsto o imaginado) porque los únicos que pueden originar un estallido social son las masas populares y no la oligarquía.
La estrategia de Gene Sharpp funcionó en aquellos países donde los gobiernos tenían poco apoyo popular. Con Chávez no ocurrió por la razón evidente de su liderazgo y su carisma, que nadie puede dudarlo, se tradujo en el altísimo respaldo del que gozó, y aún goza entre los venezolanos y venezolanas, pese a los intentos de sacarlo de nuestras mentes y corazones, incluso por personas que usan boina roja.
Pero la oligarquía podría lograr pequeñas explosiones, alargando la” mecha lenta”. Y si en dado caso que la explosión que ellos esperan llegará a ocurrir, (y la manera de evitarlo es a través de la inteligencia y contrainteligencia civil, militar y popular), protección a la ciudadanía, neutralización de la amenazas y operaciones del adversario, desarticulación de su estrategia y contención democrática, con justicia para todos y sin impunidad para nadie, podremos garantizar la estabilidad y la paz que nos está reclamando el país en estos momentos.
En estos momentos se impone medir bien las variables de las ciencias sociales para poder hablar de estallido social. Y es una tarea del gobierno del presidente Maduro evitar que las perturbaciones actuales logren concretar ese ansiado estallido social que ansía el fascismo criollo, pero esto también lo logrará, escuchando el clamor de las bases populares.
Y no podemos negar tampoco que esas perturbaciones generarán y nos propinarán mucho daño, más odios, derramamientos de sangre, heridos, muertos. Pero debemos plantarnos para evitar que esto ocurra. Y eso es lo que me preocupa en estos instantes, cuando no observo un liderazgo conduciendo con claridad esta coyuntura.
Y en los próximos días, se volverán a utilizar a los estudiantes universitarios como “carne de cañon” para un nuevo baño de sangre en el país, a raíz de la sentencia de la Sala Constitucional del TSJ ordenando elecciones de las autoridades de la UCV, y suspensión de su actual rectora, Cecilia García Arocha, por su evidente participación en cuanto plan conspirador hay en contra de la Revolución Bolivariana. Esto formaría parte de lo que ellos han denominado “El Septiembre Negro”.
Lo que veo en la actualidad, parafraseando el escenario planteado por Chávez en el 2007 es la continuación de la “mecha lenta”, la ocurrencia de hechos, manifestaciones que ya están comenzando a producirse, la activación de células mercenarias paramilitares, que pudieran dar nacimiento a una gran explosión o estallido, pero revolucionaria, y en este caso, no sólo barrería contra la oligarquía de Mendoza y CIA, sino también con los elementos burocráticos y “quinta columna” que tenemos dentro de la Administración Pública y el Estado como un todo.
Es decir, la Revolución adoptaría otro signo evidentemente, pero cuyo costo sería mucho más elevado, y que podría servir en bandeja de plata a la pretensión yanqui de querer invadir nuestro territorio.
El estallido revolucionario que se vendría sería una especie de 13 de abril de 2002, y se le devolvería a los que quieren destruirnos, sólo que sería violento, porque el muro de contención llamado Hugo Chávez ya no está. Pero ese es un escenario que tampoco queremos que ocurra.
Es vital cortar y apagar la “mecha lenta” de una vez, porque estamos en un momento muy peligroso. Y en último caso, en Venezuela no habrá estallido social sino un estallido revolucionario, jacobino y popular, porque los que le cierran el camino a las revoluciones pacíficas, le abren las puertas a las revoluciones violentas.
Así que ya sabes oligarquía. Tú decides que signo asume la Revolución Bolivariana en lo sucesivo.
Y hago votos para que no se desaten las fuerzas tempestuosas de nuestro pueblo. Que en estos momentos nadie podría contener.
¡Leales Siempre! ¡Traidores Nunca!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!