Nuevamente el Autoproclamado Guaidó, ante sus escasos seguidores que cada diá son menos, inclusive entre los mismos sectores de la oposición, se vió precisado este 16 de noviembre cuando había prometido, ahora sí de tumbar a Maduro, de cambiar la fecha para el 21 de noviembre para tratar de mantener viva la expectativa entre un grupo de sus seguidores.
En vista de su fracaso, no le quedó más remedio que asediar la Embajada de Bolivia para apoyar el golpe en contra de Evo. Se ha convertido en un mentiroso impulsivo.
Por fin apareció la Bachelet que había permanecido escondida y no se pronunció en contra del golpe en Bolivia donde se ha producido una masacre en contra del pueblo indigena, tampoco en contra de los crimenes y asesinatos en su propio país Chile o en Ecudor presidida por ese adefecio de traidor llamdo Lenin Moreno.
Pero esta señora tiene el descaro por no decir otra cosa, de preocuparse por la oposición venezolana y le pide al gobierno de Venezuela garantizarles el derecho de reunión pacifica en las protestas, decimos nosotros y cuando se les ha negado ese derecho. Definitivamente esta señora esta loca de bola.
Se la tiene dedicada a Venezuela obedeciendole ordenes a su amo del norte.
Nicolás Maduro en el programa con José Vicente Rangel lanzó ¨un tubazo¨, el de hacerle un regalo al pueblo de Venezuela, trabajadores, jubilados, asegurados etc. Ojalá ese regalo logre aliviar el peso que representa la inflación y la peticón justa que hacen algunos sectores. Aunque sabemos que eso depende de las condiciones económicas y políticas que vive el país.
Este 16 de noviembre triunfó nuevamente la paz, único camino para evitar la violencia y acudir a un dialogo entre sectores con ideas contrarias.
Tras la afirmación que hiciera el gobierno de EE.UU, de haber entregado a la oposición venezolana unos cuatrocientos millones de doláres para derrocar el gobierno de Venezuela, sería bueno que le pidieran cuenta que hicieron con ese dinero y además pagar los impuestos correspondientes.
Raúl Ramírez
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