Amanecimos conmemorando los 310 años de la aparición de la Virgen de "La Chinita" allá en el estado Zulia, por lo que acompañamos el sentimiento de los marabinos y marabinas, de los zulianos y zulianas y de los devotos de la virgen María, bajo la advocación de "Chiquinquirá" a los que profesan su veneración en el resto del país.
Pero no es menos cierto recordar, que en horas de la madrugada de un día como hoy, de hace 15 años, hubo un hecho que nos golpeó el alma y la conciencia. Un grito mudo de un hombre que dio su vida por la verdad, por la justicia, y una de las primeras bajas que tuvimos por parte de las fuerzas mercenarias y paramilitares que hoy amenazan nuestro Estado-Nación.
Me refiero que en la Calle Vargas de los Chaguaramos en Caracas, en la avenida Las Ciencias, se encontraba el cádaver completamente calcinado y partido por la mitad del "Fiscal Valiente", Danilo Baltazar Anderson. Uno de los pocos que tuvo el tupé de imputar a no menos de 400 implicados en el Golpe de Estado en contra del Comandante-Presidente Hugo Chávez, el 11 de abril de 2002.
Danilo Anderson fue un hombre de aquellos de los que Bertold Brecht dijo que era de los "imprescindibles". Su coraje, valentía, a pesar de que en dos oportunidades ya habían tratado de atentar en contra de su integridad física, hasta que al final lo lograron, no melló su espíritu de querer hacer justicia.
"Estaba solo, no lo cuidamos lo suficiente, enfrentó al odio, a los poderosos, buen combatiente" reza la canción "La Ley tiene nombre y se llama Danilo", escrita e interpretada por el Frente Revolucionario de Cantores "Lloviznando Cantos", grandes amigos de este servidor. Y con esa línea y ese pensamiento recuerdo la caída en combate del Fiscal Valiente, a 15 años de su vil asesinato.
Indudablemente que los autores materiales de este criminal hecho están tras las rejas. Los hermanos Otoniel y Orlando Guevara, ex integrantes de la entonces PTJ hoy CICPC, quienes fueron los que colocaron los 250 gramos de explosivo C-4 debajo del asiento del vehículo de Danilo, y establecieron todo el mecanismo para activar el mismo a través del repique y posterior accionar del celular de Anderson para contestar alguna llamada que se le realizara. Pero los autores intelectuales de su muerte aún siguen en las calles, libres e impunes. Tarea pendiente de nuestro sistema de administración de justicia.
Señalo esto, porque no es nuestra intención recordar a Danilo, a los 15 años de su siembre con estas meras líneas, sino la de advertir sobre los nuevos peligros que se ciernen sobre la República, y cuyos impulsores de las nuevas amenazas son los autores intelectuales del asesinato de Danilo Baltazar Anderson.
El pasado sábado 16 de noviembre, fecha anunciada como el nuevo Armagedón o el fin del mundo en Venezuela, Juan Guaidó anunció manifestaciones para hoy lunes 18N a partir de las 9:00 am en todo el país, y pidió el martes 19N acompañar a los maestros y el jueves 21N junto a los estudiantes movilizarse hasta Fuerte Tiuna.
Esta última es evidentemente una provocación para las fuerzas militares, y hasta policiales, para reforzar la matriz de supuestas violaciones de Derechos Humanos y represión, para justificar el aumento de las presiones políticas, diplomáticas, económicas, comerciales y financieras en contra de nuestro país.
Asimismo, Guaidó señaló y decretó que en este año no tendremos navidades. ¿Qué sabe Guaidó que nosotros no sabemos? Lo preguntamos por algunas dudas que tenemos.
No conforme con ello, ese mismo sábado 16 de noviembre, se dirigió hacia los alrededores de la embajada de Bolivia, tratando de generar violencia, y por ende, un incidente internacional implicando a nuestro país. Esto es algo que no puede ser despachado alegremente a la hora de la formulación de los análisis y de los eventos que pueden estar por ocurrir en nuestro país durante las próximas horas.
En Venezuela, no sólo basta mostrar las fotos de la concentración del chavismo y la multitudinaria muestra de apoyo con la que cuenta el proceso revolucionario. Hay que mostrar fuerza también y empezar a aplicar la ley sin contemplaciones.
Indudablemente el sábado 16 de noviembre no ocurrieron mayores cosas ni se desbordó la violencia, cosa que nos parece sumamente maravillosa. Pero, como lo señala el Oráculo del Guerrero de Lucas Estrella, hay que administrar las energías y no envainar la espada, pues nuevas batallas se avecinan en el horizonte.
Lo del sábado 16 de noviembre de 2019 es sólo el comienzo de toda una agenda de calle y conflictividad social promovida por las huestes guaidonistas aplicando al pie de juntillas la cartilla de Bolivia, donde lograron recientemente el derrocamiento del compañero Juan Evo Morales Ayma. Por eso responsablemente sostenemos de que hay que administrar las energías, porque nuestros enemigos van a apostar a nuestro desgaste a partir de consecutivas movilizaciones y del accionar de las bandas criminales y de la paramilitarización del accionar criminal, del sabotaje de servicios públicos y diferentes modalidades desestabilizadoras, para derrocar a Nicolás Maduro y yugular el "mal ejemplo" de la Revolucion Bolivariana en el continente.
El plan de Bolivia forma parte del mismo plan de recolonización del continente por parte de EEUU, sólo que se va adaptando a cada país. De ello que no nos quepa la menor duda.
Evidentemente, Juan Guaidó tiene mellado su poder de convocatoria y movilización, pero lo que no terminamos de entender las fuerzas progresistas y de la izquierda es que ese no es el problema en la actual coyuntura. Sino la generación de eventos desencadenantes y la activación de una fase terrorista del accionar subversivo, donde estos enemigos pueden hacer mucho daño.
Pero, y sobre todo, no son los dirigentes de la derecha abiertamente identificada y conspirativa el problema. El detalle está en que si acá se repitiera otro 11 de abril. ¿Cuántos de los que hoy tienen altas responsabilidades dentro de la Administración Pública y del Estado venezolano no saltarían la talanquera y traicionarían nuestra Revolución, bajo la tesis de una "entrega controlada"? Ese es el verdadero peligro que se observa. Es decir, el problema y el peligro más grave, a nuestro parecer, no es la derecha exógena, sino la derecha endógena.
Es por ello, que en estos momentos, las fuerzas políticas y sociales que respaldamos a la Revolución Bolivariana, no podemos dejar la calle. Debemos permanecer alertas, atentos y prevenidos ante cualquier acontecimiento o evento extraño que puedan ocurrir en las próximas horas.
Lo de Bolivia los tiene alebrestados y lo de Uruguay los alebrestará más (ya que el domingo 24 se realizará la segunda vuelta presidencial en ese país, donde es altamente probable que gane el candidato de la derecha Lacalle Pou, y en caso de que ocurriese el milagro de que Daniel Martínez del Frente Amplio lograse la victoria, las condiciones de gobernabilidad las tendría comprometidas, ya que la aultraderecha cuenta con una importante mayoría en el parlamento ganado el pasado 20 de octubre), así que atentos con esto.
Igual no hay que perder de vista la reunión del 3 de diciembre de 2019 con el mecanismo del TIAR, donde se develarán también parte de los planes en contra de nuestro país.
Señalaremos algo duro, pero necesario en el marco de la coyuntura, y luego de la evaluación de los actores políticos después de los eventos y movilizaciones del 16 de noviembre en Caracas. Creemos que hay cierta desubicación. Un Golpe no se para solamente con votos o con fotos de marchas. Se detiene con el poder de fuego que demuestren las fuerzas beligerantes en pugna. Así de simple. Si no, vean Bolivia.
Guaidó dio una agenda de movilización de ellos. Está jugando la estrategia que le dieron los gringos. ¿Cuál es la estrategia del Alto Mando Político y Militar de la Revolución para neutralizar, y detener los planes conspirativos en marcha?
La ambigüedad que tenemos en el discurso revolucionario en estos momentos, donde hablamos de que somos gente de paz, que no queremos guerra, y después decimos que estamos en guerra, nos desarma y nos debilita. Esto hay que tenerlo suficientemente claro. Estamos en guerra compañeras y compañeros y eso no podemos negarlo.
Y sobre todo, tenemos que entender de una vez por todas, que para poder ganar la guerra política, primero debemos ganar la guerra económica. Si no estudiemos las campañas militares de nuestro Padre Libertador Simón Bolívar cuando se dirigió al sur de Venezuela y conquistó la provincia de Guayana y se la arrebató a los españoles, o la campaña en la Nueva Granada. Pero de eso nos referiremos en próximos artículos.
Estamos ganando la batalla política, pero perdemos la batalla económica. Hay que ponerse las pilas, porque si la correlación de fuerzas vuelve a cambiar, estaremos jo…
De ahí que también nos sumamos a las advertencias formuladas por el maestro Luis Britto García a los movimientos progresistas del continente y el mundo, ante el resurgimiento del fascismo y las amenazas que se ciernen sobre nosotros.
Y de ahí, que lo expresado en el título de la presente nota. En homenaje al fiscal valiente, los autores intelectuales responsables de su asesinato hace 15 años son los mismos que hoy quieren acabar con la Revolución Bolivariana.
¡Si el pueblo no se arrecha! ¡Nos mata la derecha!
¡Alerta, Alerta! ¡Alerta que camina! ¡La Espada de Bolívar por América Latina!
¡Leales Siempre! ¡Traidores Nunca!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!