En diciembre de 2018, el sistema de Naciones Unidas celebró los setenta años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, rimbombando pomposas sinfonías, mientras Europa espantaba a sus antiguos esclavos con zumbidos de artillería naviera, USA afeaba el paisaje levantando muros contra lo mejor del ser humano, y el sionismo –especie de zombi financiero- reincide en imponer coloniajes oprobiosos.
Fueron a Jerusalén las ovejas del patrón gringo a jurar sumisión. Sigue el genocidio sistemático del ancestral palestino. El supremacismo blanco se jacta de su irracionalidad. Destruyeron Libia para reiniciar la esclavitud. Siguen exprimiendo África, esa mártir herida a dentelladas. Felices los guerreristas venden armas y reparten explosiones en Yemen, Siria, Irak, Sudán, Líbano, pero "lavan" su dinero en ONGs mimosas y acarameladas. En nuestra Abya Yala se les presiente andantes sigilosos por sendas andinas con ánimos inconfesables de colonización.
El aparato de legitimación universal montado sobre mitos alienantes heredados del colonialismo, proclives a sostener la dominación blanca imperialista, exenta de leyes por la fuerza irresistible de las tecnologías comunicacionales, pero además indemne de regulaciones por la ignorancia o complicidad de autoridades nacionales, amenaza con retrotraernos a tiempos inquisitoriales y esclavistas con simulada moderación de modales.
No cabe duda que la confrontación de nuestro tiempo arrastra la rémora de los siglos idos, aunque dialécticamente adquiere las especificidades que el desarrollo de las fuerzas productivas determinan:
- explotados versus explotadores
- imperio versus independencia
- toda lucha de liberación nacional tiene carácter internacional
- la solidaridad entre los pueblos es fundamental
- por el acelerado avance de las comunicaciones adquiere especial significancia la lucha en el plano de lo simbólico
- las luchas inter capitalistas como causa de inestabilidad y riesgo bélico
Los más graves problemas globales vienen de la mano de la voracidad del capitalismo:
- incremento de la pobreza y el hambre por la sobreexplotación de la clase trabajadora en su doble condición de mano de obra barata y consumidor sometido a mercados monopolizados
- incapacidad del aparato productivo para emplear la fuerza de trabajo disponible, lanzando millones al desempleo y otras formas de subsistencia miserable
- migraciones forzosas, desplazados climáticos, refugiados
- destrucción de la naturaleza por el afán de ganancias sin importar las consecuencias para la propia supervivencia de la especie humana
- fortalecimiento de las economías criminales a nivel transnacional: narcotráfico, trata de personas, contrabando de armas, compraventa ilegal de órganos, pornografía y prostitución infantil, entre otras lacras del sistema decadente
- guerras regionales, terrorismos patrocinados por las potencias imperialistas, paramilitarismo, pandillas y bandas criminales
- violencia de género contra la mujer, mercado publicitario e ideologías patriarcales solapadas y discriminaciones laborales
- reactivación del armamentismo a nivel mundial
- peligro de uso de armas nucleares y otras de destrucción masiva por sus tradicionales poseedores imperialistas u otros actores
Sin embargo ellos no rompen un plato: son el paradigma de democracia, la civilización, los dueños de la verdad mediática, los representantes de los Derechos Humanos.
II
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) concluyó este diciembre que la pobreza en la región llegará a un 30,8 por ciento. En el informe "Panorama Social de América Latina 2019", advierte que la pobreza extrema pasará del 10,7 en 2018 al 11,5% este año. En 2019 hubo 27 millones más de personas pobres que en 2014, de las cuales 26 millones estarían en pobreza extrema; o sea, este año tenemos 191 millones de personas en pobreza y 72 millones en pobreza extrema.
Somos la región más desigual del planeta. América Latina cerrará en 2020 su peor período económico en 70 años. En 2019 creció 0,1 %. La dependencia vuelve al debate, al comprobarse que este comportamiento económico tiene su causa inmediata en el modelo primario exportador, sea extractivista o de monocultivos extensivos, que no incorporan valor agregado ni desarrollan espacios de tecnologías alternativas a las generadas en los centros dominantes.
La restauración neoliberal en América Latina es la arremetida imperialista por recolonizar su "patio trasero", y vino trajeada de graves retrocesos en materia de Derechos Humanos y Democracia.
Lo venimos señalando, en la medida que China se fortalece económicamente, pero también se afianza como potencia diplomática; en la medida que Rusia consolida su posición en Eurasia y asoma fuerza en zonas neurálgicas, y que la Unión Europea se encoge de hombros ante el proteccionismo del gobierno Trump y el Brexit de Jhonson, los Estados Unidos se han visto obligados a voltear la mirada hacia su entorno que –lamentablemente- somos nosotros, Latinoamérica y el archipiélago Caribe.
Estos dos tipos -el copetón y el despeinado- son un peligro para la paz internacional.
III
El Golpe de Estado en Bolivia, que derrocó al gobierno más justo, más democrático y más exitoso de la historia de ese país; la represión furiosa en Chile, Ecuador y Colombia contra las movilizaciones populares que piden equidad y democracia; la quiebra financiera y el empobrecimiento vertiginoso en la Argentina que dejó el saliente gobierno de empresarios mafiosos; el encumbramiento del neofascismo religioso en Brasil, que amenaza con desquiciar la política exterior e interior de ese medio continente lusófono, y la nebulosa situación institucional de los poderes públicos en Perú, dibujan un mapa suramericano conflictuado, donde no queda hueso sano a la hora de evaluar la desconexión crónica de la clase política con los anhelos de la ciudadanía.
Pero el hilo común en el tambaleante escenario nuestroamericano es la injerencia estadounidense en todos los capítulos de la trama, siempre en la lógica de una potencia conspiradora que sólo acepta relacionarse bajo la premisa obligada de la sumisión. La receta: el neoliberalismo. La táctica: promover gobiernos adeptos a sus intereses. Las herramientas: CIA, NSA, OEA, Grupo de Lima, medidas coercitivas unilaterales, bloqueos, boicots, terrorismo solapado, USAID, NED, Departamento de Estado, Pentágono, y toda una red de supuestas organizaciones no gubernamentales, agentes encubiertos, sectas religiosas, medios de desinformación, industria del entretenimiento, y teóricos legitimadores del imperialismo.
Contradecir la pretensión gringa es un acto tan necesario como riesgoso. La dignidad se paga cara en su esquema de dominación. Venezuela se mantiene bajo presión constante. Lo mismo Cuba y Nicaragua, y hasta los pequeños países insulares ya sintieron los arañazos de esa bestia prepotente.
Interesante se pone el panorama con los triunfos de López Obrador en México y la dupla Fernández en Argentina; dos naciones llamadas a resurgir de la anemia geopolítica en que se hallaban y retomar la causa de la emancipación latinoamericana. Valiente y admirable el movimiento social colombiano que se levanta contra esa afrenta cotidiana a la decencia que es el uribismo; esperanzador el despertar constituyente chileno desenmascarando la farsa pinochetista de Piñera, y la firmeza con que los humildes se plantaron frente a la traición y el paquetazo en Ecuador.
Da vergüenza reconocerlo, pero ese individuo detestable por rastrero e impío que hoy desgobierna al querido pueblo ecuatoriano, ese maligno espíritu destructor que es Lenin Moreno, debe ser declarado el más horrendo personaje del 2019.
IV
Venezuela: lo mejor de este larguísimo y desgraciado año es que está a punto de acabarse. Nos golpearon duro. Iniciamos 2019 con una crisis eléctrica 70% provocada por ataques enemigos y 30% por desinversión y pillajes, que puso a prueba nuestro talante, creatividad y paciencia. Los servicios se deterioraron drásticamente. Todos. El agua potable incluida. El gas y el transporte colectivo. Bloquearon fondos venezolanos en la banca extranjera y nuestros barcos petroleros. Nos cercenan la libertad económica que pregonan para sí. La hiperinflación nos desmadra la existencia. Esto se dolarizó a fuerza de conspiraciones contra el bolívar. Una tragedia monetaria. Lo hicieron ellos, los gringos y sus lacayos, y algún que otro infiltrado, que los hay, todos enriquecidos con las penurias de nosotros el pueblo.
Pero nada comparado con el triste espectáculo de una oposición malinchera que se inventó un gobierno paralelo con un monigote palurdo que si no fuera un delincuente peligroso bien pudiera coronarse como el bufón más estirado de las cortes universales.
Los exabruptos opositores serán compilados en el manual de las ridiculeces políticas más risibles desde Calígula y Nerón, pasando por el rey que dejó Franco en el trono para que se complaciera matando elefantes. Una novela negra debería registrar para la historia las fechorías de los pupilos pitiyanquis de Venezuela, permitiéndome sugerir el título "La Maldición de Cúcuta", para narrar cómo una ayuda humanitaria que no es tal, se USA para financiar terrorismo paramilitar embriagado, drogas y prostitución, muerte por burundanga, robo de bienes nacionales, usurpación de funciones constitucionales, y toda clase de disparates que deben desembocar –algún día- en una contundente y profiláctica acción judicial.
Actualmente se ametrallan entre ellos con acusaciones que son secreto a voces, no se atreven a retomar el hilo constitucional porque les restaría el botín anunciado por Trump: seiscientos cincuenta millones de dólares para 2020; casi dos millones por día, más lo robado en Citgo y Monómeros.
El 5 de enero próximo está fijado como solemne fecha republicana para la instalación del periodo legislativo, último del quinquenio, que deberá cerrar con elecciones para renovar la Asamblea Nacional en la fecha que determinen el Poder Electoral y la Constituyente. No sabe nadie –como diría Rafael- cómo se mezcla la fórmula que permite al titular del Poder Legislativo ostentar simultáneamente un "interinato" del (fantasmal) Ejecutivo por segundo año consecutivo, que es tan inexistente como la varita de Harry Potter y el soporte constitucional de tanta farsa.
No es un chiste. El daño causado al pueblo venezolano de "carne y hueso" -dice el lugar común- es terrible. La diáspora que magnifican los voceros enemigos es sólo una parte del dolor que nos han infringido. Pretendieron lincharnos moralmente. Siguen hurgando las heridas con morbosa fruición. Nosotros resistimos, como el viejo cují en las áridas sabanas que estremecen los vientos alisios.