Evidentemente el año 2020 estará marcado por la apertura del ciclo electoral que ya en anteriores artículos ya hemos señalado. El año 2020 estará signado por los comicios parlamentarios, pero previo a ello, debe designarse un nuevo CNE, el cual, ante la situación de desacato de la AN, es altamente probable que sea designado por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, bajo el recurso de omisión legislativa. Resulta fundamental, que antes de finalizar el primer trimestre de 2020, ya este tema esté finiquitado, para la organización de unas complejas elecciones como las del año que viene, por el tema de las circunscripciones electorales, votos nominales, votos lista y la cantidad de candidaturas para el número de cargos a elegir.
Esto también implica la validación de las organizaciones políticas a participar, inscripción de nuevos votantes, y todo el cronograma electoral que hay que definir, además de la fecha para la celebración de las elecciones.
Pero destacamos el término ciclo electoral y no de año electoral, puesto que en el año 2021 habrá elecciones de gobernadores, gobernadoras, alcaldes y alcaldesas, y dependiendo de los resultados de estos comicios, se abriría la posibilidad, por parte de la oposición, y si cumplen con los requisitos de ley, de convocar un referendo revocatorio en contra del Primer Mandatario Nacional en el año 2022, a la par del proceso electoral para diputados y diputadas a los Consejos Legislativos estadales y Concejos Municipales locales.
Importante es de destacar, que desde hace mucho tiempo, el proceso revolucionario va a un proceso electoral en situación de desventaja, producto de su gestión económica. Si bien es cierto que las agresiones y medidas coercitivas unilaterales han complejizado el cuadro económico y social del país, no es menos cierto también que medidas reformistas, y hasta neoliberales de la Vicepresidencia Sectorial de Economía. Además de ello, la precarización y colapso en los servicios públicos es otro ítem que actúa como plomo en el ala contra el actual Gobierno.
Eso sin tomar en cuenta el profundo descontento que hay dentro de las bases sociales y políticas que respaldan a la Revolución Bolivariana. No se puede negar que en lo político ha habido triunfos importantes e incontrovertibles, al punto que se ha logrado conservar el poder. Pero esa situación no será permanente sino se rectifican políticas y en el accionar, tomando en cuenta la situación de “empate catastrófico” en la que nos encontramos, por no mencionar la terrible crisis de liderazgo en el país.
El mes de enero arrancará con una agenda de conflictividad social tremenda y ya ensayada en el mes de octubre y noviembre de este año 2019: Ya gremios de educadores y del sector salud anuncian paralización de actividades y conflictos con el Ejecutivo Nacional. Esto no sería negativo per se, si se tratará de meras luchas reivindicativas o de trabajadores, no habría mayor problema. Pero cuando se observa que al frente de estos reclamos están personeros como Hugo Ocando, Ana Rosario Contreras, Pablo Zambrano o Mauro Zambrano, que se han retratado con Juan Guaidó y no ocultan su respaldo a éste, ya sabemos el cariz político que dichas manifestaciones tienen en contra del Ejecutivo Nacional.
Pero, igualmente, como hemos señalado en artículos anteriores, hay que prepararse para los ataques que se avizoran por parte de la OACNUDH (Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos) y la ACNUR (Oficina del Alto Comsionado para los Refugiados de Naciones Unidas) con el tema de Derechos Humanos y Refugiados. No olvidemos que el año que viene debemos tener 3 visitas de relatorías de la OACNUDH, sin mencionar posibles procedimientos especiales que nos puedan aperturar. El tema de Derechos Humanos será uno de los frentes de ataque en contra de la Revolución Bolivariana.
Indudablemente Juan Guaidó será “ratificado” como “presidente de la AN” y por ende, “presidente interino”. Necesitan a Guaidó todavía al frente de ese cascarón vacío que es hoy el parlamento, para apuntalar la conspiración contra Venezuela. Por ello, pensamos que no deberíamos desgastarnos en ese tema, sino en la gestión, en el diseño del programa y las propuestas para ganar el parlamento, además de la afinación de la maquinaria electoral. Combinar el aparato político electoral con la gestión que resuelva los problemas y la formación político- ideológica.
Podemos señalar sin ambages, y como Luis Vicente León señaló en sus más recientes declaraciones, que el 2020 será un año de radicalización de acciones, además de la aceleración en la pérdida de popularidad de algunos actores políticos.
De parte de EEUU no podemos esperar (pese a que ellos también tendrán su año electoral con las presidenciales de noviembre en ese país) y el impeachment contra Trump (que si bien no creemos que lo destituya, si golpeará duramente su imagen de cara a su reelección) sino más agresiones y persecuciones a nuestro país. Los meses de enero y febrero, serían los meses más duros, debido a que históricamente son los meses más deprimidos de nuestra economía.
Sin embargo, no todas las perspectivas son negativas para nuestro país en el 2020. Sin duda el próximo año podría ser la consolidación del petro, a raíz del ensayo que se ha venido implementando con el “petroaguinaldo” (hasta el punto que licorerías en la gran Caracas están aceptando petros como forma de pago), y que podría ser esta la alternativa ante la dolarización transaccional, de facto o social que se ha venido implementando en Caracas y muchos lugares de Venezuela. Sólo falta una muy adecuada campaña comunicacional, entendiendo que no todos manejan la terminología de los expertos en materia de criptoactivos. Esa campaña comunicacional debe hacer que hasta un niño de cinco años entienda como usar los petros.
Pero además, si no hay producción nacional y no hay adecuadas políticas de fiscalización para frenar esta incipiente especulación que ya comienza a observarse con el petro. No estaremos haciendo nada. Sin embargo, el 28 de diciembre, hubo una muy buena experiencia de organización popular por parte de comunidades en la combativa parroquia caraqueña del 23 de enero, que prometemos referirnos con mayor detalle de ella en un próximo artículo.
Asimismo, se observa una muy leve aún, recuperación de la producción petrolera, aún y a pesar del bloqueo y agresiones dirigidas a nuestra industria petrolera. Eso sin hablar de la recuperación de los precios del petróleo.
Igualmente, el camarada constituyente Jesús Faría (“Chuma”) ha señalado que Hay una expectativa favorable de crecimiento económico para Venezuela en 2020 a pesar de las medidas coercitivas de EEUU.
Destacó que la recuperación económica es el tema número uno en la agenda del país para el año próximo, que se espera sea el mejor en materia económica, dijo al ser entrevistado por Xinhua.
El economista consideró que se percibe "una activación del comercio y de algunas actividades productivas; hay una estabilización de la actividad petrolera, que ya dejó de descender y hay signos de una recuperación".
Apuntó que a dos años de la profundización de las sanciones unilaterales por parte de Estados Unidos, las autoridades venezolanas han podido "descifrar el bloqueo y comenzar a evadirlo" lo que permitirá recuperar progresivamente la producción como efectivamente ha ocurrido en los últimos meses, aseveró.
Pero tampoco podemos descuidarnos, puesto que los ataques mercenarios a puestos militares (fundamentalmente en estados fronterizos como Zulia, Táchira, Apure, Amazonas, Bolívar, Falcón, Sucre, Nueva Esparta) y la activación de asesinatos y ataques selectivos por parte de BACRIM y la paramilitarización del accionar criminal serán parte de la generación de hechos desencadenantes de alto impacto, dirigidos a provocar conmoción nacional. No podemos olvidar que la oposición venezolana, cual barajita repetida, jugará a doso bandas: la vía electoral para ganar algunos espacios dentro de la estructura del Estado para implosionarla, y la vía violenta para que en el momento que ellos consideren oportuno y se sientan con las suficientes fuerzas y con las condiciones dadas, lograr el derrocamiento del actual Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, y yugular a la Revolución Bolivariana.
Estos son algunos elementos que avizoran de cómo puede venir el año 2020.
¡Leales Siempre! ¡Traidores Nunca!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!