Entre 1499 y 1528 ha quedado debidamente explorado, recorrido y ubicado todo el territorio en el cual van a delimitarse las provincias de Tierra Firme que toma el historiador fray Pedro Simón (1581 –d. 1621) como objeto de una parte de su Historia: "La distancia de más de seiscientas leguas que hay desde la isla de Trinidad y bocas del Drago hasta le de Urabá y río del Darién, que corren leste Oeste, bebe las aguas saladas del mar del Norte la tierra que ha tomado por asunto mi historia, no deseando en ella (sábelo el Cielo) que salga mi nombre a plaza (pues le va mejor en su rincón), sino los hechos valerosos de tantos y tan valientes capitanes y soldados españoles, como la descubrieron y poblaron".
Será precisamente en un lugar de esa extensa costa, en la llamada provincia de Coquibacoa que constituiría luego territorio venezolano donde se funda el "primer establecimiento" español de Tierra Firme, la ciudad de Santa Cruz en el Golfo de Venezuela. No sólo se exploró sistemáticamente esa costa, sino que se creó sobre ellas todo un cuadro administrativo desde Santo Domingo. Alonso de Ojeda es nombrado gobernador en 1501 e intenta establecerse en firme; en 1518 se realiza el proyecto del padre Las Casas; en 1521 se dio Trinidad en gobernación as Rodrigo de Bastidas; el 6 de noviembre de 1524 se da título al mismo Bastidas para la gobernación de Santa Marta; el 18 de marzo de 1525 se crea la provincia de Margarita, cuando ya Nueva Cádiz era ciudad-gobernación desde la primera década del siglo; el 1 de abril del mismo año se da título a Fernández de Oviedo para Cartagena; el 4 de agosto se capitula un descubrimiento con Diego Caballero; en 1526, Juan de Ampíes comienza sus labores de poblamiento en Coro. El nombramiento de Diego Caballero es especialmente importante no sólo porque ubica y delimita territorio—"cien leguas […] desde el cabo de San Román hasta el cabo de la Vela"—, con lo cual fija precedentes, sino especialmente porque señala qué es lo que hay detrás de las capitulaciones con García de Lerma y con los Welser: el camino de la "especería". A este respecto conviene observar que tanto la capitulación de Caballero como la de Martín Fernández de Enciso, de 1526, tiene ese sentido de búsqueda del camino de la especiería; aunque no se llevan a cabo, sirven para atraer la atención sobre esa inquietud económica. El historiador Demetrio Ramos asienta a este propósito: "Lo realmente interesante es el efecto atractivo que ha quedado marcado en el plan original, causa indudable de que se fijaran en estas tierras tanto García de Lerma como los Welser, en sus respectivas capitulaciones para Santa Marta y Venezuela. No olvidemos que los Welser se habían distinguido como activos comerciantes en especies, por lo que montaron sus compras en Lisboa, como también, para el comercio del azafrán, establecieron la sucursal de Zaragoza. Que el recuerdo de la vía corta operó en ese momento —además de las posibilidades mineras, nunca descartadas— es indudable. Y si el rastro no ha aparecido visible en el caso de los alemanes, sí lo tenemos bien claro en el de García Lema, pues develado el camino del valle de Upar y tanteada la ruta del Magdalena, se considera ya cercas no sólo de lo mejor del Perú, sino también en la vía de alcanzar posición privilegiada frente a las islas del Moluco. Prueba de que esta creencia no es sólo una idea de García de Lerma, la tenemos en el hecho concreto de los hermanos Infante de Melo, los portugueses que iban a la Nueva España para intentar desde allí abrir el camino soñado a través del Pacífico y que, desde Santo Domingo, cambiaron su rumbo para presentarse en Santa Marta, en vez de seguir, como estaba previsto, a México".
Los viajes de exploración y rescate que se efectúan por la costa van a tomar una característica poblacional con la gobernación de Coquibacoa, concedida a Alonso de Ojeda. Esta gobernación será el núcleo, la célula inicial, del conjunto de gobernaciones de Tierra Firme, entre las cuales Venezuela tendrá un lugar prominente, pionero, por su posterior significación, a partir de 1528.
Podemos, y debemos, considerar como antecedente de la organización de la provincia de Venezuela la capitulación del 8 de junio de 11501 con Alonso de Ojeda. Este instrumento de gobierno está basado en la real cédula del 28 de julio de 1500, por la cual el rey y la reina enviaron al obispo de Córdoba, Fonseca —que tanto influyó en este primer tiempo de historia de las Indias— los capítulos originarios para la formulación del negocio político más importante para la empresa de expansión en ese momento. En efecto, con la creación del gobierno de Coquibacoa se da un nuevo rumbo a la expansión colonizadora, separando el ejercio del poder de manos del almirante Colón, de una parte, y centrando el interés en la búsqueda de una ruta, de un estrecho, hacia la especiería; pero también dándole un sesgo más amplio al proceso. Ya no se trata de rescatar perlas e indios y de cortar palo Brasil, sino de establecer gobierno que sirva de base para una penetración a fondo. Por el lago, con Ojeda; por los Llanos, posteriormente, con los Welser. La primera gobernación venezolana comprendía desde el cabo de Chichiriviche hasta el cabo de la Vela, incluida toda la Guajira, el golfo de Venezuela y el lago de Maracaibo, además de las islas de Curazao, Aruba y Bonaire. En 1526 se concedió a Martín Fernández de Enciso la gobernación de las "provincias del golfo de Aljófar y cabo de la Vela, que son en la costa de Tierra Firme". Este Fernández de Enciso fue amigo y auxiliar de Ojeda; en 1519 publicó una Suma de geografía. Su gobernación de 1526 quedó en los papeles. Pero es el segundo diseño de lo que habrá de ser, en la práctica, la provincia de Venezuela.
Poco antes de crearse la gobernación venezolana, se formó la de Santa Marta, colindante, melliza y rival. El 20 de marzo de 15198, García de Lerma fue nombrado veedor de los rescates de perlas en las costas de Tierra Firme. Desde ese momento, el interés por la región vuelve a crecer entre los políticos y mercaderes de Santo Domingo. El 12 de diciembre de 1527 obtuvo la gobernación de Santa Marta, donde sucede a Rodrigo de Bastidas. Santa Marta comienza en el cabo de la Vela, que es su límite oriental. García de Lerma y los Welser andan juntos en la negociación que se lleva a efecto para delimitar ambas provincias, la de Santa Marta y la de Venezuela.
El instrumento jurídico por el cual se levanta la provincia de Venezuela es la real cédula del 27 de marzo de 1528, donde se contienen las capitulaciones con Enrique Ehinguer y Jerónimo Sailler, "alemanes, nuestros vasallos". La introducción es suficientemente precisa: "Por quanto vos, Enrique Ehinguer e Gerónimo Sailler, alemanes, nuestros vasallos, me hizistes relaçión que vosotros estáis informados que nos mandamos a García de Lerma vaya por nuestro governador a la provincia de Santa Marta, e porque vosotros theneís çiertas noticia de aquella tierra y su comarca y sabéis que los indios naturales della son belicosos e flecheros y una parte dellos están revelados juntamente con çiertos cristianos e otras gentes que fueron en la muerte del governador Bastidas, e para paçificar la dicha tierra y reduzirla a nuestro serviçio, de manera que se aya el provecho que ella se espera, hay neçesidad que el dicho García Lerma vaya muy acompañado y en horden de gente y armas, muniçión y bastimentos, y de tal manera proveído, que pueda allanar e paçificar la dicha tierra e poblarla y castigar los rebeldes y culpables en el dicho levantamiento e muerte, para lo cual es menester grandes gastos e dinero, e porque la empresa e poblaçión de la dicha tierra no se yerre ni aventure ni dilate, vosotros os ofreçéis de hacer una armada de quatro navíos o más con dozientos hombres o más, armados e avituallados por un año, con los quales el dicho governador allanará la dicha tierras de Santa Marta, y asimismo me hizistes relaçión que junto a la dicha tierra de Santa Marta, y en la misma costa está otra tierra, que es del cabo de la Vela y golfo de Venezuela y el cabo de San Román y otras tierras hasta el cabo de Maracapaná, que están en la misma conquista, en que se incluyen muchas tierras e provincianas, la cual tierra con la de Santa Marta, vosotros os ofreçéis a paçificar e poblar de los dichos hombres, e más otros çiento, que serán trezientos por todos, muy bien proveídos e armados, como dicho es, todo a vuestra costa e misión, sin que en ningund tiempo seamos obligados a vos pagar ni satisfazer los gastos que en ello hiziéredes más de lo que en esta capitulación vos hiziese merced de la conquista e poblaçión de las dichas tierras, e vos hiziese e otorgase las mercedes y con las condiçiones que yuso serán contenidas, sobre lo cual yo mandé tomar con vosotros el asiento y capitulaçión siguiente."
En el capítulo primero se conceder la gobernación para descubrir, conquistar y poblar "las dichas tierras e provincias que hay en la dicha costa, que comiença desdel cabo de la Vela o del fin de los límites y términos de la dicha gobernación de Santa Marta hasta Maracapaná, leste oeste norte y sur de launa mar a la otra, con todas las islas que están en la dicha costa, açeptadas las que están encomendadas y tiene a su cargo el factor Juan de Ampíes". Estos límites en el cabo de la Vela se mantuvieron invariablemente hasta 1810. Maracapana es la zona costera en Cumaná, cerca del actual pueblo de Pozuelos. Al constituirse la provincia de Nueva Barcelona se fijó el límite oriental de la provincia venezolana en el río Unare, que se mantuvo posteriormente como tal límite entre Venezuela y Nueva Andalucía. Los límites del Sur se modificaron y perfeccionaron en el propio siglo XVI, al descubrirse que la "otra mar" eran los Llanos y las selvas y los ríos. La provincia llegó hasta donde penetraron las expediciones de los gobernadores Welser, San Juan de Luz, llanos del Casanare.
La capitulación con los Welser comprendía dieciocho capítulos para especificar las condiciones: fundar ciudades, explorar las minas, nombrar justicias, mantener incluso la gobernación con derecho a titulares. Se trataba de una capitulación normal, jurídicamente pensada, dentro del Estado de derecho; los alemanes eran "vasallos" y, en consecuencia, podían ser gobernadores.
El nombre Venezuela:
En el viaje de 1499 acompañaron a Ojeda dos pilotos que adquirirán gran nombre: Juan de la Cosa y Américo Vespucio. En el año de 1500, el primero hizo un planisferio en el cual se representa ya la costa de la Américas del Sur. Se recogen allí los conocimientos geográficos incorporados por los viajes colombianos y por los rastreos de los subsiguientes descubridores, especialmente por el Ojeda a lo largo de la costa venezolana. Es en ese mapa de Juan de la Cosa donde aparece por primera vez el nombre Veneçuela escrito encima del golfo. Este es el primer documento cierto Venezuela es un nombre aplicado a un punto geográfico que formará parte de la provincia.
Martín Fernández de Enciso publicó en 1519, en Sevilla, un tratado bajo el título de Suma de geografía. En el capítulo sobre las Indias Occidentales dedica un párrafo a describir la zona entre Coquivacoa y el cabo de la Vela. Escribe: "Desde el cabo de San Román al cabo de Coquivacoa ay tres isleos en triangulo, entre estos dos cabos se haze un golfo de mar en figura quadrada, y al cabo de Coquibacoa entra desde este golfo otro golfo pequeño en la tierra quatro leguas, y al cabo del, cerca de la tierra, estás una peña grande que es llana encima della, y encima della está un lugar o casas de indios que se llama Veneciuela, está en X grados, entre este golfo de Veneciuela y el cabo de Coquivacoa haze una vuelta de agua dentro de la tierra a la parte del Oeste". Fue este autor, quien conocía la región desde 1501, morador en Santo Domingo a partir de 1508, quién recoge el nombre de golfo de Venezuela y lo documenta en su obra. Desde entonces permanece ese nombre para el mar patrimonial venezolano por excelencia, situado en los límites territoriales de la provincia desde 1528 hasta 1810, en forma continua, sin discusión, parte de la vieja provincia delimitada por quien podía hacerlo, el Estado español, del cual se formaba parte integral y de derecho.
Pero no será hasta el 27 de marzo de 1528 cuando el nombre de Venezuela se aplique enteramente a la provincia creada ese día, ya como gobernación y capitanía general concreta, desde el cabo de la Vela, en la Guajira, hasta Maracapana, en las costas orientales. Ya lo expresa con todas sus letras la famosa capitulación, la real cédula de creación: "[…] otra tierra, que es del cabo de la Vela y golfo de Venezuela y el cabo de San Román y otras tierras hasta el cabo de Maracapaná […]" El 22 de abril de ese mismo año de 15528 el rey confirma, en Madrid, el asiento tomado entre García de Lerma, gobernador de Santa Marta, y Enrique Ehinger y Jerónimo Sailer para llevar a cabo la conquista y población de las "tierras e provincias que ay de la costa que comienza desde el cabo de la Vela o del fin e límites e términos de las dicha governación de Santa Marta fasta Maracapaná". En el capítulo séptimo se expresa: "aquel dicho García sea obligado de dar a la persona o personas que llevasen cargo en la dicha armada desde Santa Marta a las otras tierras todo el favor e ayuda que le fuere pedido e oviere menester, e lo mismo sea obligado a hazer quando después de llegada la dicha armada a las dichas tierras de Veneçuela e sus provincias fuere requerido[…]". Queda ya claramente designado el territorio de Venezuela, y su nombre de hará oficial en adelante.
—El original se conserva en el Museo Naval de Madrid. Fue descubierto por Humboldt, en París, en 1832. Adquirido por España en 1853, se ha reproducido numerosas veces en libros, en atlas, en láminas sueltas. Hoy puede vérsele en oficinas públicas y privadas y en las cabinas.
¡La Lucha sigue!