Por orden del imperio, el inefable presidentito autoproclamado, volvió al país por el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Maiquetía, retando a la justicia venezolana, al certificar su desacato a la prohibición de salida emanada del TSJ; pero olvidándose de la dignidad que encarnan las y los trabajadores de CONVIASA, la aerolínea que por petición de este oscuro personaje, hoy es objeto de sanciones que afectan a más 2000 hogares independientemente de que sean Dignos Chavistas Revolucionario u opositores comprometidos.
Es evidente que el precitado autoproclamado, no tiene sentido de la realidad que le rodea y cree que la bendición de Mr. Trump basta para ser infalible a cualquier ataque en su contra. Nada más alejado de la realidad, pues las mayorías del pueblo venezolano, incluyendo las tres cuartas partes de la oposición, le desprecian: Uno por Ladrón; Dos por Apátrida y Tres por Arrastrado.
Ahora bien, los venezolanos estamos en medio de una guerra preponderantemente económica, cuyos efectos, contrario a los resultados esperados por sus perpetradores, si bien nos ha causado daños en muchos casos irreparables, no es menos cierto, que ha servido al pueblo para mostrar el talante democrático y revolucionario de las mujeres y hombres de estas tierras.
Por ello, ni el bloqueo financiero; ni los discursos groseros y amenazantes del jefe de la Casa Blanca; ni las acciones del autonombrado apoyado por él; han podido lograr que el pueblo venezolano desvíe su atención sobre la lucha diaria por mantener la estabilidad de la patria y caiga en la tentación de tomar por asalto, lo que por derecho ya le es propio y le corresponde para el desarrollo de sus vidas, particulares y colectivas: Un Estado de Justicia fundamentado en el Poder Comunal y un Gobierno comprometido con la construcción de la Patria, Socialista, Grande, Soñadora y Libertaria bajo la conducción del Presidente Nicolás Maduro Moros.
He allí el meollo del asunto, más allá de las preferencias políticas que se tengan, el pueblo venezolano en general, reconoce que si en algo ha triunfado la Revolución Bolivariana, es en la instauración de una cultura política que tributa a la elevación de la conciencia y para ello, asume el debate sustantivo desde la formación académica formal para todos los que a sus aulas quieran acudir y desde la praxis política social de las y los militante de los partidos y de las y los ciudadanos comunes y corrientes.
En ese sentido, salvo contadas excepciones, la mayoría de los venezolanos no son fáciles de manipular, confundir o engañar. Además que, a pesar del bloqueo económico-financiero promovido por la dirigencia opositora; la sociedad tiene acceso a internet, telefonía inteligente y demás servicio de información, cosa que dificulta la manipulación.
Gracias a ello, los gritos de Mr. Trump en la presentación de su discurso ante el Estado y la Nación y los aplausos de apoyo de la totalidad de los congresistas y demás miembros del estatus quo que gobierna a los EEUU a favor del autoproclamado criollo, lejos de sorprender y lograr la atención de las masas que presuntamente apoyan al infeliz cipayo, sirvieron para resaltar un sentimiento cargado de “más penas, que glorias” hacia el patético “presidentito Guaidó”, pues, ni siquiera los más recalcitrantes devotos del imperio, mancebos de la ultra derecha y demás especímenes afines y conexos al fascismo que con fanatismo irracional están a favor del gobierno fantoche del precitado diputado, hicieron algún gesto de agrado y lo recibieron a su regreso en el Aeropuerto Internacional de Maiquetía; cosa que sin lugar a dudas, hiere de muerte sus pretensiones violentas por derrocar al legitimo gobierno del Presidente Nicolás Maduro Moros y deja en ridículo supremo al bocaza de Mr. Trump y sus repetitivas amenazas contra Venezuela.
En ese orden de ideas, el Águila Calva y la bandera gringa de listones y estrellas, que decoran los espacios vacíos de conciencia y patriotismo en el oposicionismo recalcitrante, en todas sus concentraciones y marchas, pierden valor como amenaza y se desmorona cual ídolo de barro en el néctar de su devaluada supremacía racista, xenófoba y terrorista.
Ahora bien, la Revolución ha vuelto a triunfar, no hay dudas que las estrategias planteadas por el Comandante en Jefe y Presidente de la República Nicolás Maduro, han dado resultados concretos en cuanto al logro de los objetivos políticos de dialogo y paz. Por otra parte, el autoproclamado, está aislado, solo y derrotado y aunque cuesta creerlo, el apoyo internacional que decía tener, en cascada le están sacando las alfombras, quitado las escaleras y desmontando el escenario de la mayor ridiculez jamás escenificada por político alguno en la historia. Ya ni los rastrojos lo toman en serio, solo le cobran el importe de su paso por la trocha, ni siquiera se toman fotos con él y lo más triste, poco o nada importa si sale o entra al país, pues total, su propia gente le desprecia.
Se fue por los rastrojos, voló bajo seudónimo, volvió por Maiquetía y lo único que logro es aumentar el alto nivel de desprecio que las y los venezolanos sentimos por sus asquerosas acciones contra la patria. Pronto le alcanzara la justicia, mientras tanto, sigamos empujando el carro de la historia; despejando el horizonte y limpiando el camino. La tarea no es fácil, nadie dijo que lo era.
Estamos en guerra, en unidad, presto a la batalla y seguros de la victoria. El Presidente Maduro sigue al mando y este primer trimestre del 2020 tendremos buenas noticias en lo económico, político y social. La Revolución se hace con Revolucionarios, es la hora de los patriotas.