Coronavirus: 5 de los países que corren más riesgo de sufrir una "hambruna bíblica" a causa del covid-19 (y uno está en Latinoamérica) Redacción BBC News Mundo. 24 abril 2020, fue el titular de una trágica noticia (hambruna bíblica), más cuando leo ("y uno está en Latinoamérica",) sentí temor de que mi país, inmensamente rico, con un potencial como para ser incorporado en la lista de "Primer Mundo", ¡formase parte de ella! Perplejo, continúo con la lectura, Así lo advirtió el Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés) de Naciones Unidas, desgraciadamente, nos ubicamos entre los siguientes países, 1.-YEMEN, las guerras tribales los han mantenido en extrema pobreza. 2.-REPÚBLICA DEMOCRÁTICA del CONGO, donde los conflictos armados han provocado que "más del 15% de la población sufran de inseguridad alimentaria grave". Al llegar aquí, confieso que sentí frío en mi estómago, 3.-VENEZUELA, casi un tercio de la población venezolana (un 32,3%) padece inseguridad alimentaria y necesita ayuda. De acuerdo con el estudio, 2,3 millones de venezolanos (7,9% de la población) se encuentran en una situación de inseguridad alimentaria severa. Es decir, sufren "carencias extremas en el consumo de alimentos, o la pérdida extrema de medios de vida que podría conducir a carencias en el consumo de alimentos o algo peor". El país ha perdido más de un 50% de su PIB desde que Nicolás Maduro llegó a la presidencia, una contracción de la economía que ha tenido consecuencias sobre la alimentación de los venezolanos" expresa la nota de prensa de WFP. 4.-SUDÁN DEL SUR, ocupa la cuarta posición. Casi 60% de la población lucha por conseguir alimentos a diario y para colmo de males, la plaga de langostas que destruyen cultivos en África Oriental, llegaron a Sudán del Sur a principios de 2020. -5.-AFGANISTÁN, es otro país devastado por los conflictos, había sufrido casi dos décadas de guerra cuando Estados Unidos lo invadió en 2001. Casi 20 años después, más de la mitad de la población vive por debajo del umbral de la pobreza. Así siguen sumando países con seguridad alimentaria severa para alcanzar alrededor de 130 millones de seres humanos deambulando desesperadamente por lograr algún alimento.
Ahora bien, ¿cuál es el fundamento real para tal ubicación en el mapa mundial de los países más famélicos del mundo? He aquí la respuesta "El Programa Mundial de Alimentos (WFP) fue invitado por el Gobierno de Venezuela a realizar una evaluación de seguridad alimentaria para estimar las necesidades y vulnerabilidades de los hogares en Venezuela.
WFP tuvo completa independencia en el diseño e implementación de la evaluación, y tuvo acceso sin ningún impedimento en todo el país para la recolección de datos a nivel de hogar. 93% La evaluación en Venezuela, siguió la metodología estándar de una Evaluación de la Seguridad Alimentaria en Emergencia (ESAE) de WFP, además del Enfoque Consolidado para Reportar Indicadores de Seguridad Alimentaria (CARI por sus siglas en inglés). La evaluación está basada en el análisis de datos primarios recolectados a nivel de hogar y nivel comunitario. Al final de la evaluación se recolectaron 8,375 cuestionarios válidos, con el objetivo de tener representatividad estadística a nivel de estado". En suma, estamos ante una investigación científica, comprobable y avalada por el gobierno nacional, es decir, se manejan cifras confiables. Ahora bien, veamos los siguientes datos que nos arroja el estudio:
¿Cuántas personas están en situación de inseguridad alimentaria?
La evaluación estima que el 7.9% de la población en Venezuela (2.3 millones) está en inseguridad alimentaria severa. Un 24.4% adicional (7 millones) está en inseguridad alimentaria moderada. Basándose en el enfoque CARI, WFP estima que una de cada tres personas en Venezuela (32.3%) está en inseguridad alimentaria y necesita asistencia.
¿Cuáles estados presentan los índices de inseguridad alimentaria más altos?
La evaluación muestra que la inseguridad alimentaria es una preocupación a nivel nacional. Incluso en los estados con los índices más bajos de inseguridad alimentaria, incluyendo a Lara (18%), Cojedes (19%) y Mérida (23%), se estima que aproximadamente una de cada cinco personas está en inseguridad alimentaria. Once estados presentan índices superiores a la prevalencia nacional de inseguridad alimentaria severa, los índices más altos se encuentran en Delta Amacuro (21%), Amazonas (15%), Falcón (13%), Zulia (11%) y Bolívar (11%).
Clasificación de la seguridad alimentaria
La prevalencia de inseguridad alimentaria en Venezuela fue obtenida mediante el análisis de patrones de consumo de alimentos, estrategias de sobrevivencia de medios de vida y consumo, además de la vulnerabilidad económica. Los indicadores se comportan de manera distinta, la tabla siguiente muestra como el puntaje de consumo de alimentos (FCS por sus siglas en inglés) se desempeña mejor (17.8% de inseguridad alimentaria) que el indicador de estrategias de sobrevivencia de medios de vida (61.3% de inseguridad alimentaria). Esto significa, que al momento de la encuesta, muchas de las familias todavía podían cubrir sus necesidades alimentarias pero al gran costo de sacrificar sus bienes y arriesgar sus medios de vida.
El análisis del FCS indica que casi uno de cada cinco hogares (17.8%) tiene un nivel inaceptable de consumo de alimentos, del cual un 12.3% tiene consumo de alimentos límite y un 5.5% un consumo pobre. La falta de una dieta diversificada es una preocupación importante. Las familias venezolanas consumen cereales, raíces o tubérculos a diario y complementan su consumo de cereales con legumbres (caraotas, lentejas) tres días a la semana y con lácteos cuatro días a la semana. El consumo de carne, pescado, huevo, vegetales y frutas está por debajo de los tres días a la semana para cada uno de estos grupos de alimentos. La falta de diversidad en la dieta indica una ingesta nutricional inadecuada.
Estrategias de sobrevivencia
El 74% de las familias ha utilizado estrategias de sobrevivencia relacionadas al consumo de alimentos, reduciendo la variedad y calidad de la comida; el 60% de los hogares reportó haber reducido el tamaño de la porción de sus comidas. Tres de cada cuatro familias encuestadas había aplicado al menos una estrategia de sobrevivencia relacionada a medios de vida, y en promedio, las familias habían utilizado cuatro estrategias en los 30 días antes de la encuesta. Para sobrevivir, el 33% de los hogares ha aceptado trabajar a cambio de comida y el 20% ha vendido bienes familiares para cubrir necesidades básicas. Seis de cada diez familias han gastado sus ahorros en comida. Mientras las familias van agotando las estrategias de sobrevivencia que han utilizado para mantener un consumo básico de alimentos, es posible que no puedan cubrir sus necesidades nutricionales en el corto plazo. Esto afectará a los más vulnerables, incluyendo niños y niñas, mujeres embarazadas y lactantes, y adultos mayores.
Percepción de la disponibilidad de alimentos
Siete de cada diez venezolanos reportó que siempre hay comida disponible. Sin embargo, el acceso a la comida es difícil debido a que los precios son demasiado altos en comparación con los ingresos de los hogares.
Fuentes de ingreso
La hiperinflación ha afectado la habilidad de las familias para adquirir comida y otras necesidades básicas. El 59% de los hogares no tiene ingresos suficientes para comprar comida y el 65% no es capaz de comprar artículos esenciales de higiene, ropa y calzado. Cuando se les preguntó cómo ha afectado la situación actual en Venezuela las fuentes de ingreso del hogar, la mitad de los encuestados declaró haber tenido una pérdida parcial de sus ingresos (51%), como una reducción de sus salarios o la pérdida de un trabajo. Más de un tercio de los encuestados (37%) había experimentado una pérdida total de sus ingresos, como haber perdido su único trabajo o su negocio. Los resultados muestran que el 18% de los hogares depende de asistencia gubernamental y sistemas de protección social. La salida constante de migrantes, aunque permite a las familias depender de remesas, se traduce en una preocupante pérdida del capital humano y social, incluyendo una reducción en el número de profesores, doctores, científicos y otros trabajadores cualificados.
Servicios básicos
La encuesta recolectó datos sobre el acceso a servicios básicos (agua, saneamiento, vivienda, electricidad, instalaciones de cocina) para poder entender las condiciones de vida. Los resultados muestran que las familias están gravemente preocupadas por el deterioro de los servicios básicos. Al momento de la encuesta, cuatro de cada diez hogares tenía interrupciones diarias en el servicio de electricidad y el 72% tenía un suministro irregular de gas. Cuatro de cada diez hogares tenía interrupciones recurrentes en el servicio de agua, por lo cual las familias tienen que usar estrategias alternativas como la compra de agua embotellada o el uso de camiones cisterna, para acceder a agua potable. El 25% de los hogares no tenía acceso estable a agua potable.
Ahora bien, de acuerdo a su criterio amigo lector, no tratemos de buscar culpables, lo cual es obvio, sino de buscar alternativas a la tragedia humanitaria, que según David Beasley, Director Ejecutivo de WFP, en una video conferencia con el Consejo de Seguridad de la ONU advirtió "podríamos enfrentar múltiples hambrunas de proporciones bíblicas en unos pocos meses". Para ese entonces (finales de 2019), 135 millones de personas vivían con niveles de hambre extremas, pero, a causa de la cuarentena es posible que el número aumente a 265 millones, es decir si Venezuela aporta 2,3 millones de personas con inseguridad alimentaria extrema más 7 millones con inseguridad alimentaria moderada serían 9,3 millones y después de la cuarentena pudiéramos hablar de 13 millones de venezolanos en condiciones de inseguridad alimentaria. Quiero hacer énfasis en que el gobierno venezolano accedió a permisar al Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas para que realizara el estudio de lo que pudiéramos llamar el caso Venezuela lo que significa que la hambruna bíblica de los países africanos toca a las puertas de Latinoamérica y no es la hermana Haití es ¡Venezuela!