Los escotomas de la cotidianidad en el Gobierno y en la oposición

La dinámica de la cotidianidad en la Venezuela de hoy está marcada por un clima de insatisfacción generalizada de un porcentaje elevado de la población. Fíjense que estoy utilizando una categoría que ésta más ligada a la demografía o a la economía que a las ciencias políticas por ejemplo. Por eso evité utilizar la categoría pueblo, porque en el caso de esta confrontación infernal y enfermiza de polarización artificial que tanto la élite del gobierno como la de la oposición tiene sumida a la población venezolana, esta categoría pueblo se presta a confusión. Ya que estos dos sectores minoritarios del gobierno y de la oposición dícense defensores del pueblo. Vaya qué defensores. Son por eso dignos representantes de aquella ya folclórica expresión: no son ni una cosa ni la otra, sino todo lo contrario.

Decía entonces que la mayoría de la población venezolana muestras síntomas evidentes de insatisfacción sobre la situación actual en Venezuela. Esa cotidianidad a la cual ni la élite del gobierno ni la de la oposición presta atención, distraídos como están en un forcejeo para controlar el poder político, tiene todas las condiciones para producir un evento social de consecuencias impredecibles.

La mayoría de la población venezolana está hasta la coronilla de oír el mismo discurso denotativo tanto de la élite del gobierno como de la oposición, que se quedan en eso; en la mera descripción, sin molestarte a dar el paso de connotar el discurso; es decir, darle sustancia. Lo que el cogollo del gobierno dice del otro cogollo, el de la oposición la mayoría de la población ya lo sabe desde hace tiempo: que son unos corruptos, que mienten, que son unos ineptos, que son unos entreguistas que valoran sus apetencias partidistas por encima de los intereses de la mayoría de la población. Lo que dice el cogollo de la oposición del gobierno por su parte, también la mayoría de la población que vive en Venezuela lo sabe, que son unos corruptos, que mienten, que son unos ineptos, que son unos entreguistas que valoran sus apetencias partidista por encima de los intereses de la mayoría de la población.

De allí que ninguno de estos dos sectores pueden formar parte de la solución de la salida a la crisis en Venezuela, ellos dos, ambos inclusive representan las dos caras de la misma moneda, son el problema. Pensar que puedan contribuir en salir de la crisis es como pensar que la cuerda que te está estrangulando es la misma que te va a ayudar a respirar.

Estos dos sectores sufren entre otras enfermedades de lo que he denominado escotomas de la cotidianidad. Tomo este término escotoma prestado de la medicina, que se refiere al lugar que se encuentra en la retina donde no hay células fotosensibles que impiden ver ya que por allí es la entrada el nervio óptico, se le conoce como el punto ciego. Estos escotomas de la cotidianidad le impiden ver el país real.

Los escotomas de la cotidianidad del que sufren tanto el gobierno como la oposición les impiden visualizar el grado de rechazo que ambos dos tienen en el seno de la mayoría de la población venezolana. Cada uno de ellos tiene sus escotomas: La oposición no ve su corrupción, el gobierno no ve la suya, luego entonces la oposición habla de la corrupción del gobierno y el gobierno habla la de la oposición, pero ninguno de los dos habla de la suya propia. La mayoría de la población venezolana sabe que tanto la oposición como el gobierno tienen toda la razón y les cabe derecho por recto proceder. La oposición habla que los responsables de la crisis están en el gobierno; el gobierno afirma que los responsables de la crisis están en la oposición; la mayoría de la población venezolana sabe que el gobierno y la oposición tienen toda la razón y reincidente como son les cabe derecho por su recto proceder nuevamente.

De allí que, evitar que estalle un hecho social de consecuencias inimaginable, debido a la cantidad de armas que andan sueltas en la calle, es que urge que estos dos sectores minoritarios pero poderosos vayan a un oftalmólogo, para ver sí a sí logran mediante una intervención quirúrgica ver la cotidianidad dentro de sus propias filas. Como muestra de desprendimiento el gobierno debe operarse en EE.UU y la oposición en la China. La mayoría de la población venezolana se dará por servida ante esta muestra de desprendimiento.



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Isidro Osvalinoc Camacho Manzano

Isidro Osvalinoc Camacho Manzano Docente Universitario, Profesor a dedicación exclusiva UNELLEZ-VPDS Barinas.

 osvalinoc@gmail.com

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