En un artículo titulado "un día después de la cuarentena", intenté
reflexionar sobre una realidad que será distinta para todos en todo el
planeta, hoy aspiro dejar una idea para generar opinión sobre uno de
los aspectos que nos involucra a todos directa o indirectamente y es
el que tiene que ver con los procesos electorales para las elecciones
de las autoridades de todos los Poderes Públicos en todas las
instancia y países del globo terráqueo.

Son muchos los líderes que van "de pelo parao" rumbo a la cloaca de la
historia, el dilema de dos modelos en pugna desde el origen de la
lucha de clases tendrá su máxima expresión en un resultado inédito e
inexplicable para los analistas políticos, ni siquiera las dadivas y
demagogia surtirán el efecto de "encantadores de serpientes"
tradicionales en los candidatos que ofrecen una cosa en campaña pero
luego en el poder hacen todo lo contrario, incluso, las alianzas muy
frágiles por deslealtad del líder hacia los cuadros medios con
responsabilidades familiar, social y política que tampoco pueden
sostener por falta de apoyo del primero traerá la furia del voto
castigo que dejara como saldo un resultado electoral semejante al de
una carrera de burros.

En todo el planeta se respira el ambiente desolador por la recesión
económica, la caída de la bolsa de valores en los grandes mercados
bursátiles, la caída de los precios del petróleo estimulado por países
consumidores para quebrar la economía de países productores y los
vientos de guerra en algunos países contrarios a la imposición y
arrogancia del gobierno norteamericano.

La propagación de la pandemia, la muerte y negligencia de muchos
gobiernos en la adopción de medidas sanitarias para proteger a la
población arrastra consecuencias lúgubre para muchos políticos pero en
el caso de nuestro país las medidas sanitarias para proteger la salud
del pueblo se han tenido que sincronizar con medidas de seguridad para
contrarrestar los planes conspirativos de la derecha internacional,
hoy operada por mafias del narcotráfico y operadas por mercenarios
extranjeros aunque las hostilidades contra nuestro pueblo ya están a
punto de desbordar un estallido social de consecuencias impensables
porque ya la gente no tiene nada que perder: le quitaron la paz,
seguridad y hasta la satisfacción de las necesidades existenciales de
la familia, servicios públicos como energía eléctrica, gas, agua y
hasta el expendio de gasolina hoy dolarizado por los funcionarios
responsables de garantizar la equidad y seguridad conspiran con la
calamidad que vive nuestra gente.

Ya los trabajadores de la administración pública, en otrora, brazo
fuerte de las estructuras políticas para movilizar el "voto duro"
están agotadas y decepcionadas hasta el punto de la insubordinación a
sus jefes políticos e institucionales porque ya nadie estará "atado
por el estómago" por un salario mensual que solo les alcanza para
preparar dos almuerzos.

La idea de grandes estrategas de ampliar la base política de apoyo no
funciona porque cada quien está montado en crear sus propias fuentes
alternativas de ingresos y suministros sin pensar que en una eventual
guerra la gente solo tiene dos posibilidades: matar o morir.

Pero más allá de un conflicto bélico y suponiendo que ocurrirá como la
mayoría aspiramos y nuestras diferencias serán resueltas por vía
electoral entre varias corrientes que buscaran espacios de gobierno y
poder bajo la mirada y pensamiento crítico de un pueblo que ha
resistido las peores hostilidades mientras la clase dirigente se ha
enriquecido.

Como dice la lógica del capitalismo: "una minoría acumulando capital
económico sobre el infortunio de las mayorías" esto traerá lo que
intento decir desde el comienzo, un resultado inesperado por la
ruptura de alianzas, deslealtad y desconexión entre la clase dirigente
y el pueblo y como ocurre en la oposición, la ausencia de prestigio y
la cobardía de una dirigencia apátrida que solo apelan a tira la
piedra y esconder la mano con apoyo de gobiernos y mafias extranjeras.

El próximo año y así espero que sea por voluntad de DIOS vamos a
resolver nuestras diferencias por vía electoral, primero porque al
concluir el periodo de la Asamblea Nacional Constituyente se tiene que
llevar a consulta popular el nuevo texto Constitucional y la
relegitimación de todos los Poderes Públicos sin excepción nuevas
autoridades del Poder Electoral y la modificación de la Ley de
Procesos Electorales.

Estamos cruzando el desierto resistiendo un huracán de calamidades y
con estas condiciones vamos a un proceso electoral donde la gente
evaluara la calidad humana de cada candidata o candidato, su programa
de gestión y romperá con la tradición de los últimos veinte años con
la que sepultara la polarización con el surgimiento de auténticos
liderazgos locales, ya no funcionaran los himnos, símbolos ni
discursos cargados de demagogia, mentira y manipulación y tampoco será
el mismo pueblo, habrá más control popular en la gestión de gobierno.

Continuamos en la vía.